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Petro nombra ministro de Defensa al general que rescató a los niños perdidos en la selva

Colombia tendrá con Pedro Sánchez el primer ministro militar desde la Constitución de 1991

Juan Diego Quesada
El general Pedro Sánchez, encargado de la operación de búsqueda de los niños perdidos en El Guaviare, para un retrato en su oficina para el diario EL PAÍS en Bogotá, Colombia, el 16 de junio de 2023.
El general Pedro Sánchez, en 2023.Diego Cuevas

Gustavo Petro ha nombrado este miércoles ministro de Defensa a Pedro Sánchez, el general que comandó la búsqueda de los niños perdidos en la selva. Los menores, que sobrevivieron a un accidente de avioneta en el que murieron su madre y el piloto, fueron rescatados después de 40 días deambulando por la Amazonía. La historia de los niños indígenas se convirtió en un fenómeno universal del que se han hecho documentales y libros. Serio, conciso y muy abierto a explicar los operativos a los periodistas, Sánchez se hizo muy popular. Entre su tropa se le reconoce un carisma y un trato amable que contrasta con la brusquedad del mundo castrense.

Sánchez tiene por delante una tarea descomunal. La paz total de Petro no ha funcionado. El presidente quería negociar y rendir a todos los grupos armados al mismo tiempo y no ha sido posible, ni siquiera con quien parecía más factible, el ELN. La seguridad se ha deteriorado. En el Catatumbo, una región fronteriza con Venezuela, la guerrilla está cometiendo asesinatos selectivos y se enfrenta a fuego a campo abierto contra otros grupos criminales. En el caótico Consejo de Ministros de hace dos semanas, retransmitido en vivo, la ministra de Justicia dijo que el operativo desplegado en ese territorio por el Gobierno no había funcionado y que la violencia continúa, al igual que en otras regiones.

Su nombramiento no sorprende por ser él, sino porque Petro, un exguerrillero, sea el primer presidente que coloca a un militar a cargo de un ministerio desde que Colombia cambió su Constitución en 1991. La medida puede resultar polémica, ya que la izquierda pedía en los años ochenta que Defensa lo encabezara un civil. El nombre de Sánchez se pronunciaba en el Palacio de Nariño, la residencia presidencial, desde el milagro que supuso la aparición de los menores, encontrados en un primer momento por rastreadores indígenas y sacados de la selva con vida por los militares de élite. Hace un mes, se especuló con que el general iba a ocuparse de la seguridad personal del presidente.

El presidente anunció en redes sociales su decisión y de paso criticó a Benjamín Netanyahu y Donald Trump: “En el mundo generales israelíes bombardean y matan 17.000 niños en Gaza, autoridades de los EEUU mandan niños con sus padres encadenados por ser migrantes. En Colombia los que se llamaban antes revolucionarios, por pura codicia traqueta, asesinan los niños de su propio pueblo”. “Yo nomino como ministro de defensa de la Colombia: Potencia Mundial de la Vida a quien salvó la vida, al lado de los indígenas y la selva, a niños y niñas indígenas que hoy corren alegres y libres. Es mi mensaje al mundo para que dejen de asesinar niños por la codicia y luchen por la vida. El general Pedro Sánchez nos ayudará a llevar a Colombia a la paz”, añadió.

Sánchez llega en un momento crítico para la defensa del país. Además de la crisis en el Catatumbo, existen otros 11 focos de violencia. Muchos expertos aseguran que el problema de fondo es que con la política de paz de Petro se reemplazó la de seguridad. La apuesta era negociar con los grupos armados en vez de fortalecer las operaciones de combate o inteligencia. El nuevo ministro también podría enfrentar una situación compleja al poco de llegar si la cúpula militar dimite. Existe una regla no escrita en el mundo castrense, por la cual abandonan su cargo cuando se rompe la jerarquía o la antigüedad. Una posibilidad sería que Sánchez pidiera la baja y tomara posesión como civil.

El Gobierno se encuentra en plena ebullición. Después del Consejo de Ministros han renunciado 5 ministros y otros 23 altos cargos. La vicepresidenta Francia Márquez también medita marcharse. El encargado de sus asuntos más próximos, Jorge Rojas, se fue enfadado por el nombramiento como asesor principal de Armando Benedetti, que se ha visto envuelto en varios escándalos en estos dos últimos años. Otro cercano a Petro, Augusto Rodríguez, ha acusado de corrupción a Benedetti -este le ha demandado por calumnias- y ha revelado que la campaña presidencial estuvo a punto de recibir una donación de 110.000 dólares de un contrabandista.

Día sí y día también la gente de su alrededor se enfrenta entre sí. El ministro de Comercio ha hecho público un documento en el que detalla con nombres y apellidos quién le pidió cargos relevantes cuando era director de la dirección de Impuestos y aduanas. Se asemeja a un tratado de la política clientelista en Colombia. En estas circunstancias la gobernabilidad resulta difícil. Petro reconoce que no se han cumplido muchas de las promesas que hizo en campaña y asegura que ha puesto el acelerador para que estas se cumplan. Con Benedetti a su lado, confía en mejorar las alianzas con otras bancadas del Congreso y preparar a un posible sucesor o sucesora en 2026 que no borre lo que ha hecho.

A Petro no le sobrevive ningún ministro de su primer Gabinete. Solo queda la ministra de Medio Ambiente, Susana Muhamad, quien de todos modos ya ha presentado su renuncia y se marchará en marzo después de dejar zanjados algunos proyectos. En este contexto no resulta fácil encontrar ministros de peso. Queda año y medio por delante para no terminar de fallarle “al pueblo” y cumplir con el cambio prometido. Petro vive una restructuración total en todo lo que le rodea.

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Sobre la firma

Juan Diego Quesada
Es el corresponsal de Colombia, Venezuela y la región andina. Fue miembro fundador de EL PAÍS América en 2013, en la sede de México. Después pasó por la sección de Internacional, donde fue enviado especial a Irak, Filipinas y los Balcanes. Más tarde escribió reportajes en Madrid, ciudad desde la que cubrió la pandemia de covid-19.
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