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En colaboración conCAF

La incansable pelea en Chile de Martin Thiel, el científico de la basura

El biólogo marino lleva más de 15 años estudiando junto a escolares latinoamericanos los desechos que ensucian las playas

Martin Thiel en una imagen de archivo. Cortesía
Martin Thiel en una foto de archivo.Cortesía

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En el período más crudo de la pandemia por coronavirus, cuando sólo se podía salir de casa al amanecer para hacer deporte, el alemán Martin Thiel —uno de los científicos más influyentes de Latinoamérica, según la Universidad de Standford— optaba por salir a caminar y recoger basura con sus propias manos en la playa de Coquimbo, donde vive y trabaja. “Me servía para pensar y hacer un poco de ejercicio. Salí solo y en silencio. Y al día siguiente se sumaron más personas sin que yo dijera una sola una palabra. A veces basta un gesto para cambiar las cosas”, recuerda.

Thiel es director de Científicos de la Basura, un programa de ciencia ciudadana integrado por investigadores de la Universidad Católica del Norte (UCN), biólogos marinos y profesores voluntarios, que se dedica a crear conciencia ambiental y cuantificar junto a los escolares los desechos que ensucian las playas desde el año 2007. “Con los niños y niñas, no solo investigamos la basura, sino que exploramos el mar, para que ellos conozcan cómo funciona una playa, cómo funcionan las olas, cómo corren las corrientes marinas, las redes alimenticias entre organismos, quién come a quién, quiénes son los organismos con más riesgo de ser impactados con los plásticos. Aprendemos muchas cosas con el método científico, no sólo la problemática de la basura”, cuenta Thiel.

En los últimos 15 años, los Científicos de la Basura han trabajado con 1.500 escolares que hasta la fecha han liderado tres muestreos de basura en las Playas, uno de microplásticos en Playas de Arena, dos de la basura en los ríos y dos encuestas nacionales de la basura para conocer la conducta y percepción de las personas sobre el problema. Desde 2018, también investigan con colegios de otros 11 países de América Latina.

 Maquinaria pesada realiza labores de limpieza del caudal del Río Mapocho a la altura de la Ruta 68.
Maquinaria pesada realiza labores de limpieza del caudal del Río Mapocho a la altura de la Ruta 68.Cristian Soto Quiroz

“Al principio tenía que explicarle a cada director de colegio qué cosa queríamos investigar. Ahora nosotros llegamos y decimos: ‘Somos los científicos de la basura’ y nos dicen: ya, ¿dónde firmo?”, describe Thiel el día que atiende a América Futura. Es feriado pero él igual trabaja.

Además, Thiel acaba de publicar un estudio internacional en el que participaron ocho investigadores de diferentes países. Juntos llegaron a la conclusión de que son más de 170 billones de piezas de plástico las que flotan en los océanos del mundo.

Llegó para buscar algas y encontró botellas

La historia de Thiel con la basura es antigua. En 1998, llegó a Chile desde Alemania, su país natal, para estudiar las algas en alta mar. “Sin embargo, lo que encontré fueron toneladas y toneladas de basura flotando en el mar. Y esto, a pesar del tiempo, no se acaba. La basura sigue ahí”, reclama el académico de la Universidad Católica del Norte.

Vistas aéreas de la basura acumulada en el Mapocho con la ruta 68 en el sector de El Noviciado en la comuna de Pudahuel.
Vistas aéreas de la basura acumulada en el Mapocho con la ruta 68 en el sector de El Noviciado en la comuna de Pudahuel. Cristian Soto Quiroz

Fue sorprendente para los exploradores de algas darse cuenta de que no había ni un dato científico de la basura que existía, la cantidad, dónde estaba acumulándose y, en particular, de dónde venía esta basura: ¿Venía con la corriente desde otros lados? ¿Provenía de acá mismo?

“La basura siempre fue un tema. Cuando acampábamos en las playas conversábamos sobre eso. Y fue el biólogo marino Nelson Vazquez, uno de mis compañeros de la primera expedición el que dijo: ‘Si esta basura viene desde Chile, nosotros tenemos que educar. Y tenemos que educar a los más jóvenes porque los viejos ya no los podemos educar”. Esa fue la semilla de los Científicos de la Basura, una semilla que creció y se convirtió en un programa permanente.

