Juan Fernando Cristo, Roy Barreras e Iván Cepeda le dan forma al Frente Amplio que se propone la izquierda
El senador del Pacto Histórico es el rival a vencer dentro de una coalición más amplia que incluya a sectores liberales y centristas


La llegada de nuevos competidores en la centroizquierda de Colombia agita la larga carrera para buscarle un sucesor al presidente Gustavo Petro. El exministro del Interior Juan Fernando Cristo (Cúcuta, 61 años), de origen liberal, acabó con el suspenso al confirmar esta semana su candidatura a la Presidencia. Su nombre se suma al bloque de aspirantes en la órbita del llamado Frente Amplio, una amplia coalición que sigue en construcción. Hace pocas semanas había oficializado su campaña otro político curtido, el exsenador Roy Barreras (Cali, 61 años). Tanto Cristo como Barreras cuentan con partido propio y ahora aspiran a competirle al senador Iván Cepeda (Bogotá, 63 años), el rival a batir, candidato propio de la izquierda y líder de la encuestas después de haber ganado con autoridad la consulta popular del Pacto Histórico con un millón y medio de votos. De prosperar, el Frente Amplio debería concretarse en una nueva consulta –interpartidista– para escoger un candidato único el mismo día de las elecciones legislativas, el 8 de marzo.
“Lo primero que hay que definir es qué tan amplio es el frente”, advirtió Cristo el miércoles en el lanzamiento oficial de su aspiración, en un hotel en el norte de Bogotá, al subrayar que mantiene abiertas todas las posibilidades. “El Frente Amplio es una opción, pero falta mucho por avanzar en las conversaciones. También hay que conversar con la gente de centro, con los liberales”, señaló al recordar que él se considera, fundamentalmente, un liberal reformista. Los observadores coinciden en que, si quiere mantener el poder, la izquierda necesita de los votantes más centristas. En especial, de cara a una eventual segunda vuelta, para la que a Cepeda le convendría suavizar su imagen.
A pesar de los obstáculos, y de la incertidumbre jurídica que no termina de despejarse, la gran alianza para aglutinar a las izquierdas y otras fuerzas políticas más centristas y liberales, comienza a tomar forma. Los diálogos son intensos, con filigrana, pero discretos. “Hemos tenido conversaciones con diversos sectores políticos alrededor de garantías para la participación en un Frente Amplio, que todo quede muy claro, y hay una discusión programática que es importante”, explica por teléfono la senadora María José Pizarro, jefe de debate de Cepeda. En esos dos puntos se centran en este momento las conversaciones. “Nos habíamos trazado una ruta democrática. Primero era poder organizar las fuerzas internas, escoger una candidatura única, presentar unas listas cerradas al Congreso…Ya logramos consolidar la unidad de las fuerzas progresistas, esta es una fase más abierta, en la que estamos compitiendo con los demás partidos políticos”, abunda la congresista, uno de los liderazgos más visibles del Pacto Histórico.
Además de haber sido senador por cuatro periodos, Cristo ya había ocupado la cartera de la política en el periodo de Juan Manuel Santos (2010-2018), antes de volver a aceptar brevemente ese cargo con Petro. Desde el Ministerio del Interior empujó un plan de choque para acelerar la implementación del acuerdo de paz con las FARC, muy rezagada en este Gobierno. También es el autor de la emblemática Ley de Víctimas y Restitución de Tierras. En el ciclo electoral del 2022, fue parte de la coalición de centro que respaldó la candidatura de Sergio Fajardo, y la Corte Constitucional acaba de revivir su partido En Marcha.
