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En colaboración conCAF

Cientos de miles de empleos y millones de dólares a las arcas públicas: la potencia económica de la Amazonia

En un estudio presentado este martes, más de 70 investigadores cuantifican el valor económico de conservar la selva amazónica de Brasil sin deforestación y con bajas emisiones

María Mónica Monsalve S.
Un grupo de jóvenes camina en una aldea amazónica en el Estado de Pará (Brasil).
Un grupo de jóvenes camina en una aldea amazónica en el Estado de Pará (Brasil).Eraldo Peres (AP)

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La Amazonia brasileña tiene una alternativa. No está condenada a la debacle ambiental a la que, al parecer, la está llevando gran parte de la actividad humana. Si para el año 2050 la región cumple ciertos criterios, como librarse de la deforestación y lograr bajas emisiones, no solo podría ser sostenible, sino también convertirse en una potencia de la bioeconomía. Así lo señala el estudio Nueva Economía para la Amazonia Brasileña, en el que participaron más 70 investigadores del país cobijados bajo el World Resource Institute (WRI) y The New Climate Economy, y que fue presentado este martes en la ciudad amazónica de Belem (Brasil).

Para llegar a esta conclusión, el equipo creó un modelo con cuatro posibles escenarios que puede atravesar la región de aquí a 2050, jugando con quitar y poner distintas variables. En el primero, llamado escenario de referencia, la región amazónica seguiría el camino de la degradación actual. En el segundo, se detendría la deforestación, pero continuarían las emisiones de gases de efecto invernadero. Un tercer escenario sería a la inversa: manteniendo las emisiones bajas, pero con deforestación. Y un último escenario, el más óptimo, combinaría ambas: detener la deforestación y limitar las emisiones para que Brasil pueda cumplir con sus compromisos climáticos ante el Acuerdo de París.

Al comparar los escenarios, los datos económicos fueron sorprendentes. El último caso – el escenario más óptimo – arrojó que para 2050 la Amazonia en pie puede generar hasta 312.000 empleos extras en la región, más unos 365.000 empleos adicionales en Brasil de personas que se dedicarían a la bioeconomía y otros 468.000 enfocados en la restauración de los bosques. Otro buen dato, además, es que beneficiaría especialmente a comunidades negras e indígenas.

“Un nuevo modelo económico en la Amazonia, guiado por la valorización de los atributos naturales y sociales de la región puede generar innumerables oportunidades y empleos inclusivos. Este formato, que hará de la región amazónica el gran catalizador de la descarbonización de toda la economía brasileña, es la mayor oportunidad de desarrollo económico y social de la historia contemporánea del país”, señaló Rafael Feltran-Barbieri, economista senior del WRI Brasil y uno de los autores del estudio durante el lanzamiento. De hecho, el último escenario puede agregar hasta 40.000 millones de reales (8.400 millones de dólares) por año a la economía nacional para 2050.

Pero no se trata únicamente del dinero. Este último escenario también implica varios beneficios a nivel ambiental, como que se podría mantener un bosque en pie de 81 millones de hectáreas, debido a que se restaurarían unos 22 millones de hectáreas y se evitaría la deforestación de otros 59 millones. La pérdida del agua en el bosque, igualmente, disminuiría en un 13%, se generarían 94% menos de emisiones de carbono netas a la atmósfera y habría una captura de carbono 19% mayor.

“La Amazonia está en un punto en que puede hacer una degradación general. Y no es posible saber cuánto tiempo más tenemos, así que hay que usar el principio de precaucación: anticiparnos y generar una nueva estructura economica”, también dijo a América Futura Feltran-Barbieri.

Uno de los puntos más interesantes al que apunta el estudio es que lograr llegar a este escenario no implica grandes innovaciones, sino escalar conocimientos que ya se tienen. Como lo dijo Ani Dasgupta, presidente de WRI, no es “ciencia de cohetes”, sino que se trata de poder replicar y expandir los acuerdos productivos ya existentes en el territorio. Así que las respuestas ya están. Darle una alternativa a la Amazonia, al final, consiste en saber guiarla a su punto óptimo.

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Sobre la firma

María Mónica Monsalve S.
Periodista de América Futura en Bogotá, Colombia. Antes trabajó en El Espectador. En 2020 fue ganadora del Premio Simón Bolívar por mejor reportaje. Máster en Cambio Climático, Desarrollo Sostenible y Políticas de la Universidad de Sussex (Reino Unido).

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