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Violencia machista
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El doble riesgo de ser mujer periodista en América Latina

En una región con altos índices de violencia machista, la coacción hacia las mujeres en las redacciones del continente es permanente y diversa, a lo que se suman las agresiones cotidianas basadas en el género

Periodistas durante una vigilia por sus colegas asesinados en México, en Guadalajara,  el pasado 19 de noviembre.
Periodistas durante una vigilia por sus colegas asesinados en México, en Guadalajara, el pasado 19 de noviembre.Fernando Carranza García (Cuartoscuro)
Daniela Díaz

Esta es la versión web de Americanas, la newsletter de EL PAÍS América en el que aborda noticias e ideas con perspectiva de género. Si quieren suscribirse, pueden hacerlo en este enlace.

En un clásico programa de radio que desde hace años escuchan en las mañanas los bogotanos, el locutor principal, un periodista aclamado, repasa los titulares de este periódico: Ser mujer periodista en las Américas: una lucha por la justicia, en medio de grandes desafíos, lee. Luego, paradójicamente, menciona a la autora — la misma que escribe esta columna — a quien se refiere como “la niña”, la palabra que usa constantemente cuando entrevista a mujeres jóvenes. De ese tipo de experiencias está plagado este oficio, que son parte de un gran entramado de violencias machistas a las que a diario nos enfrentamos las mujeres periodistas en Latinoamérica. De acuerdo a un informe de la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión, la violencia hacia las mujeres en las redacciones del continente es permanente y diversa, a lo que se suman las agresiones cotidianas basadas en el género. Recordemos que países como México o Brasil tienen las cifras más altas de feminicidios.

En un intento por transformar esas experiencias desde dentro, varias periodistas que participan en un programa de periodismo con enfoque de género de la DW Akademie se dieron cita hace algunas semanas en la Ciudad de México. Allí no solo dialogaron sobre sus reportajes, sino que hubo un espacio particular para hablar sobre ser mujer y reportera en contextos muy adversos. Americanas recoge tres de estas historias de valentía y amor por el oficio, que dan cuenta de la necesidad de seguir insistiendo en un periodismo más justo para todas.

Contra la narco-violencia en México

Mientras la mayoría de mujeres se manifiestan en enormes mítines el Día de la Mujer, el 8 de marzo, las reporteras de Chilpancingo, en el Estado mexicano de Guerrero, no. Ellas, en consenso colectivo, decidieron que su día para salir a marchar y conmemorar sería el 9 de marzo, pues preferían estar el día antes cubriendo la lucha de otras. Así, en la organización y la unión, las reporteras de esa ciudad han encontrado una forma efectiva de resistir a la violencia machista en medio de una ya grave oleada de criminalidad que vive su región.

Entre ellas está Alina Navarrete, quien desde hace diez años es reportera. Para Navarrete, el machismo y la violencia de los últimos años han sido todo un reto. En 2020, se enfrentó al asedio y amenazas jurídicas por parte de académicos de una prestigiosa universidad de Guerrero, quienes fueron acusados de acoso y la tomaron contra Alina tras un reportaje contando el caso. Cuando la marea parecía bajar, Guerrero se sumió en el caos. En Chilpancingo, el crimen organizado asesinó al alcalde.

Ese suceso hizo todo más difícil para sus colegas. Para ellas, aún más. Alina debe sortear el odio de políticos que en su momento la difamaron por hacer visibles las denuncias de víctimas de acoso. Cuando la ciudad donde vive se paraliza y debe moverse sola en transporte público en medio de manifestaciones, la zozobra aparece. “Inevitable: al ser mujeres nos enfrentamos a violencias muy marcadas. Ahora, al ser prensa nos enfrentamos a todas las agresiones: bloqueos informativos, amenazas, difamaciones”, sostiene. Decidió protegerse con un símbolo católico que lleva consigo siempre.

La periodista mexicana Alina Navarrete Fernández.
La periodista mexicana Alina Navarrete Fernández.Daniela Díaz

Contra la violencia estatal en Cuba

Una mujer amamanta en una estación de policía mientras espera un interrogatorio de la policía. La ven y se conmueven. La dejan ir. A esa escena siempre se remite Ana (nombre ficticio para proteger su identidad) para hablar de lo que significa ser periodista mujer en Cuba. La periodista prefiere que no se cite su nombre real ni que le haga fotos. Tiene miedo a la persecución que ha visto sufrir a muchos de sus colegas. Precisa que, aunque la represión es para todos, para las mujeres por su carga de cuidados, empeora.

Más si se trata de temas relacionados con la violencia de género. Desde reporteras hasta activistas han sido criminalizadas en Cuba por visibilizar el problema. En 2019, en el país se intentó legislar una ley para prevenir y mitigar la violencia machista. Muchas firmaron la petición, otras temían. El proyecto jamás se aprobó y las principales impulsoras fueron interrogadas por la seguridad del Estado. “El código penal mantiene la pena de muerte, pero se negaron a tipificar el feminicidio”, explica.

