_
_
_
_

Petro logra su primera gran victoria legislativa de 2024: el Congreso aprueba su reforma pensional

De forma sorprendente, la Cámara de Representantes acoge el texto del proyecto que aprobó el Senado, sin debate ni modificaciones

Los ministros de Hacienda, Ricardo Bonilla, y de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, celebran la aprobación de la reforma, este viernes.
Los ministros de Hacienda, Ricardo Bonilla, y de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, celebran la aprobación de la reforma, este viernes.Ministerio de Hacienda
Juan Miguel Hernández Bonilla

El presidente Gustavo Petro logró su primera gran victoria legislativa de 2024. El Congreso de Colombia ha aprobado en la tarde de este viernes su reforma pensional. La mayoría de la Cámara de Representantes decidió por sorpresa acoger el texto del proyecto de ley tal como venía del Senado. No hubo espacio para el debate ni para las modificaciones propuestas por los representantes. Esta decisión, que anula los cambios acordados en la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes, se logró gracias a una proposición firmada por congresistas del Pacto Histórico, el partido de Gobierno, y algunos aliados.

“Esta es la principal conquista social del pueblo trabajador de Colombia en mucho tiempo”, celebró el presidente Petro desde Estocolmo, en su cuenta de X. “Es un hecho histórico y se hizo con el Congreso de la República. La posibilidad de un gran acuerdo nacional revive.”

Al final, la reforma que transformará de raíz el sistema de pensiones para millones de colombianos obtuvo mayoría simple, con 86 votos por el sí y 32 por el no. Además del Pacto Histórico, la reforma pasó con el apoyo del partido Comunes y de congresistas de los partidos Verde, la U, Liberal y Conservador. De acuerdo con quienes firmaron la proposición, la propuesta era la única manera de que la reforma no se hundiera por el escaso tiempo que le quedaba. Muchos tenían el temor de que el presidente del Senado, Iván Name, opositor de Petro, no citara a una necesaria conciliación de los textos si eran diferentes, antes del 20 de junio. El proyecto, que busca fortalecer el fondo público de pensiones y cambiar el sistema actual por uno de cuatro pilares, entrará en vigencia en julio de 2025.

En medio de aplausos y gritos de “¡sí se pudo!”, la congresista Martha Afonso, del Partido Verde, gobiernista y coordinadora de los ponentes del proyecto, celebró la aprobación de la reforma. También explicó los motivos que llevaron a la bancada oficialista a no debatir el texto en la Cámara: “Era esto o nada”, dijo Afonso. “Los que vinimos a defender a los más vulnerables tenemos que poner por encima los interese de la gente. Es una reforma que el sistema pensional necesita porque está en crisis, es insostenible. Acá está ganando la gente humilde, los millones de adultos mayores que no tienen una pensión”. Con la reforma, los adultos mayores sin protección van a recibir una transferencia económica no condicionada de 223.000 pesos mensuales. Así, se mejoraría la cobertura en protección a la vejez, que hoy ronda el 24% de las personas en edad de jubilación, y se reduciría la pobreza extrema. La cifra de 223.000 pesos de la llamada renta solidaria es el valor de la línea de pobreza por persona en Colombia para 2024. Se proyecta que a este pilar ingresarán, desde el inicio, 2,7 millones de adultos mayores.

David Racero, del Pacto Histórico y presidente de la Cámara en el primer año de este congreso, también tomó el micrófono, para recordar que en el Senado el proyecto sufrió un cambio en el mayor tema de debate, el del umbral hasta el cuál ahora todos los trabajadores deberán aportar a un fondo público. Eso permitió sumar apoyos de bancadas independientes y sacar adelante la reforma, aunque luego lo haya criticado el presidente. “Quiero celebrar un acuerdo nacional sobre la necesidad de un sistema de pilares, que complementa lo público y lo privado”.

