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En colaboración conCAF

‘Un dólar por una ola’: surf para cambiar vidas en el relegado Pacífico de Panamá

Con su primer centro educativo, inaugurado este año, la oenegé ‘Waved’ busca que la juventud de la pequeña población de Isla Cañas progrese de la mano del deporte

Surf Pacífico de Panamá
Niños participan en un programa de la oenegé ‘Waved’ en Isla Cañas, Panamá.Waved
Armando Quesada Webb

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Panamá es, en realidad, dos países. Por un lado, la capital, Ciudad de Panamá, una metrópoli única en el istmo centroamericano, que concentra la mayor parte de la actividad económica. Por el otro, “el interior”, como lo llaman los panameños, donde el nivel de desarrollo es inversamente proporcional a la distancia con la ciudad. Isla Cañas, en el Pacífico y a 350 kilómetros de la capital, es un claro ejemplo de esta disparidad: su 50% de pobreza contrasta con el 21% a nivel nacional, según cifras oficiales. Pero Bastian Barnbeck (Magdeburgo, Alemania, 39 años) vio en la juventud de la isla un “gran potencial”. Con el surf como herramienta, eligió esta comunidad para establecer este año el primer centro educativo de Waved, la oenegé que fundó hace un lustro.

Para Barnbeck, las olas son una metáfora de las dificultades de la vida. Cree que, al aprender a surfear, los jóvenes obtienen autoestima y confianza en sus capacidades. El alemán dejó su país natal a los 18 años para formarse en Turismo, una decisión que lo llevó a vivir y trabajar en varios países de Europa y, después a Brasil. En 2016, mientras buscaba dónde desarrollar por su cuenta un proyecto para apoyar a juventudes marginadas, decidió mudarse a Panamá.

Un niño participa en un programa de surf de Waved.
Un niño participa en un programa de surf de Waved.Waved

La nación centroamericana cumplía con todas las condiciones que buscaba: se trata de un país estable y relativamente seguro, pero profundamente desigual y con necesidades educativas. Recién llegado a tierra panameña, Barnbeck puso en marcha Waved (unión de las palabras “ola” y “educación”, en inglés), una iniciativa que combina el entrenamiento de surf con clases de idiomas para que la juventud local pueda vislumbrar nuevas oportunidades y trabajar por el progreso de sus comunidades.

En Isla Cañas, ubicada en medio de un refugio de vida silvestre y con menos de 1.000 habitantes, las brechas sociales son palpables, de acuerdo con Barnbeck. “Hay muy pocas personas con empleo formal, por lo que tampoco están inscritas en el seguro social. Casi la mitad del pueblo no sabe leer o escribir, el nivel de educación es un reto y la consecuencia es la falta de trabajo. Además, hay una situación crítica a nivel de infraestructura y de servicios”, explica Barnbeck por videollamada con América Futura desde Isla Cañas. Para el alemán, no obstante, este territorio “tiene mucho potencial para el turismo”, aunque dice que le hace falta organización.

Según un estudio de la Unesco de 2023, realizado en colaboración con el Ministerio de Educación y Waved, el 73% de las empresas en Panamá consideraban “difícil” encontrar personas de entre 18 y 29 años lo suficientemente capacitadas para trabajar. Una de las razones principales era el dominio del inglés. Por eso, las clases de idioma son un punto central en el programa de la oenegé.

Los estudiantes que se matriculan, niños y adolescentes que provienen también de otras comunidades vecinas, reciben lecciones de español e inglés, un programa de surf, refuerzo académico para el año escolar y también participan en otras actividades extracurriculares, como jornadas de reforestación. Dentro del curso, según Barnbeck, un punto esencial es que los jóvenes “conecten con el mar, aprendan sobre mareas, corrientes y la importancia de proteger el planeta”.

En Waved cuentan con un equipo de 25 personas, la mayoría voluntarios tanto locales como extranjeros, divididos entre la escuela en Isla Cañas y una oficina que tienen en la capital. El proyecto se sostiene gracias a donaciones (el 40% provenientes del extranjero), así como al apoyo de empresas, el Gobierno local, el Ministerio de Eduación de Panamá y la misma comunidad.

