La inflación interanual en Argentina sube al 114% en medio de la campaña electoral

Argentina registró en abril una inflación mensual de 7,8%. El índice interanual, que en febrero ya había roto la línea del 100% por primera vez desde los noventa, escaló hasta el 114,2%. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) que difunde todos los meses el Instituto Nacional de Estadística (INDEC) registró para el mes pasado una subida del 5,8% en alimentos, la mejor cifra en lo que va del año, mientras los aumentos más fuertes han sido las tarifas de servicios públicos (11,9%) y restaurantes (9,3%). Pero las nuevas cifras de la crisis crónica de la economía han encontrado a los argentinos esperando otras noticias. La publicación del dato del último mes ha coincidido este miércoles con el cierre de las alianzas oficiales para las elecciones de octubre y, mientras el país espera una definición del peronismo sobre su candidato, la alianza de gobierno afronta divida la decisión final sin dar señales de tener clara su estrategia electoral.

La última decisión del peronismo ha sido mantener su alianza frente a las primarias obligatorias del próximo 13 de agosto. El Frente de Todos, que aupó a la presidencia a Alberto Fernández en 2019 por decisión de la expresidenta Cristina Kirchner y la venia de hasta entonces uno de sus opositores más furiosos, Sergio Massa, ha presentado este miércoles su alianza renovada bajo el nombre de Unión por la Patria. Competirán como un bloque y no por separado frente a sus rivales.

Solo les falta la unión detrás de un candidato. Kirchner, hoy vicepresidenta, y Massa, actual ministro de Economía, buscan una lista de unidad, aunque con el poco poder que todavía ejerce el presidente Fernández empuja a definir un candidato en las primarias. Los únicos candidatos que tiene el peronismo sobre el papel son su jefe de ministros, Agustín Rossi, y el último embajador argentino en Brasil y antiguo contendiente a las elecciones de 2015, Daniel Scioli. Ninguno alcanzaría el 10% del voto en las últimas encuestas, pero Scioli ha dejado claro que no renunciará a la carrera presidencial.

En 2019, la crisis económica frustó la reelección de Mauricio Macri y cuatro años más tarde el peronismo sabe que necesita mejorar la economía si quiere tener una oportunidad electoral. La inflación, una vez más, es la piedra en el zapato del Gobierno. En 2022, el PIB creció un 5,2% y el desempleo descendió hasta el 6,3%. Sin embargo, creció también la pobreza y las dificultades de muchas familias para acceder a una vivienda digna e incluso para comprar alimentos debido al aumento desbocado de los precios. En este 2023, los sindicatos pelean por lograr subidas salariales para los trabajadores por arriba del IPC, pero salvo excepciones —como el gremio de trabajadores de neumáticos, que logró un aumento del 127%— la mayoría empatan o quedan unos puntos por debajo. Algunos colectivos, como docentes y trabajadores del transporte público, han organizado huelgas en distintas regiones del país para exigir mejores sueldos y se prevé que aumente la conflictividad social si el Gobierno no da respuesta.

Poco después de asumir, Massa prometió que reduciría la inflación y que a esta altura del año el aumento de precios mensual sería inferior al 3%. El dato conocido este miércoles es inferior al del 8,4% del pasado abril, pero más del doble de ese pronóstico inicial. Aún así, Massa se mantiene como uno de los hombres más poderosos del peronismo y no se descarta su candidatura presidencial.

Críticas opositoras

La oposición sabe que la inflación es el talón de Aquiles de Massa y dirige allí sus dardos. “7,8 %. El índice mensual del fracaso y la decadencia sin ninguna política para revertirlo. Es el cambio o es esto.”, ha señalado Patricia Bullrich, exministra macrista de Seguridad y precandidata por la alianza Juntos por el Cambio. “Las cuentas no dan, la plata no alcanza para nada y no se llega a fin de mes. No podemos seguir así”, ha coincidido su rival interno, el alcalde de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta.

La última palabra en el peronismo la tiene Cristina Kirchner. El grueso de la militancia espera la decisión de la vicepresidenta, que dejó claro en diciembre que ella no será la candidata, pero hasta ahora no ha decidido señalar otro nombre. Las primarias de agosto, que por ser obligatorias funcionan como una gran encuesta nacional para las generales de octubre, la han acercado a Massa en la necesidad de presentar un candidato único que pueda mostrar músculo ante la coalición de centroderecha de Juntos por el Cambio y el auge de la ultraderecha del diputado Javier Milei.

Uno de los nombres que han sonado más fuerte desde el entorno de Kirchner es el del ministro del Interior, Wado de Pedro. Este político de 46 años, hijo de desaparecidos por la dictadura argentina, exdiputado y exsecretario general de Presidencia, es conocido por su carácter dialoguista y sus buenas relaciones con empresarios y gobernadores provinciales.

El fin de semana pasado, en el congreso de su propio partido, Massa advirtió que quiere unidad pero que si hay primarias, también jugará el partido. “Vamos a estar poniendo lo mejor de nosotros y buscando los mejores acuerdos”, dijo en el acto de cierre. Sus palabras muestran la aparente resignación de Massa ante la insistencia de Scioli por competir en primarias con cualquier candidato que se postule por la alianza peronista.

Faltan diez días para el cierre de listas, el plazo máximo para saber si Massa se lanza de lleno a la campaña electoral al frente de una candidatura presidencial, si opta por otro puesto o se mantiene al frente de la cartera económica.

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