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LAS CONSECUENCIAS DEL INVIERNO MÁS SECO

La Xunta niega a las explotaciones ayudas directas para alimentar a los animales

“Estamos hablando de empleo. Nadie cuestiona las ayudas a Citroën o Navantia”, defiende Unións Agrarias

Vista el embalse de Chandrexa de Queixa, en Ourense.
Vista el embalse de Chandrexa de Queixa, en Ourense.NACHO GÓMEZ

Las reservas de forraje para alimentar a los animales ya llegaron escasas al 2012 por el seco otoño del pasado año, la hierba tiene por ahora “un tamaño ridículo” por la falta de lluvias de invierno y, con esa perspectiva, la única posibilidad para alimentar a los animales es comprar camiones de paja o alfalfa que, ante la escasez de pasto, aumentan sus precios “semana a semana”. La asfixiada economía del sector, con el precio bajo al que vende sus productos —la leche, por ejemplo, está por debajo de la media española y europea—, no puede asimilar más subidas en unos costes de producción que ya estaban altos cuando llovía cuando tocaba llover. Por eso, reclaman a la Xunta líneas de ayudas directas a fondo perdido, créditos a interés cero y moratorias sobre las deudas que cada vez acumulan más explotaciones. El Gobierno gallego se mantiene en sus trece —la misma postura con la que negaron ayudas para la misma causa el otoño pasado— y niega al campo ayudas específicas para la sequía.

“Estamos hablando de un tema de empleo. Aquí nadie se cuestiona que hay que mantener el empleo en Citroën o en Navantia, pero sí se cuestionan las ayudas para mantener las explotaciones. El Igape tendría que estar soltando avales o créditos. Y o hacemos ahora algo o llegamos tarde”, explica el secretario general de Unións Agrarias, Roberto García. Después de sufrir el segundo invierno más seco desde 1961, con un 71% menos de lluvias sobre el valor normal, el compromiso de Núñez Feijóo se ciñe pagar con agilidad —dentro del primer trimestre— las ayudas de la Política Agraria Común y de mejora de las explotaciones, 21 millones de euros “para dar liquidez” pero que no suman ni un euro más a los ingresos de las granjas. Pese a las reclamaciones de los sindicatos la semana pasada, la Consellería de Medio Rural se atiene a la palabra del presidente y no tienen programadas ayudas directas.

Las organizaciones estiman sobrecostes de entre 6.000 y 9.000 euros

“Tenía que estar todo el mundo dándole el corte al primer silo, pero la hierba tiene un tamaño ridículo”, explica el responsable de Xóvenes Agricultores, Francisco Bello. La opción, dice, son los camiones de alfalfa que, si en diciembre se pagaban a 800 euros, ahora cuestan 1.100. Esta organización profesional estima en 9.000 euros el sobreprecio que supone la sequía para cada explotación. Para una granja mediana, con 40 vacas en producción, les supone nos 210 euros más al día, 6.300 más al mes, según los cálculos del Sindicato Labrego Galego. Al ritmo que se encarece el alimento para los animales aumenta la necesidad de liquidez, por lo que unas hipotéticas ayudas habrían salido más económicas hace semanas, razona García.

El plan contra la sequía de la Xunta apenas tiene en cuenta la situación de este sector y se concentra en el abastecimiento de las poblaciones. Habla de estudiar un posible uso de aguas residuales —aunque el director de Augas de Galicia antepone el uso de agua de lluvia porque es más “viable”— y de utilizar vehículos para transportar pienso o agua, pero la Xunta no ha puesto en marcha ninguna de las dos medidas. La Consellería de Medio Rural, a pesar de que en lo que hace semanas ya habían ardido 1.000 hectáreas más que en el mismo periodo del pasado año y que ya había desplegado medios de prevención y extinción, esperó hasta la pasada semana para suspender las autorizaciones de quemas. El Ministerio de Medio Ambiente sí ha convocado para mañana a los sindicatos agrarios a una mesa de la sequía para “analizar las repercusiones” —nada dice la citación de abordar soluciones— de la actual situación meteorológica. La escasez de lluvias en el medio natural se refleja sobre todo en los ríos, que fluyen más bajos de agua que nunca, pero la Xunta tampoco ha suspendido el inicio de la temporada de pesca, que comenzó ayer, pese a la petición expresa de la asociación ecologista Adega.

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