Rebeca Grynspan: “Es el momento de América Latina, le toca la Secretaría General de la ONU”
La veterana política costarricense, hoy responsable de la Conferencia sobre Comercio y Desarrollo de Naciones Unidas, es considerada una de las posibles candidatas a dirigir la ONU. En entrevista con EL PAÍS analiza el futuro de la región y apuesta por su protagonismo a pesar de las tensiones arancelarias y las amenazas de Trump.
Rebeca Grynspan es una de las políticas latinoamericanas con mayor trayectoria internacional. Fue vicepresidenta de Costa Rica, el país donde nació hace casi 70 años. Trabajó con Ban Ki-moon, que la nombró secretaria general adjunta de la ONU y administradora asociada del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Hace una década fue elegida por unanimidad como secretaria general iberoamericana y este año concluirá su mandato al frente de la Conferencia sobre Comercio y Desarrollo de la organización. Su nombre suena como firme candidata a la secretaria general de la ONU, algo que cuando se le pregunta, contesta: “Este es un momento para América Latina y el Caribe, le toca la secretaría general de Naciones Unidas”. Voz prestigiosa en materia de negociaciones multilaterales, con un talante prudente y sosegado, Grynspan participó esta semana en el Foro Económico Internacional organizado en Ciudad de Panamá por CAF-banco de desarrollo de América Latina y el Caribe, el Grupo PRISA y World in Progress (WIP).
Pregunta. Una noticia de última hora. Trump acaba de anunciar que trasladará a Guantánamo 30.000 migrantes sin papeles. Como ciudadana latinoamericana, ¿qué sensación le producen este tipo de medidas?
Respuesta. Habría que entender mejor de quién está hablando.
P. ¿Pero Guantánamo no le sugiere violación de los derechos humanos?
R. Criminalizar, pareciera; pero habría que saber si está hablando de gente que ha pasado por un juicio, de convictos en Estados Unidos. ¿De quién está hablando? Con un solo tuit, no podemos saberlo. Por supuesto que Guantánamo tiene un simbolismo muy grande. Y yo espero que ningún ciudadano de América Latina, incluso los inmigrantes sin papeles que han ido a buscar a Estados Unidos una mejor vida, a trabajar, a ser ciudadanos de bien, termine privado de libertad.
P. Estamos en Panamá y Trump ha reclamado la devolución del Canal. ¿No cree que la tensión que genera la Casa Blanca es mala para las relaciones políticas internacionales, para el avance de las sociedades latinoamericanas?
R. Si va a haber cambios, uno quisiera saber cuáles son, porque la economía se adapta a ellos. Lo peor es mantener una incertidumbre prolongada, porque eso frena la inversión, y hace que el sector privado tenga que parapetarse y esperar. El mundo se ha adaptado a muchas cosas, pero hay que tener certidumbre, saber cuáles son las nuevas reglas del juego.
P. ¿Y cuánto cree que pueda durar esta fase de incertidumbre?
R. Espero que sea corta y deberíamos tratar de no sobredimensionarla. Una guerra comercial, una guerra de tarifas requiere que estas sean muy generalizadas y, en ese sentido, hay que ser pacientes para saber que va a pasar. ¿Vamos a enfrentarnos unas tarifas a ciertos sectores con una cierta justificación o vamos a enfrentarnos algo más generalizado? Esos dos escenarios distintos...
P. Pero los aranceles son perjudiciales no solo para la región, sino también para Estados Unidos, ya que afectan a la competencia interna. ¿Le preocupa?
R. Muchas veces el comercio es señalado como la fuente del problema, pero el verdadero problema es el descontento de importantes sectores de la población que sienten que no tienen las mismas oportunidades que antes, que han perdido en sus salarios reales. Y ese descontento ha de tener una respuesta por parte de los gobiernos. Los aranceles por sí solos no producen el resultado. Se requiere una política de creación de empleos, de creación de capacidades, de inversión interna que vaya más allá del arancel mismo.
P. ¿Qué impacto pueden tener las tensiones entre Estados Unidos y China?
R. La competencia es parte de la economía global, pero debe existir algún tipo de coordinación y cooperación entre los dos países. Hasta dónde llega esa competencia es una pregunta abierta, aunque no tengo ninguna duda de que va a ser fiera. En este sentido, es importante que China esté apostando por un aumento de su mercado interno, esa es una estrategia que puede servir para reequilibrar la economía mundial. Otro punto es que la estructura del comercio internacional ha cambiado: el comercio norte-norte es hoy en día igual al sur-sur, lo que no pasaba desde hace 200 años. Y no es solo China, es también la India, Indonesia, Turquía o Vietnam. Es una oportunidad para los países en desarrollo.
P. Su trayectoria política ha sido dilatada y es bien conocida internacionalmente. ¿Qué le ha aportado la política? En lo personal.
R. En política me di cuenta de que uno puede hacer cosas que afectan a la vida de la gente para bien y eso es un privilegio, un regalo de la vida. La posibilidad de que un pedacito de tus sueños pueda llevarse a la realidad.
P. Y dándole la vuelta a la pregunta, ¿usted qué le ha dado a la política? ¿Cuáles son sus valores fundamentales?
R. Soy una persona que puede dialogar, no estoy convencida de tener todas las respuestas, pero estoy convencida de que puedo ayudar a encontrar las respuestas de una manera más consensuada.
P. ¿Cómo se definiría ideológicamente?
R. No creo en las etiquetas. Todo lo que teníamos claro cuando yo estaba en la Universidad ahora está muy mezclado. Por lo tanto, me definiría menos cajoneramente que en el pasado. Me parece que lo que me define es buscar eso, creer que se puede efectivamente mejorar la vida de las personas.
P. Se habla de usted como posible candidata a la Secretaría General de la ONU.
R. Es temprano para eso, ¿no? Lo que yo sí creo es que le toca a América Latina.
P. ¿Cree usted que le toca a América Latina, a una mujer latinoamericana y a una mujer con experiencia en política internacional? ¿Ese sería un buen perfil?
R. No voy a caer en el error de decirle que sí, porque eso me define a mí [ríe]. Pero yo creo lo siguiente, y de verdad lo creo firmemente. Este es un momento para América Latina y el Caribe, le toca a América Latina y el Caribe. Y creo que América Latina y el Caribe tiene muchos candidatos con las condiciones necesarias para ocupar ese puesto de manera excelente, y por lo tanto debe haber competencia.
P. Eso es que no lo descarta...
R. ... [Grynspan sonríe y guarda silencio]
P. ¿Y su proyección política de futuro por dónde pasa? Porque también se habla de su vuelta a Costa Rica.
R. No, no voy a volver a la política costarricense. Tengo muchos años fuera de Costa Rica y eso no lo contemplo, no está en mis planes.
P. Pero sí seguir en la ONU.
R. Mi casa ahora es la ONU, sí. Con todo lo que amo a mi país, no pienso volver a la política nacional.
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