Bastian Barnbeck en la Isla Cañas, en Panamá.
Bastian Barnbeck en la Isla Cañas, en Panamá.Waved

Una ola, un dólar

“La idea inicial no era quedarme en Panamá, sino empezar un pequeño proyecto que se siguiera moviendo en los siguientes meses por Costa Rica hasta llegar a México, pero me quedé porque conectamos con la comunidad y con los chicos y hemos visto una respuesta por parte de los donantes”, cuenta Barnbeck.

Desde antes de mudarse al país centroamericano, el alemán ya había contactado al Gobierno y tramitado los permisos para poner en marcha su iniciativa. “Ellos recibieron una carta en la que yo les pedía una escuela pequeña con necesidades y cerca del mar. En aquel momento, el ministerio tenía un programa que se llamaba Mi escuela primero, con el que una persona o empresa podía ser padrino de una escuela, y entonces yo postulé”, relata.

Dos semanas después de llegar a Panamá, el Ministerio de Educación lo llamó para asignarle la Escuela Los Destiladeros, ubicada en el pueblo del mismo nombre en la provincia de Los Santos, a la que también pertenece Isla Cañas. Allí, con el permiso de los padres, Barnbeck llevó a 15 niños a la playa para “probar un deporte extremo que nunca habían imaginado” y dio los primeros pasos con lo que después se convertiría oficialmente en Waved.

Tres años después de aquella primera experiencia, Waved ya era una organización acreditada por los ministerios de Educación y de Desarrollo Social. Fueron en total siete años colaborando con el Gobierno y realizando campañas de recolección de fondos con los que Barnbeck calcula que beneficiaron a unos 2.000 niños.

El alemán implementó un modelo de recaudación que llamó Un dólar por una ola, que consistía en alianzas con empresas y surfistas para realizar eventos en los que se hacía una donación por cada ola surfeada. “En un día podíamos recaudar 2.500 dólares que al final invertíamos en una escuela pública”, explica.

El camino llevó a Waved a Isla Cañas, pero la ambición de expandirse más allá de Panamá “sigue viva”: “La intención es ahora replicar ese tipo de escuelas en otras partes aquí en Panamá y también en la región. Ese sueño de poder ir a otros países solo tuvo un pequeño atraso”, dice su fundador.

Desarrollo regional

Con la escuela de Waved, Barnbeck aspira a que los jóvenes puedan eventualmente desarrollar sus propios proyectos turísticos en Isla Cañas y que encuentren más oportunidades para trabajar en su comunidad. “Queremos que promuevan su origen, su isla y que no necesariamente tengan que ir a Ciudad de Panamá para poder trabajar”, indica el alemán.

El fundador de la oenegé considera que, en Panamá, el turismo comunitario es un ámbito poco explorado, y que en territorios como Isla Cañas podrían seguir el ejemplo de ciertas comunidades de la vecina Costa Rica, donde son los locales quienes manejan las empresas turísticas y no agencias extranjeras. “Al local hay que formarlo, hay que capacitarlo para que él realmente pueda ser el protagonista y que esté a cargo de sus servicios o productos turísticos y que la misma comunidad también se sienta responsable”.

Con el desarrollo de este tipo de iniciativas, Barnbeck sostiene que se puede trabajar para disminuir la brecha con la ciudad. No solo mediante oportunidades de trabajo, sino estableciendo vínculos con la capital, promoviendo el turismo nacional y acercando esos dos mundos tan distantes. “Queremos sensibilizar sobre lo que es la realidad del panameño en el interior, ya que hay muchos en la ciudad que ni siquiera conocen el interior”.

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Sobre la firma

Armando Quesada Webb
Periodista costarricense. Escribe en El País Semanal y colabora con el Proyecto Tendencias. Cursó el máster de Periodismo UAM-El País en la promoción 2021-2023.
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