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Hay un río de oro negro bajo A Coruña

‘Camiño negro’ es una serie fotográfica que recorre el itinerario trazado por un oleoducto soterrado a lo largo de seis kilómetros en la ciudad gallega, que pone de relevancia las contradicciones entre la idea de progreso y otras alternativas de subsistencia

Fotografía sin título perteneciente a la serie 'Camiño negro', 2017-2019.
Fotografía sin título perteneciente a la serie 'Camiño negro', 2017-2019.Damián Ucieda

Existe una ruta soterrada en A Coruña que no es fácil de detectar. Se extiende a los largo de seis kilómetros, entre arrabales, carreteras y zonas verdes. Un camino de ida y vuelta, por donde circulan toneladas de petróleo. Parte del puerto hasta alcanzar la refinería del valle de Bens, pero su recorrido es solo visible en su primer tramo, cuando cruza la carretera desde el puerto y a su paso por el barrio de los Castros. El resto queda oculto a los ojos de los transeúntes. Solo unas balizas bicolor, las cámaras de seguridad o distintos carteles advierten indirectamente de su existencia. Un camino de oro negro que revela la transformación de un territorio y pone en evidencia las contradicciones entra la idea de progreso y la pervivencia de otras formas de vida y subsistencia. La tensión entre la población y una industria pesada que Damián Ucieda (A Coruña, 1980) ha sabido captar con su cámara para dar forma a un libro y a una exposición que comparten título, Camiño negro, que hasta el 29 de julio podrá verse en la galería Formato Cómodo de Madrid, dentro de la programación del festival off de PHotoEspaña.

El proyecto comenzó en 2017. El interés del fotógrafo por los contextos industriales y las zonas periféricas de la ciudad ya se había materializado en anteriores series y aquel año centró su atención en Meicende, una población a seis kilómetros de A Coruña, donde, en 1960, apenas había más de 150 casas. La radical reconversión industrial de aquellos años se percibe no solo en la fisionomía del núcleo urbano sino también en la calidad de su aire. En aquellos terrenos, originariamente dedicados al cultivo y a la ganadería, se construyó una refinería. Una instalación que Ucieda ansiaba fotografiar desde su interior, pero ante la negativa de la empresa optó por pasear por sus proximidades y observar la zona bajo una nueva perspectiva. Con la mirada al frente, siempre hacia delante, el fotógrafo seguirá la senda marcada por un río negro; las cicatrices de la industria. En ocasiones girará la vista a ambos lados, escudriñando detalles, con el fin de que el territorio revele su condición. “A su papel como artista —como fotógrafo—, Ucieda incorpora el de un paseante que convierte el caminar en una práctica estética. Modificando culturalmente el significado del espacio por donde transita”, escribe Juan de Nieves, comisario de la exposición, en uno de los textos que se incluyen en el libro.

Camiño negro atraviesa polígonos industriales, barrios de protección oficial, destartaladas parcelas donde las gallinas aún campan en libertad, y donde las ovejas pastan en el verde cada día menos verde. Pequeños huertos cultivados por los vecinos, y cuyos frutos, con frecuencia, aparecen quemados por la contaminación que desprende la refinería. Era una zona muy fértil, “parecía un jardín de patatas todo corrido”, rememora un paisano, cuyos antepasados vivieron de los que producían esas tierras, en un vídeo que acompaña a la serie fotográfica. Rara vez el autor centra su atención en la figura humana a la hora de componer este silencioso e inquietante relato visual en blanco y negro. Una obra desprovista de toda sensualidad donde una infinidad de detalles reclaman la atención del espectador para ser interpelado a través de la crítica y de la poesía.

Fotografía sin título perteneciente a la serie 'Camiño negro', 2017-2019.
Fotografía sin título perteneciente a la serie 'Camiño negro', 2017-2019.Damián Ucieda

A lo largo de su desarrollo, el proyecto fue tomando distintas derivas. Pasó de ser una serie fotográfica a un trabajo de investigación que contó con la colaboración de distintos expertos para profundizar sobre las distintas vertientes que confluyen en la zona. “El itinerario pasa por el Barrio de las Flores, un barrio de protección oficial, que a simple vista parece un heredero de la Ciudad Radiante de Le Corbusier, con sus edificios altos y zonas verdes”, señala Ucieda. “Estos parques esconden el oleoducto, —más bien polioducto— ya que no se puede construir sobre él. Uno podría pensar que es un espacio público, pero a lo largo de las averiguaciones llevadas a cabo no conseguimos clarificar la catalogación del suelo. Algunos de estos terrenos son concesiones, otros propiedad de la compañía petrolífera, y otros zonas de paso”. Lo público y lo privado se solapan en este desolado territorio híbrido, a medio camino entre lo rural y lo urbano, definido por la presencia de edificios altos, alargadas chimeneas y coches aparcados cubiertos de hollín.

El fotógrafo trabaja con una cámara de placas, que requiere largos tiempos de exposición, lo que facilitó poder hablar con la gente de la zona, quienes le narraron los efectos de la refinería en sus vidas: la contaminación, el ruido, el polvo y los olores. De igual forma, el libro incluye textos firmados por Leticia Gutiérrez Becker, Iago Carro y Emilio Santiago Muiño sobre las implicaciones de la introducción de la industria en la zona desde distintas puntos de vista: el del urbanístico, el ambiental y el energético, cuyas grandes amenazas son ya una realidad.

En este inhóspito paisaje, reflejo de nuestra sociedad, la naturaleza parece no doblegarse a la voluntad del hombre y encuentra su camino por las rendijas más insospechadas, reclamando su espacio mientras por el Camiño negro fluye el sustento del hombre moderno. Una cicatriz, que tal y como advierte Santiago Muiño, autor de de uno los textos, no habla menos de una herida pasada que de las que están por venir. “Una herida premonitoria que está a punto de abrirse, y que desgarrará nuestras seguridades y nuestras convicciones antropológicas más profundas”.

Camiño Negro’. Damián Ucieda. Turner Libros. 160 páginas. 34 euros.

Camiño Negro’. Damián Ucieda. Galería Formato Cómodo. Madrid. Hasta el 29 de julio.

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