"En el dúo Sarkozy-Bruni, Francia tiene su telenovela berlusconiana"
¿Qué aprendió entrevistando a 1.200 profesionales creativos en 30 países? Que la globalización no es sinónimo de americanización. Cada país es producto de dos culturas: americana y propia.
¿No pudo llegar a la misma conclusión encendiendo la tele? No soy un investigador teórico, soy uno de campo. Es la misma diferencia entre ver el Tour por la tele o correrlo en bici.
¿Qué ha descubierto sobre los franceses que no supiera ya? He visto el declive de su cultura en el mundo. Y en general, de la europea. No porque seamos malos, sino porque ya no estamos solos.
¿También dentro de Europa? Es doloroso: la única cultura que tienen en común los jóvenes españoles y alemanes es la americana.
¿Es Inditex la mayor aportación española actual a la cultura de masas? El problema es que la mayoría de los productos estrella españoles no lo son fuera. Y muchos de los que sí, lo son a través del filtro Miami o Los Ángeles. Como cuando Spielberg estrene Tintín: todo el mundo pensará que es americano. ¡Pobre Tintín!
¿Qué enseñanzas se desprenden del dúo Sarkozy-Bruni como fenómeno mediático? Que mi país tiene su propia telenovela berlusconiana. Siento orgullo de ser francés, pero podría reconsiderarlo al escuchar cantar a la llamada primera dama de Francia.
¿Por qué no tiene EE UU un Ministerio de Cultura? Quizá tenga algo mejor: miles de miniministerios de cultura autónomos.
¿Le iría mejor a la industria cultural francesa o española sin el apoyo de las instituciones gubernamentales? Peor, sin duda. El estadounidense es un modelo muy singular, arraigado en el protestantismo, el capitalismo... Funciona bien, pero solo allí.
Niega que la alta cultura sea aún un reducto de poder de Europa sobre EE UU, a quien tradicionalmente se ha considerado más cateto. ¿Cómo se lo tomaron en Francia? Hubo pelea, ¡y gané!
¿Cuál es su mayor placer culpable? Leer los Ensayos de Montaigne en un avión rumbo a Bollywood, Mumbai, y ver un videoclip de orientación lésbica de Lady Gaga en un café cerca de la plaza del Imán Jomeini, en Teherán. Y he hecho ambas cosas.
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