La cosecha récord de aceite de oliva frena las ventas
Los excedentes se compensarán por las bajas previsiones para el próximo año
La cosecha récord de aceite de oliva, con una producción de 1.560.500 toneladas en toda España (1.314.168 en Andalucía), no es precisamente sinónimo de buenas noticias para el sector oleícola. En circunstancias normales, unos excedentes tan grandes provocarían un hundimiento de los precios por el desequilibrio entre la oferta y la demanda. Lo que ocurre es que la sequía y las heladas de los últimos meses han cambiado el panorama al estimarse una baja producción para la próxima campaña. Y esta circunstancia puede ayudar a equilibrar el mercado.
“Hay que guardar este aceite porque lo mismo es para las dos próximas campañas. No hay que tener prisa para vender”, apunta Luis Carlos Valero, gerente de Asaja en Jaén. Salvo que la primavera dé un giro en cuanto a lluvias (el olivar ha recibido hasta ahora menos de una quinta parte de su media pluviométrica), todo apunta a que la próxima cosecha 2012-13 apenas llegará al 50% de la media. Un escenario que va a obligar al sector oleícola a administrar las existencias y, por tanto, frenar las ventas.
De momento, tanto las cooperativas como la mayoría de las organizaciones agrarias se han apresurado a exigir al Ministerio de Agricultura que eleve a Bruselas la petición de un nuevo almacenamiento privado. La intención es retener un mayor volumen de aceite para forzar una subida de los precios. La federación de cooperativas Faeca recuerda que el anterior almacenamiento resultó insuficiente al limitarse a 100.000 toneladas para un plazo de cinco meses. Tampoco los precios sufrieron variaciones significativas.
Pero está por ver cuál será el comportamiento de los precios en el contexto actual, cuando se cumple la cuarta campaña con pérdidas para el sector por las bajas cotizaciones en origen. Faeca subraya que el olivar sufre la mayor crisis conocida desde la incorporación de España a la Unión Europea en 1986, un panorama que augura aún peor para los próximos meses. La principal causa es que la superficie y las cosechas han crecido en los últimos años muy por encima del consumo (en la última década casi se ha duplicado la producción), una situación atenuada el último año por el buen comportamiento de las exportaciones, por encima de las 860.000 toneladas.
Sin embargo, el sector apunta a otras causas estructurales. “El problema de los bajos precios es la fuerte presión que ejerce la gran distribución”, asegura Agustín Rodríguez, secretario de UPA en Andalucía. A su juicio, “no es de recibo” que la cuota de marcas blancas en el aceite de oliva supere ya el 70%, algo que va paralelo a la caída de precios en origen.
Ante esta situación, cooperativas y productores demandan a la Administración una negociación urgente para buscar salidas a la crisis. Desde Faeca se ha trasladado al Ministerio y a la Consejería de Agricultura una batería de medidas: Habilitar una línea de financiación inmediata, mediante créditos pignoraticios, en las mejores condiciones, que permitan retrasar las ventas y defender mejor el precio en origen; apoyo efectivo a la integración comercial de la oferta, al objeto de reequilibrar la cadena de valor; flexibilizar la interpretación de las normas de Competencia, de modo que se permita la ordenación de la oferta para la mejora de la calidad; así como la constitución urgente de una mesa de trabajo del Ministerio y las comunidades autónomas, con las principales organizaciones de productores, industria y comercio, para el estudio y adopción de medidas relativas a la calidad del aceite.
Y todo en un momento de grandes interrogantes para el sector por el resultado de la reforma de la nueva Política Agraria Común (PAC), que puede suponer un importante tijeretazo a las ayudas directas comunitarias. “Urge una gran reconversión para el olivar de bajo rendimiento”, exclama Luis Carlos Valero, de Asaja.
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