Colombia lanza en la COP16 los primeros bonos de biodiversidad del mundo
Se trata de una iniciativa que busca sumar al sector privado en los esfuerzos por preservar la diversidad biológica
Colombia ha aprovechado la COP16 que se celebra en Cali para lanzar por primera vez unos bonos con un enfoque exclusivo en proyectos de biodiversidad en América Latina. Los anuncios, hechos este lunes en la tercera ciudad del país sudamericano, son parte de un esfuerzo por crear los instrumentos financieros novedosos que se requieren para escalar la inversión del sector privado con esa finalidad. El propósito es alcanzar las metas que se propone la enorme Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica, su nombre formal.
La ministra de Ambiente, Susana Muhamad, que también preside la COP16, celebró el hecho como “un hito de financiamiento” para la recuperación de la naturaleza. “Esperamos que se traduzca en modelos de trabajo conjuntos público-privados que nos lleven hacia adelante a un proceso de transformación en el ritmo que esta emergencia nos está poniendo, pero con la convicción de que con esto empieza a tener sentido que Colombia sea uno de los países más biodiversos del mundo para el bienestar de nuestra propia población”, aseguró este lunes, el día de la cumbre dedicado al tema de finanzas y sostenibilidad.
La ministra se refería a un bono emitido por el Banco Davivienda y en el que la Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés), un brazo del Banco Mundial, invertirá hasta 50 millones de dólares. La entidad colombiana, a su vez, canalizará ese dinero a créditos destinados a proyectos con impactos positivos sobre la biodiversidad. En paralelo, el BBVA Colombia ha lanzado otro bono con el mismo foco, dividido en dos tramos: uno de hasta 35 millones de dólares suscrito por BID Invest, el brazo de inversión del Banco Interamericano de Desarrollo, y otro de hasta 35 millones de dólares suscrito por la IFC.
La inusual convergencia entre multilaterales busca movilizar recursos no solo hacia proyectos con impactos positivos en la naturaleza, como los ya conocidos bonos verdes, sino a los que específicamente protejan, conserven y restauren la biodiversidad. Eso va en línea con el plan de acción que Colombia acaba de anunciar en el inicio de la cumbre mundial de Naciones Unidas, que congrega a más de 20.000 personas en Cali a lo largo de dos semanas.
La acelerada pérdida de biodiversidad representa un desafío global, acentuado en América Latina y el Caribe, una región que alberga seis de los países más biodiversos del mundo, además de la Amazonia, el llamado pulmón del mundo, y las mayores reservas de agua dulce. Entre ellos se destaca Colombia, la sede de la COP16, que tiene la mitad de su territorio tapizado por bosques y selvas tropicales, está bañado por dos océanos y atravesado por tres cordilleras. Es una coyuntura favorable a la región. A la cumbre de Cali se suma que el Brasil de Luiz Inácio Lula da Silva lidera este año el G20, donde se han enfatizado aspectos relacionados con el clima y la naturaleza; el presidente del BID, el brasileño Ilan Goldfajn, encabeza el grupo de bancos multilaterales; y la COP30 de cambio climático se celebra en 2025 en Belem do Pará.
“Lo que tenemos que hacer es alinear las ventajas comparativas de América Latina con el interés y el apetito de estos inversionistas”, apunta Gabriel Azevedo, director general de Estrategia de BID Invest. Gobiernos y multilaterales deben desarrollar un menú amplio de instrumentos financieros que sirvan a diferentes tipos de inversionistas, explica, en el que se destacan los bonos temáticos que han crecido en los últimos cinco años en la región. A manera de ejemplo, BID Invest ya ha participado en la emisión de 46 bonos temáticos en 13 países, 12 de ellos en Colombia. “Esto abre el camino, sirve de puerta de entrada para que otros bancos busquen hacer lo mismo”, apunta sobre el primer bono de biodiversidad.
El tema del financiamiento es uno de los más sensibles, tanto en las negociaciones de biodiversidad como en las de cambio climático. Sin el sector privado, el mundo no podrá alcanzar las metas acordadas en el Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal, apuntan diversos observadores. “Es fundamental el capital privado. Los gobiernos tienen un espacio fiscal hoy bastante reducido, la mayoría de los países de la región mantiene su responsabilidad fiscal, entonces esperar que la mayor parte de las inversiones vengan desde los gobiernos es poco probable. Las demandas son gigantes”, añade Azevedo.
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