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El Supremo rechaza un recurso de los Franco contra la inspección a Meirás

La Xunta había obligado a la familia del dictador a cumplir la Lei de Patrimonio

El pazo de Meirás, el primer día que abrió al público.
El pazo de Meirás, el primer día que abrió al público.GABRIEL TIZÓN

Los inspectores de la Consellería de Cultura del bipartito entraron en el Pazo de Meirás (Sada) el 30 de agosto de 2007. Fue el inicio de un proceso que acabó con el Gobierno gallego obligando a los Franco a cumplir la ley por primera vez en democracia: en virtud de la Lei de Patrimonio, la familia debería abrir las estancias al público visitante por los menos cuatro veces al mes.

Aquella inspección en teoría rutinaria pero en la práctica no tanto –ningún Ejecutivo se había empeñado hasta entonces en que los descendientes del dictador se atuviesen a la legislación vigente- provocó una denuncia de Carmen Franco Polo. La sala cuarta de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo ha ratificado hoy la decisión del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia de rechazar el recurso interpuesto por Carmen Franco, nieta del general golpista.

En el fallo, el Supremo recalca que "no se discute que el pazo de Meirás integra el patrimonio cultural de Galicia ni la existencia de la obligación de los propietarios de facilitar el acceso a la Administración con fines de inspección".

Añade que "la ley otorga a la Administración competente tal facultad o potestad de realizar visitas de inspección para la defensa de su patrimonio, sin perjuicio de la protección, por la vía de la autorización judicial u otra, que precisaren derechos constitucionalmente reconocidos".

El Supremo argumenta que la Administración autonómica puede solicitar de los titulares de derechos sobre los bienes integrantes del patrimonio cultural de Galicia el examen de los mismos, "por lo que no se evidencia que la facultad de inspección fuere utilizada para un fin distinto del establecido por el ordenamiento jurídico autonómico".

Por eso, el alto tribunal rechaza el recurso de casación, con expresa condena en costas a la parte recurrente, y señala como cantidad máxima a reclamar por el letrado de la parte recurrida la cantidad de 3.000 euros.

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El pazo de Meirás, regalo del pueblo gallego a Francisco Franco tras la Guerra Civil, fue residencia de verano durante muchas décadas del dictador español, que sus herederos conservan como un legado a su memoria. Pero diversas asociaciones sostienen que la entrega del pazo a Franco fue un expolio y exigen su devolución a los ciudadanos gallegos.

El pazo de Meirás abrió sus puertas al público el 25 de marzo de 2010 tras ser declarado en 2008 como Bien de Interés Cultural, lo que obligó a los herederos del dictador a permitir las visitas tras perder un recurso en el Tribunal Supremo. No obstante, la familia Franco logró limitar las visitas a un reducido número de estancias, además de imponer la prohibición de tomar imágenes en el interior del inmueble.

El pazo de Meirás, ubicado en el municipio coruñés de Sada, que había sido propiedad de la escritora gallega Emilia Pardo Bazán, se abrió al público tras un acuerdo entre el Gobierno regional de Galicia y la familia Franco, que agotó todas las vías legales para impedirlo.

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