Los investigadores de alto nivel de Santiago tendrán plaza si superan una evaluación de méritos

La Universidade de Santiago abandona la idea de fijar un número de plazas consolidables para los investigadores Parga Pondal que en diciembre agotaron sus cinco años de contrato y abrirá la puerta a todos aquellos que superen con puntuación excelente (o buena, si el área a la que accede no ha contratado ni estabilizado a nadie desde 2006), una selección de la Agencia Nacional de Evaluación y Prospectiva (ANEP), dependiente del Ministerio de Economía y Competitividad.

 La decisión fue aprobada ayer por 25 votos a favor, 9 en contra y 11 abstenciones durante un largo Consello de Goberno, aderezado por la concentración ante la sede del rectorado de Santiago de casi un centenar de personas, que protestaban por las últimas decisiones del equipo rectoral. La decisión pretende arrojar algo de luz al limbo en el que se encuentran estos investigadores de alto nivel desde que a finales de enero el propio gobierno de la universidad anulara por defectos de forma un acuerdo previo al despido de diciembre, que establecía un máximo de cinco plazas consolidables, una por área de conocimiento, entre los 32 contratos del programa. Para 17 de ellos, los que terminaron a finales de 2011 sus cinco años en el Parga Pondal, aquella resolución definitiva que finalmente no lo fue implicaba engrosar las listas del paro de forma inminente. Por este motivo, la medida que ayer logró el visto bueno del Consello de Goberno supone un claro cambio de rumbo en la gestión de un conflicto que dura ya más de cinco meses y que el rector de la universidad compostelana, Juan Casares Long, achacó a las penurias económicas de la institución, incapaz, según él, de asimilar a todos los investigadores de alto nivel formados en sus aulas.

El acuerdo renuncia a un número cerrado de puestos, al contrario del anterior

“Si cumplen los requisitos establecidos, tendrán plaza, no será tan difícil que la logren”, adelantan portavoces de la universidad. Para optar a la anhelada plaza, el aspirante tendrá que obtener, como condición general, entre 75 y 100 puntos de la ANEP (la calificación de excelente) o, entre 50 y 74 (buena), si no existen incorporaciones desde 2006. Solo en determinadas excepciones el investigador que cumpla con los baremos exigidos se quedará fuera del reparto. Ocurrirá, adelanta una portavoz de la Universidade de Santiago, si el interesado pertenece a un área que no haya estabilizado ni contratado a nadie en convocatorias posteriores a 2006. “En estos casos, la plaza se creará en otra área que tenga un investigador evaluado como ‘bueno’, uno estabilizado y ningún contratado”, especifica la Universidade en el comunicado posterior a la reunión del gobierno.

Los afectados se quejan de que los criterios de evaluación no están claros

El proceso, “muy abierto” según fuentes de la institución, no tranquiliza del todo a los investigadores, que denuncian por boca de Pedro Vazquez, uno de sus portavoces, que las explicaciones recibidas a lo largo del día de ayer son “poco transparentes”. El colectivo no tiene claros los criterios que regirán la evaluación de la ANEP ni si esta será la única selección tendrán que superar. El acuerdo al que llegó ayer el Consello de goberno establece además que los Parga Pondal de 2006 y 2007 (los despedidos en 2011) tendrán que ajustarse a los requisitos del Plan Nacional de Investigación Científica (Programa I3), que mide los méritos en función de lo publicado por el investigador.