Newsletter

El análisis de la actualidad y las mejores historias de Colombia, cada semana en su buzón
RECÍBALA

Muchos representantes criticaron la decisión de no debatir los artículos en la Cámara. “Acaban de convertir al Congreso en una corporación unicameral”, dijo Andrés Forero, del opositor Centro Democrático. “Sin asco pupitrean un bloque de 95 artículos. Iremos a la Corte Constitucional ante semejante arbitrariedad”. El representante Juan Carlos Losada, del Partido Liberal e independiente frente al Gobierno, también expresó su rechazo “¡Hoy es uno de los días más tristes que yo haya visto en el Congreso de la República! Nunca me imaginé que el primer Gobierno de izquierda pasara por encima de la democracia, del bicameralismo y de la deliberación como lo hicieron tantas veces los gobiernos de derecha ¡Que horror! ¡Aprueban la reforma pensional sin ninguna discusión! ¡Pero además haciéndole favores impresentables a los fondos privados que hoy ganarán el doble que antes! ¡Todo lo contrario de lo que vendieron!”

Hoy en día en Colombia conviven dos regímenes para pensionarse, con reglas distintas. En uno se cotiza a un fondo público y el monto de la pensión es un promedio de los últimos años de aportes, lo que implica un subsidio estatal para llegar a esa cifra. En otro, la persona envía sus ahorros a un fondo privado, donde tiene una cuenta individual, y se pensiona a partir de todo lo que haya ahorrado. El resultado son pocas pensiones: 3 de cada 4 personas en edad de jubilarse no tienen pensión. La reforma hará que todos aporten al fondo público hasta cierto tope, y a partir de allí ahorren en los fondos privados, lo que aclara el esquema y libera recursos públicos para dar auxilios a los adultos mayores sin pensión.

El debate, y el acuerdo, se logró especialmente en dos grandes puntos. El primero fue bajar el umbral de cotización al fondo público de 4 salarios mínimos, como quería originalmente Petro, a 3, como proponía el Gobierno, y finalmente a 2,3 salarios, como acordaron los liberales y los de la U; eso deja más juego y negocio para las empresas que administran los fondos privados, y reduce los subsidios públicos. El segundo fue determinar que el dinero ahorrado para las pensiones futuras no lo administrará Colpensiones, el fondo público cuya cabeza define el Gobierno de turno, sino una especie de junta directiva conformada por los ministros de Hacienda y Trabajo, el director de Planeación Nacional y cuatro expertos seleccionados por el Banco de la República.

¿Qué cambia?

Con la reforma se elimina la competencia que hay entre Colpensiones y los fondos privados, que además tienen reglas diferentes para acceder a la pensión y definir su monto. Ahora, los dos regímenes se complementan en un único sistema, como sucede en otros países del mundo. Para lograr ese objetivo, el nuevo sistema de protección a la vejez está dividido en cuarto pilares.

Pilar solidario: busca darles una transferencia monetaria a adultos mayores vulnerables, que no lograron cotizar y están en condiciones de pobreza. No tiene relación con Colpensiones ni con los fondos privados.

Pilar semicontributivo: está dirigido a las personas que están en la informalidad y que no reúnen los requisitos para acceder a una pensión, pero han aportado en algunos momentos. A quienes estén en este pilar se les entregará, mediante una renta vitalicia, el dinero que han ahorrado más un subsidio estatal, del 20% en el caso de los hombres y del 30% en el caso de las mujeres.

Pilar contributivo: en este grupo estarán quienes cotizan de forma estable para su pensión. Con la reforma, los aportes que hagan por ingresos de hasta 2,3 salarios mínimos, más o menos 2,9 millones de pesos, irán a Colpensiones, y el resto se dirigirá al fondo privado que elijan. Al pensionarse, tendrán pensión del régimen público, con subsidio estatal, solo por ese primer tramo, y el restante bajo las reglas del juego de los fondos privados.

Pilar Voluntario: Las personas con capacidad de pago podrán realizar un aporte adicional, para en el futuro garantizar una mejor pensión para su vejez.

Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS sobre Colombia y aquí al canal en WhatsApp, y reciba todas las claves informativas de la actualidad del país.

Sobre la firma

Juan Miguel Hernández Bonilla
Periodista de EL PAÍS en Colombia. Ha trabajado en Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS, en Madrid, y en la Unidad Investigativa de El Espectador, en Bogotá. En 2020 fue ganador del Premio Simón Bolívar por mejor reportaje. Estudió periodismo y literatura en la Universidad Javeriana.
Tu comentario se publicará con nombre y apellido
Normas
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_