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El peronismo cierra heridas a la espera de un candidato opositor en Argentina

Las primeras encuestas tras el cierre de listas muestran cómo el ultraderechista Javier Milei pierde fuelle

Sergio Massa y Daniel Scioli en Buenos Aires, el 29 de junio de 2023.
Sergio Massa y Daniel Scioli en Buenos Aires, el 29 de junio de 2023.Ministerio de Economía (EFE)

El agónico cierre de listas una semana atrás dejó en carne viva al peronismo. A su vez, fue el puntapié para una nueva escalada verbal entre los rivales internos de la coalición opositora Juntos por el Cambio (JxC). El peronismo ha buscado ocultar esas heridas con gestos teatrales de reconciliación protagonizados por el precandidato consensuado in extremis, el ministro de Economía, Sergio Massa, y los postulantes obligados a dar un paso al costado, Daniel Scioli y Eduardo De Pedro. Queda en pie el dirigente social Juan Grabois, pero sin el respaldo del aparato partidario, unido detrás de Massa, la batalla entre ellos se presenta desigual. Todo lo contrario a la que tiene lugar en JxC, con casi empate técnico entre los dos grandes contrincantes —Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta— a falta de seis semanas para las elecciones primarias.

Con Massa, el kirchnerismo quedó fuera de la carrera electoral. Su máxima referente, la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, lo presentó a las bases como un acto de responsabilidad. “Tenemos una gran responsabilidad con la sociedad de no estar discutiendo entre nosotros sino de ocuparnos de los problemas de la gente”, dijo en su primera intervención pública tras el cierre de listas, el pasado lunes. Sus palabras fueron un palo al jefe de Estado, Alberto Fernández, máximo defensor de la candidatura de Scioli y de la celebración de primarias, pero también a la oposición, enzarzada en una feroz pelea interna por el liderazgo.

Massa y Scioli son enemigos íntimos, pero ahora se muestran juntos frente a las cámaras para escenificar la unidad del peronismo. Ya sin representar una amenaza inmediata, Scioli fue recibido por Kirchner y por el presidente, Alberto Fernández, quien le soltó la mano en el último minuto tras haberlo alentado durante meses a que presentara batalla.

El ministro de Economía, que aún no ha hecho público cuando renunciará al cargo para centrarse en la campaña electoral, espera a que se definan los candidatos opositores en primarias mientras negocia estos días con el Fondo Monetario Internacional. Obtener un adelanto de fondos sería una comodín inestimable para el precandidato peronista, que hace lo posible por mantener a flote la economía y el valor del peso argentino con un sinfín de parches cambiarios y sin reservas internacionales.

Por ahora, Massa tiene de su lado a los mercados internacionales. Las importantes subidas de los bonos argentinos en los últimos días mostraron la satisfacción del sector financiero por saber que gane quien gane las elecciones presidenciales del próximo 22 de octubre, el futuro presidente será promercados.

La principal incógnita que resta por despejar es quién será el principal adversario opositor de Massa, si Bullrich o Rodríguez Larreta. El alcalde de Buenos Aires, más cercano ideológicamente al centro que representa Massa que a la derecha dura de la exministra de Seguridad, ha intentado acorazar su imagen rodeándose de halcones.

La última semana fue un paso más allá y disparó contra su exjefe para golpear así a su pupila predilecta. El modelo de Patricia Bullrich, para Rodríguez Larreta, “es el que intentó Mauricio Macri”. “Ese modelo fracasó”, aseguró en una entrevista radial. La respuesta fue casi inmediata. “Hay límites en una campaña”, advirtió Bullrich antes de llamarlo “ventajero total”, “oportunista” y asegurar que le parecía “muy deleznable” criticar a quien fue su jefe político durante dos décadas.

Las peleas dentro de JxC, que a principios de año se veía como claro ganador de la elección presidencial, permitieron que creciese a su derecha Milei. Sin embargo, los candidatos del economista ultraliberal han sufrido severas derrotas en las distintas elecciones provinciales y las encuestas muestran que Milei pierde fuelle. De confirmarse la caída, la disputa volvería a polarizarse entre la oficialista Unión por la Patria (que reemplaza al Frente de Todos) y JxC. Sin embargo, todos saben que a partir de ahora cualquier error se pagará caro.

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