La sencillez americana de Diane Wakoski
La poeta californiana publicó en 1937 ‘Esperando al Rey de España’, un curioso título que hace referencia a una especie de príncipe azul, sacado de un libro de hadas
Nacida en California en 1937, la poeta Diane Wakoski publicó en 1976 Esperando al Rey de España, un curioso título que hace referencia a una especie de príncipe azul, sacado de un libro de hadas, que salvaguarda en su idealidad el descreimiento amoroso absoluto de una mujer acostumbrada a los desengaños. Por eso esa figura aparece una y otra vez tanto como aparece el amado perdido, nombrado por sus iniciales (M.), y como aparece la soledad que resulta del abandono: “Estoy sola,/en una casa oscura, / viendo caer la nieve en los espinos y olmos…/conociendo el dolor de tantos fracasos en el frío”.
La aspereza de la pérdida tiene siempre un contrapeso en la naturaleza: árboles, frutos, pájaros, muchas flores —”Un día brillante/es un día con flores”— y el océano Pacífico también, en cuyas playas los cuerpos femeninos se alzan como emblema de la belleza de la que dice carecer la autora: “Pero a ti no podría ofrecerte el cuerpo esbelto, bronceado y fantástico/ de una chica californiana de playa”. La mirada contemplativa no se cansa de absorber la plenitud de esa naturaleza, aun en medio del dolor, como la poesía y la música no cesan tampoco de acudir al rescate de quien se siente perdida y abandonada. Si la naturaleza cura, también lo hace el arte.
Jamás se cuela por estas páginas nada que no sea una especie de verdad autobiográfica, no importa que se acompañe en ocasiones de tintes ficcionales, puesto que estamos ante poemas esencialmente narrativos. Pero su voz primordial es natural y sencilla, y conmueve por eso. El lector cree esa sencillez y esa naturalidad, sin más, y se acomoda a ella, como en un relato cordial e íntimo, junto al fuego (pongamos). Su stevensianismo es esencialmente contemplativo —jamás abstracciones subidas de tono—, y capta lo sencillo esencial: los pimientos, las cebollas, los limones, las camelias, las fucsias, las rosas: “La vida era un ‘bodegón’ para mí. Y un festín”. O bien: “…La causa del pimiento carece/ de propósito, / pero… se aferra a la vida/como la hoja solitaria y fatigada del arce/en lo más oscuro del invierno”. O sea, toda una lección emersoniana: en los dones moderados está la salvación, no en otra parte, ni siquiera en el amor, que suele fracasar. Excelentes traducción y prólogo de Eduardo Moga y muy reveladoras las palabras de Wakoski, exclusivas para esta edición en español.
Esperando al Rey de España
Edición bilingüe a cargo de Eduardo Moga
Bartleby, 2022
216 páginas. 17 euros
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