“La democracia colombiana, al igual que sucede en la mayoría de democracias del mundo, atraviesa momentos de división y radicalización profunda que exige moderación, sensatez y un verdadero propósito de lograr consensos sociales, que nos demuestren que sí somos capaces de avanzar en las transformaciones que el país necesita”, diagnosticó Cristo el miércoles. “Los liberales debemos reconocer que el primer gobierno de izquierda democrática en Colombia significó la normalización de nuestra democracia”, añadió en referencia a la Administración de Petro, de la que defendió su espíritu reformista y de inclusión. Sin embargo, valoró que para resolver el deterioro en la atención de salud de los colombianos, superar la crisis fiscal, avanzar en autonomía territorial o preservar la lucha contra el cambio climático, “se necesita un gobierno que una, no que divida”.
Alrededor del Frente Amplio también gravita Roy Barreras, que el fin de semana pasado lanzó en Cali su política de “seguridad total”, en un esfuerzo por desmarcarse de la paz total de Petro, que se proponía negociar en simultáneo con todos los grupos armados y no ha arrojado mayores resultados. Ese es también uno de los puntos débiles de Cepeda, muy vinculado a la política de paz de este Gobierno.
A pesar de carecer de una historia de militancia en la izquierda, Roy –a secas, como todos lo conocen– se convirtió en uno de los principales escuderos de Petro desde la campaña. Médico de profesión, ha militado en distintos partidos. Respaldó en su momento al derechista Álvaro Uribe (2002-2010) y después a Santos (2010-2018). Desde el legislativo impulsó la negociación de paz con la extinta guerrilla de las FARC, y se sumó al equipo negociador en La Habana, un esfuerzo en el que coincidió tanto con Cepeda como con Cristo.
También presidió el Congreso en el comienzo del cuatrienio como senador de la variopinta coalición oficialista. Era el encargado de ponerle la banda presidencial a Petro el 7 de agosto de 2022, una función que delegó inesperadamente en María José Pizarro. Ahora tiene su propio partido, La Fuerza de la Paz, surgida de una escisión del Pacto Histórico. Barreras la define como la única fuerza política dentro de la coalición de Gobierno que es de centro liberal, no de izquierdas.
En esos primeros meses de la legislatura, a Barreras no lo detuvieron las quimioterapias para tratar un cáncer de colon que da por superado. Sirvió como pegante de una coalición que sacó adelante una ambiciosa reforma tributaria, pero acabó desmantelada antes del primer año del Gobierno. El Consejo de Estado luego anuló su elección como senador por doble militancia. Petro lo repescó como embajador ante el Reino Unido, cargo al que renunció en mayo para destapar su aspiración presidencial.
En el Frente Amplio pueden aterrizar otros aspirantes, como el exgobernador de Nariño Camilo Romero, la exsenadora Clara López o incluso el excanciller Luis Gilberto Murillo, que de momento se propone ir por su cuenta hasta el final. Jorge Iván Cuervo, profesor e investigador de la Universidad Externado de Colombia, señala la encrucijada que enfrenta el candidato del Pacto Histórico. “Cepeda no necesita en este momento una consulta del Frente Amplio”, apunta, pues la votación le dio legitimidad y su posición actual casi que garantiza su presencia en una segunda vuelta sin someterse a ese nuevo peaje. “Pero tampoco puede despreciar a las fuerzas que le están haciendo ojitos, no puede menospreciar a Roy, a Cristo, a Murillo, a Romero o a López, porque finalmente los va a necesitar después”, matiza de inmediato: “Tiene que ser muy cuidadoso”. Todo se está dando para que, con o sin consulta, la candidatura de centroizquierda sea muy competitiva, concluye.
La consulta del Pacto Histórico le ha dado a Cepeda una legitimidad fuerte y va a ser difícil competirle para otros aspirantes, coincide Yann Basset, profesor de Ciencia Política de la Universidad del Rosario. “Es una apuesta estratégica que puede ser de doble filo”, pues son compañeros de ruta de la izquierda sin ser exactamente de izquierda, explica. “El Frente Amplio es necesario en el sentido de que Cepeda tiene que llegar al centro, pero eso no significa necesariamente que haya que realizar una consulta durante la campaña”, señala. Por lo pronto, toma forma con un claro favorito.
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