Casi un tercio de beneficiarios de Cáritas han pedido ayuda por primera vez en 2011

La crisis está golpeando a los más necesitados con especial dureza en Cataluña, donde los recortes sociales impuestos por la Generalitat se han sumado a la gigantesca pérdida de puestos de trabajo, especialmente de los menos cualificados, registrada en los últimos cinco años. Así lo ha denunciado este mediodía la entidad católica Cáritas en Barcelona, que hasta noviembre de este año incrementó sus ­ayudas un 5% hasta dar cobertura a unas 55.500 personas en la ciudad. Cáritas ha alertado de la gravedad de la situación con un dato: el 28% de los beneficiarios ha acudido este año a Cáritas por primera vez en su vida.

“Nos hemos encontrado en un contexto de recortes sociales y de adopción de medidas anticrisis inequitativas que han supuesto un paso atrás en el Estado del bienestar”, ha lamentado el director de la entidad, Jordi Roglà. Este ha alertado del incremento del efecto de la pobreza entre las familias catalanas y ha reclamado la adopción de “un pacto consensuado en favor de la ocupación y de la creación de empleo”. Se trata de la única vía, ha señalado, para evitar que la crisis perpetúe las dificultades de aquellas personas que se hallan en situación de pobreza.

“Estamos en una situación de emergencia social que no está en consonancia con un país que hasta hace poco era la octava potencia económica mundial y con un estado del bienestar que adelgaza”, ha avisado Roglà. En este contexto, ha lamentado, las medidas anticrisis suponen un duro revés para los más necesitados. “Son injustas, como por ejemplo el aumento del IVA que nos han hecho y el que nos harán”, ha detallado el presidente de la entidad.

El 23,7% de los catalanes son pobres, según datos presentados por Cáritas. El número de personas que llegan a Cáritas derivadas por los servicios públicos representa ya tres de cada diez personas del total de atendidos por la entidad. Cáritas ha destinado este año 3,26 millones de euros a la atención de necesidades básicas como vivienda, alimento y ropa. También han abastecido de comida a 149.000 personas entre las diferentes diócesis de Barcelona, Sant Feliu y Terrassa. La pobreza en Cataluña afecta ya a familias que nunca pensaron que llegarían a esta situación y esta pobreza puede devenir crónica si no se aplican medidas más amplias. “Echamos en falta respuestas ante esta emergencia. En ocasiones, la beneficencia solo da pie a crear situaciones de dependencia”, ha lamentado el presidente de la entidad. “La sociedad tiene que reaccionar y hacer algo”, ha reclamado insistiendo en la necesidad de crear empleo.

Las nuevas familias que han entrado en el círculo de la pobreza difícilmente podrán romper esta espiral si no encuentran empleo, ha lamentado Roglà. Siete de cada diez atendidos por Cáritas no tiene trabajo, mientras el 36% son menores de 17 años, es decir, que carecen también de cualquier experiencia laboral.

El retrato de la pobreza se acerca cada vez más a los nativos catalanes: la mitad de las nuevas atenciones se han dirigido a a las personas nacidas en esta comunidad y ya suponen el 39% del total de ayudas que ofrece Cáritas. La fractura social, sin embargo, no se ha producido gracias a las redes familiares. Estas se están haciendo cargo de “gran parte” de las necesidades de las nuevas personas en situación de pobreza.

La entidad ha convocado para este domingo una nueva colecta en las diferentes parroquias bajo el lema Un NO para nadie para poder responder a la nueva realidad generada por la crisis. “Ayudar es importante”, ha señalado Roglà. El 88% de los fondos que destina Cáritas a la atención de personas en dificultades provienen de donaciones privadas.