En un país donde expresarse puede costar la cárcel, su mamá le ha encomendado que no se meta en problemas. Ana intenta hacerle caso, pero no puede ser indiferente a las injusticias y subraya el caso de Brenda Díaz, una mujer trans que está presa en un penal para varones. Quienes cubren este tipo de temas y quienes los protagonizan han tenido que aprender a vivir con la angustia de la persecución o con la posibilidad del exilio. “Ese es un libro que estoy tratando de evitar”, apunta.

Contra el racismo en Chile

Martina Paillacar Mutizábal habla poco, y cuando lo hace no pierde la seriedad. Antes de hablar castellano, se presenta en mapudungún, el idioma del pueblo mapuche. Es periodista en el territorio ancestral Wallmapu y trabaja en Mapuexpress, un colectivo informativo comunitario que surgió en 2020. Su pueblo se ha enfrentado históricamente al despojo y la violencia colonial. Muchos y muchas encontraron en el periodismo una forma de revitalizar su cosmovisión, su cultura y, sobre todo, apropiarse de las narrativas sobre su gente.

Martina Paillacar Mutizábal, periodista mapuche.
Martina Paillacar Mutizábal, periodista mapuche. Daniela Díaz

Desde el último estallido social, las agresiones y el racismo se han recrudecido para los mapuches. Y para las mujeres, la situación empeora. Recuerda el caso de una colega, Carol Gallardo, una fotoperiodista mapuche que fue desnudada mientras realizaba su trabajo en Valdivia, en el sur de Chile, en el marco de varias protestas. Como si la represión militar y policial que sufren no fuese suficiente, también lidian con la sub representación, incluso en los mismos colectivos de comunicadores mapuche. La suma de todo en ocasiones deriva en que las mismas reporteras se excluyan de estos espacios. Otras, como Martina resisten en medio de la precariedad, pese a asegurar que se ha visto expuesta a diferentes situaciones de violencia.

Para la reportera, esa represión y aislamiento repercute directamente en la libertad de expresión, de prensa y de la democratización de los medios de comunicación. Por ello, para mantener viva la historia de sus colegas, Martina ha dedicado su tiempo a documentar a las periodistas mapuches que le han abierto camino. “Aquí continuamos luchando, resistiendo y buscando la transformación social, porque pese a todo tenemos un firme compromiso con los derechos humanos y una profunda reflexión sobre el ser indígena”, concluye.

Nuestras historias de la semana:

Miembros de la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres protestan frente al Palacio de La Moneda

Por “el historial de agresiones que ha vivido”: Boric indulta a Katty Hurtado, condenada en Chile por el homicidio de su expareja

La mujer llevaba más de siete años en la cárcel. Organizaciones feministas impulsaron su liberación argumentando que actuó en su defensa y que su vida “estuvo marcada por situaciones de violencia machista”.
Un grupo de mujeres protestan a favor del aborto frente al Congreso Nacional en Santo Domingo, República Dominicana

A una adolescente discapacitada la violaron y la obligaron a dar a luz: su madre está acusada de negligencia y el violador, libre

La historia de Luz, de 14 años, que está hospitalizada en República Dominicana tras tener complicaciones de su embarazo, es “una cadena enorme de negligencias y fallos del Estado”, según denuncia su abogada.
María Patrón Pat madre de Francisca Mariner terminó encontró el cuerpo de su hijaj de 17 años, asesinada por su expareja en 2020, en el Servicio Médico Forense (Semefo) del Estado de Quintana Roo, en el sur de México. 23 de diciembre 2024.

Cuatro años buscando a Francisca Mariner y el cadáver siempre estuvo en la morgue

La madre de la adolescente, asesinada en 2020 por su expareja, la buscó por todo Cancún durante casi un lustro frente a la incompetencia de las autoridades, que tenían el cuerpo perdido en el Semefo.
Cecilia Sala periodista

Irán detiene a una periodista italiana en Teherán

La reportera del diario ‘Il Foglio’ Cecilia Sala fue arrestada el pasado 19 de diciembre y se encuentra encarcelada desde entonces.
2024 10 08, São Paulo, SP, Brasil: Retrato da política Tabata Amaral, deputada federal e candidata à Prefeitura de São Paulo
em 2024 . Foto: Lela Beltrão/ El Pais

Tabata Amaral, política: “Mi conexión con los jóvenes no es por Harvard, es porque sé lo que es trabajar”

Dicen que es demasiado técnica, aburrida incluso, pero Brasil la conoce simplemente por su nombre de pila. Esa familiaridad refleja confianza en una diputada que no desprecia lo político y exprime lo aprendido de un origen humilde.
Blake Lively

Blake Lively demanda por acoso sexual al director y coprotagonista de ‘Romper el círculo’

La actriz sostiene que Justin Baldoni, responsable de una de las películas más exitosas de 2024, urdió una campaña de descrédito contra ella en plena promoción.
PSIQUIATRA VICKY PÉREZ, en Bogotá, el 20 de Diciembre del 2024.

El difícil fin de una relación con un narcisista

Son personas que quieren controlarlo todo, carecen de empatía, solo piensan en sí mismas y señalan a los demás como insuficientes. Pueden crear relaciones de dependencia.

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Sobre la firma

Daniela Díaz
Es fotoperiodista colombiana, colaboradora en medios como NACLA, The Humanitarian y Al Jazeera, especializada en temas de género y construcción de paz.
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