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El “solo sí es sí” llega al cine: las películas del otoño de 2024

La violencia sexual y en general muy distintas aproximaciones a mundos femeninos marcan los estrenos de la temporada en España

Películas otoño 2024 Babelia
Una imagen de 'Soy Nevenka', de Iciar Bollaín.david herranz
Gregorio Belinchón

El 30 de mayo de 2002 una economista y concejala del Ayuntamiento de Ponferrada, Nevenka Fernández, se convirtió a su pesar en una pionera a sus 27 años. Ismael Álvarez, alcalde de la misma localidad, su jefe, fue condenado por acoso sexual a su compañera de partido y de consistorio, reducida entonces y hasta hoy a Nevenka. Fue la primera vez que un político español era sentenciado por un delito de esa clase, aunque la economista perdió la batalla social tanto en la localidad leonesa como en toda España, y se mudó a Reino Unido. Dos décadas después, Icíar Bollaín estrena en salas, tras su paso por el festival de San Sebastián, el 27 de septiembre Soy Nevenka, una exploración de aquel terremoto social que sacudió una España aún enmohecida en su reacción a los abusos sexuales, y la primera de una serie de obras audiovisuales que subrayarán la imperiosa necesidad de que se entienda que en las relaciones solo sí es sí.

la rentrée cultural de 2024

Soy Nevenka se ha rodado entre Zamora y Bilbao, porque la sombra de Álvarez aún pesa en Ponferrada. Un espejo que muestra cómo ciertas actitudes aún se toleran, a veces y entre cierta sociedad, en la España de 2024. Urko Olazabal, el actor que da vida a Ismael Álvarez, concretaba en el rodaje la visión que durante años se tuvo de la economista: “Fíjate, su apellido nunca se mencionaba. Al dejarla solo en Nevenka se la cosificó, se la redujo a mero objeto femenino, a algo sin alma... Y además, ese nombre sonaba a extranjero, a alguien que hubiera venido de fuera para alborotar una ciudad”. El otro, el de fuera (aunque la familia de Fernández vivía en esa ciudad, la capital del Bierzo, y tanto la concejala como el regidor pertenecieran al mismo partido, el PP), molesta, rompe la paz.

Y en esa falsa concepción entra Querer, la serie de Movistar Plus+ de Alauda Ruiz de Azúa, que también se estrenará en el certamen donostiarra antes de llegar a la plataforma en octubre, y que cuenta la historia —es ficción— de Miren Torres, una mujer que denuncia a su marido por malos tratos y por violación continuada a lo largo de tres décadas de matrimonio. Un hecho del que ya hay jurisprudencia, y condenas, en España.

En la serie los grises, los tonos más interesantes, triunfan sobre los blancos y los negros, y como cuenta la actriz que le da vida, Nagore Aramburu, Miren sirve para algo más que ilustrar casos de agresiones, sino también para describir cómo los perciben quienes les rodean: familias, amigos y entorno social: “Es un mujer de Bilbao, de la margen izquierda, que se casó muy joven con un hombre adinerado de la margen derecha y que ha llevado aparentemente una vida estable, cómoda y socialmente tranquila. De escaparate. Sin exteriorizar nada demasiado y sin mirarse mucho. Dedicada a cuidar que todo estuviera bien, que los demás estuvieran bien. Y su principal dilema es decidir si se va a colocar ella en primer plano aunque eso implique poner en marcha un proceso de consecuencias imprevisibles e irreversibles”. En resumen, un tránsito como el de muchas otras parejas, y Querer se asoma a un mundo habitualmente clausurado a miradas externas, el que se desarrolla en el dormitorio de un matrimonio cuando se cierra la puerta. Y lo que ocurre después cuando se airea esa celda.

Los protagonistas de 'Anora', de Sean Baker, ganadora del Palma de Oro.
Los protagonistas de 'Anora', de Sean Baker, ganadora del Palma de Oro.Drew Daniels (Le Pacte)

En ese seno de la familia se pudren también los protagonistas de Un silencio, del belga Joachim Lafosse, que se estrena el 6 de septiembre. El padre es un abogado mediático, de imagen impoluta como defensor de la infancia. Puertas adentro, bulle un monstruo que hace tres décadas violó durante año y medio a un chaval y todas las noches aún se levanta en su caserón a visitar webs con contenidos pedófilos. Su primera justificación: le sirve para la investigación de sus casos. La segunda, y realizada ante su esposa: así controla sus impulsos.