Hoy hacen charlas de divulgación y la gente le dice a Thiel: “Qué bueno que usted trabaja con los niños, porque ellos son el futuro de la humanidad”. Y esa frase le saca de su centro: “¡No! ¡Tú eres el futuro de la humanidad!”, contesta elevando la voz. “Porque tú eres la persona que puedes tomar decisiones: no estos pobres niños. Ellos no pueden decidir qué van a comprar, qué van a producir. Ellos no votan. Claro que los niños están preocupados, pero las decisiones las tienes que tomar tú. No podemos lavarnos las manos y decir que los niños son el futuro. Ellos van a salvar el mundo algún día, cuando yo ya no esté”, replica furioso.

Además de hacer un catastro de los desechos abandonados en las playas, otro de los propósitos de los Científicos de la Basura es que los niños aprendan a hacer ‘ciencia ciudadana’ junto a científicos y profesores motivados.

Sectores aledañas al río de inundaron producto de la crecida y desborde del mismo. Afectando a un Motel, un club deportivo y algunas viviendas en el sector.
Sectores aledañas al río de inundaron producto de la crecida y desborde del mismo. Afectando a un Motel, un club deportivo y algunas viviendas en el sector. Cristian Soto Quiroz

“La ciencia tiene que ser para todos y de todos. Eso es fundamental. Todos pueden compartir y aportar. Hoy tenemos tantos desafíos en el mundo: problemas ambientales, sociales y económicos... Con la ayuda de todos podemos documentar, diagnosticar y buscar soluciones. Queremos que por lo menos conozcan el valor de la ciencia. No van a ser todos científicos, pero algunos van a ser profesores, o van a trabajar en empresas, o en municipalidades o van a se políticos y van a tomar decisiones. Y si estas decisiones están basadas en conocimiento científico, siempre estaremos mejor”, reflexiona Thiel en una conversación con América Futura.

Pregunta. En términos prácticos ¿qué se puede hacer?

Respuesta. No consumir plásticos de un solo uso. Evitar los supermercados porque todo lo que hay ahí viene cubierto de plástico desechable. Hoy en Chile, si quieres comprar un agua mineral —ojo que no estoy hablando más que de agua— solamente la puedes comprar en botellas de plástico de un solo uso. Eso me parece una atrocidad.

P. En Chile se supone que hay una ley de manejo de residuos....

R. Que está solo en el papel: no se está implementado, porque no existe fiscalización. Lo que hay es pura flojera. Porque cuando salimos de la casa no estamos dispuestos a llevar un tazón o una cuchara porque vamos a tomar el café en un vaso de plumavit con una cuchara que utilizamos tres segundos y la botamos. Yo he conversado con toxicológos y me han dicho: ‘Por favor: nunca más tomes un té o un cafecito de un vaso de plumavit [poliestireno]’. Cuando tu metes este liquido caliente, muchos de estos químicos se meten en tu cafecito o en tu tecito. Esto es muy urgente.

P. ¿De dónde viene la basura que hay en las playas?

R. La basura que hay en Chile es chilena. No viene de otro lado. Eso es muy evidente. Y está requeteconfirmado. Lo que, a pesar de todo es una buena noticia, porque depende sólo de nosotros que no exista basura. Hay países que deben lidiar con desechos que provienen de otros países, arrastrados por la corriente.

Toneladas de basura son retiradas del cauce del Río Mapocho en la intersección con la Ruta 68.
Toneladas de basura son retiradas del cauce del Río Mapocho en la intersección con la Ruta 68.Cristian Soto Quiroz

P. ¿Qué le provoca la basura a la naturaleza marina?

R. Hay muchas especies que están día a día confrontadas a los plásticos. Hay especies que son más susceptibles que otras. Lo que he visto es que las tortugas sufren doblemente porque ingieren plásticos grandes y también se enredan en ellos. También se sabe que en Rapa Nui hay aves que tienen cientos de microplásticos en sus estómagos. Cuando ves esto, ¿puedes seguir comprando agua mineral en envase desechable? ¿Puedes seguir usando bolsas plásticas?

Al día siguiente es día laboral. Martin Thiel toma su bicicleta muy temprano y va rumbo a la universidad, pedaleando. El científico sabe que no hay mejor manera de predicar que con el ejemplo.

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