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La reforma laboral de Petro se salva en el Congreso con una victoria agridulce

La Comisión Séptima de la Cámara de Representantes aprueba el proyecto de ley, pero deja por fuera muchos artículos relacionados con los derechos sindicales y las huelgas. La reforma aún debe superar tres debates para convertirse en ley

Reforma laboral en Colombia
La ministra del Trabajo, Gloria Inés Ramírez Ríos, y el presidente Gustavo Petro, en la radicación de la reforma laboral ante el Congreso, en marzo de 2023.Mauricio Dueñas Castañeda (EFE)
Juan Miguel Hernández Bonilla

La reforma laboral del Gobierno de Gustavo Petro finalmente avanza en el Congreso de la República. La Comisión Séptima de la Cámara de Representantes aprobó en la mañana de este martes el proyecto de ley que busca mejorar las condiciones laborales para millones de trabajadores en Colombia, y que durante más de un año no había logrado superar ningún debate. La reforma obtuvo 14 votos por el sí y 4 por el no, una mayoría absoluta que se logró después de meses de concertación entre las bancadas de Gobierno y las independientes. El proyecto, al que aún le faltan tres debates en el Congreso para convertirse en ley, recibió el apoyo de los parlamentarios del Pacto Histórico, la Alianza Verde, el partido Comunes, las curules de paz, el Partido Liberal y algunos votos del Partido de la U y de los conservadores. Cambio Radical y el Centro Democrático se opusieron a la totalidad de la reforma.

Entre los principales artículos aprobados está el aumento de dos horas de la jornada nocturna, que con la reforma empezará a las siete de la noche en lugar de las nueve de la noche actuales; el pago del 100% por el trabajo en el día de descanso obligatorio, que hoy es del 75%; y el pago del 100% del salario mínimo a los y las aprendices del SENA. La reforma, además, establece el contrato a término indefinido como regla en la contratación laboral, por encima de la prestación de servicios y la tercerización; aumenta la licencia de paternidad de dos a seis semanas y garantiza un contrato y un jornal agropecuario, un beneficio para más de un millón de campesinos que hoy en día están en la informalidad. La ministra de trabajo, Gloria Inés Ramírez, agradeció el trabajo de los congresistas, y destacó que el proyecto de ley avanza con tres objetivos fundamentales:️ “Derechos laborales, empresas sostenibles y trabajo digno y decente”.

La representante María Fernanda Carrascal, del Pacto Histórico y coordinadora de los ponentes del proyecto, celebró la victoria: “¡Avanzamos! Aprobamos en primer debate la reforma laboral. Esta es una maravillosa noticia para los 23 millones de trabajadores y trabajadoras del país. Recuperamos los derechos que el uribismo les había quitado hace 22 años y conquistamos algunos nuevos que, estoy segura, van a darles mayor estabilidad y bienestar económico”, escribió en su cuenta de X.

Con esta decisión de la Cámara de Representantes, el presidente Petro conquista otra victoria inesperada en la recta final del periodo legislativo, que se suma al éxito de su reforma pensional. Sin embargo, el triunfo para el Gobierno es agridulce porque el proyecto avanza en los derechos individuales de los trabajadores formales, pero deja por fuera muchos artículos relacionados con las garantías sindicales y de huelga. Al final, se aprobaron 82 artículos y se eliminaron 22. Los artículos rechazados, un requisito de los congresistas independientes para aprobar el resto del proyecto, prohibían los pactos colectivos entre trabajadores no sindicalizados y empresas (una forma de incentivar la afiliación a los sindicatos), quitaban el límite temporal de 68 días que tiene las huelgas hoy en día, obligaban a una representación paritaria de hombres y mujeres en las organizaciones, y permitían la huelga en servicios esenciales siempre y cuando se mantuvieran “servicios mínimos”.

Muchos sectores obreros y sindicalizados cercanos a Petro lamentaron el recorte de la reforma. Fabio Arias, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), criticó el hundimiento de este bloque de artículos. “Negar las libertades sindicales es negar la democracia”. La senadora del Pacto Histórico, Clara López, también se refirió a la eliminación de los derechos de asociación: “Se sacrifican los derechos colectivos para salvar por lo menos la recuperación de los derechos laborales individuales. Falta fortalecer el poder popular frente al poder económico para superar en votos el sesgo antisindical de los gremios y grandes empresarios del país”.

Pese a las críticas, la aprobación de esta reforma en primer debate demuestra una vez más que el Gobierno es capaz de lograr consensos con sectores independientes si está dispuesto a ceder. Hace menos de dos semanas, este proyecto de ley parecía hundido definitivamente. Sin embargo, el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, y la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, junto con los congresistas de la bancada oficialista, lograron acordar con sectores ajenos a Petro el avance de la reforma: “Gana el diálogo y la concertación por los derechos laborales de la población colombiana. Continúa su debate en la siguiente legislatura en la plenaria de Cámara. Gracias a los congresistas que impulsan y defienden derechos para el país”, escribió la Ministra Ramírez en su cuenta de X.

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La reforma también logró avanzar en la regulación de las condiciones laborales de las plataformas digitales como Rappi o Uber. En el proyecto se aprobaron tres artículos específicos que determinan las nuevas reglas para este sector: “Este avance ha requerido entre 8 y 9 meses de concertación. Es un reconocimiento a lo que significa el trabajo digital y avanza en la conceptualización de las empresas digitales y de los trabajadores digitales”, dijo Ramírez. De acuerdo con la ministra, los artículos aprobados permiten que las empresas tengan un contrato especial digital o vinculen al trabajador de manera independiente. En esta última modalidad, las empresas asumirán el sistema de riesgos laborales y pagarán el 60% de la seguridad social y el trabajador asumirá el 40%.

Ahora, el proyecto de ley deberá ser discutido en la próxima legislatura que comienza el próximo 20 de julio, primero en la plenaria de la Cámara de Representantes y después en la Comisión Séptima de Senado y en la plenaria de Senado. En las próximas discusiones, el Gobierno intentará recuperar algunos de los derechos de asociación sindical que quedaron por fuera, mientras que la oposición, mucho más fuerte en el Senado, buscará mejorar las condiciones del empresariado.


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Juan Miguel Hernández Bonilla
Periodista de EL PAÍS en Colombia. Ha trabajado en Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS, en Madrid, y en la Unidad Investigativa de El Espectador, en Bogotá. En 2020 fue ganador del Premio Simón Bolívar por mejor reportaje. Estudió periodismo y literatura en la Universidad Javeriana.
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