Porque el silencio del título es el de ella, que sirve de paraguas para esconder la tormenta caída durante 30 años a sus vástagos. “La hija mayor, cuando conoce lo que pasó, le empuja a denunciar. El hijo pequeño se encuentra perdido... ¿Y ella? Me interesaba ahondar en alguien de otra generación, que vive aplastada por la vergüenza. Para mí no es cómplice, sino otra víctima, llámalo si quieres daño colateral, del pedófilo. Porque a veces no somos conscientes de lo difícil que es hablar, denunciar, para las víctimas de delitos sexuales”, contaba el director belga en la presentación de su drama, basado de manera lejana en un caso que conmocionó su país hace 15 años. Esas reacciones familiares ligan perfectamente con el paisaje emocional de Querer. Aun desligando la obra del autor, en junio el diario francés Libération publicó un reportaje en el que 12 mujeres (técnicos, guionistas y actrices como Virginie Efira) acusaban de bullying, acoso sexual y comportamiento inadecuado de Lafosse a lo largo de dos décadas. La misma Virginie Efira protagoniza Solo para mí, de Valérie Donzelli, un drama —estreno, 20 de septiembre— sobre el miedo a denunciar a un hombre cuando la víctima no es capaz de salir de la relación tóxica de pareja. La directora francesa ahonda en la violencia doméstica como el perfecto caldo de cultivo para acallar el dolor y la queja.

La actriz Karla Sofía Gascón, protagonista de la película 'Emilia Pérez'.
La actriz Karla Sofía Gascón, protagonista de la película 'Emilia Pérez'.

Solo para mí arranca un otoño en el que se estrenan una quincena de filmes que, liderados por personajes femeninos, reflexionan de formas muy distintas sobre diversas cuestiones que atañen a la mujer. O historias movidas por protagonistas féminas que nadan en mundos eminentemente masculinos, y que a la vez atañen a todos los seres humanos. Desde la nueva versión de Emmanuelle que dirige la francesa Audrey Diwan (su anterior trabajo, El acontecimiento, ganó el León de oro de Venecia) a La infiltrada, de Arantxa Echevarría, sobre la única policía que logró entrar en ETA; desde el acercamiento a la eutanasia y a cómo la afrontan quienes rodean a las mujeres que desean decir adiós a su propio ritmo, una visión que comparten La habitación de al lado, de Pedro Almodóvar, y Polvo serán, de Carlos Marques-Marcet, a otra aportación audiovisual de cómo asistir a la muerte de un ser querido en Los destellos, de Pilar Palomero. Y habrá sendas y muy abiertas aproximaciones a la transexualidad en Emilia Pérez, de Jacques Audiard, y La mitad de Ana, de Marta Nieto.

Sobre la presión social de la eterna belleza desbarra en clave gore La sustancia, de Coralie Fargeat, cuya protagonista se desdobla en los cuerpos de Demi Moore y Margaret Qualley. Wicked, de Jon M. Chu, lleva a la pantalla el musical homónimo de Broadway, la historia de cómo una mujer de piel verde esmeralda, despreciada por todos, se convierte en la malvada Bruja del Oeste de El mago de Oz. Otra historia de rechazo social y de supervivencia en medioambientes hostiles alimenta Las chicas de la estación, de Juana Macías. Sobre supervivencia en junglas sociales, aunque acabe usando el humor como herramienta de su aproximación, va Anora, de Sean Baker, la última Palma de Oro de Cannes, uno de los grandes estrenos de este otoño. También desde cierta amabilidad para dibujar crudeza nace Rita, el debut como directora de Paz Vega, que protagoniza una niña de 7 años, que vive en un barrio obrero en la Sevilla de 1984. Y sobre infanticidios y maternidades reflexionan Salve María, que recupera para el cine a su directora, Mar Coll, y La virgen roja, de Paula Ortiz, que recupera la historia real de la librepensadora y adolescente prodigio Hildegart Rodríguez Carballeira, un personaje que revolucionó la Segunda República, y que fue producto creado y manipulado, en toda la amplitud de las palabras, de su madre, Aurora Rodríguez.

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.
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