El eclipse de Nuevos Medios
Dos meses después de la muerte de su fundador, Mario Pacheco, y en plena crisis de la industria, desaparece la más exquisita de las discográficas independientes españolas
Nuevos Medios, la discográfica que abrió horizontes para la música española, deja de funcionar. El final estaba cantado: aunque la compañía continuó sirviendo pedidos hasta tiempos recientes, ya no editaba discos ni distribuía novedades desde semanas antes de la muerte de su inspirador, el fotógrafo y productor Mario Pacheco, ocurrida a finales de noviembre. La empresa cierra su sede en la madrileña calle de Ruiz de Alarcón y se somete a un ERE por cese de actividad. Los afectados son las siete personas de plantilla y una docena de empleados autónomos. Queda en el aire el destino de centenares de referencias únicas.
No llegaron a celebrar sus 30 años. Pacheco fundó la compañía en 1982 con capital mallorquín. "Conocíamos a David Fernández Miró, que sabía que la cultura requiere inversiones. Su abuelo, Joan Miró, nos hizo el logotipo. No buscábamos un mecenas: excepto algún año malo, nunca perdimos dinero", recordaba recientemente. Pacheco, bohemio de la quinta de 1950, supo hacerse con la distribución de catálogos foráneos como Factory, Rough Trade, Fantasy o ECM. Pero su ilusión era producir música nacional.
Aunque los primeros éxitos de Nuevos Medios fueran grupos pop, Pacheco y su mujer, Cucha Salazar, detectaron una cantera tradicionalmente minusvalorada por las discográficas españolas: "El flamenco se grababa mal, unas horas para un elepé. Decidimos que debía contar con el mismo tiempo y tanto dinero como una producción pop. También alentamos el repertorio nuevo, evitando reciclar los cantes y los toques de toda la vida".
A través del tocaor Pepe Habichuela, contactaron con una generación de gitanos madrileños abiertos a otras músicas. De esa fragua salieron Ketama, La Barbería o Ray Heredia. Aliándose con el productor Ricardo Pachón, conectaron con sus equivalentes sureños, primero con Pata Negra.
Resultó una genialidad el colocarlo todo bajo la etiqueta de "los jóvenes flamencos", denominación que hizo fortuna y facilitó su lanzamiento internacional. Estos gitanos colaboraban con jazzmen, que también terminaron en Nuevos Medios. "Jorge Pardo y Carles Benavent estaban en el sexteto de Paco de Lucía, hablaban jazz y flamenco. Y aparecieron inclasificables como Joan Albert Amargós o Tino di Geraldo". Aparte, Nuevos Medios trabajó con cantautores de todos los pelajes. Como elemento unificador, unas portadas limpias y elegantes, a veces con fotos del propio Pacheco, aunque también se contó con ilustradores como Ceesepe y Nazario.
Entre bambalinas, se hacía un chiste fácil: "Nuevos Medios, pocos medios". En verdad, Pacheco tenía una paciencia infinita con los artistas y no escatimaba a la hora de presupuestar grabaciones. Era extraordinariamente liberal con sus fichajes: permitía que saltaran a compañías grandes. Evitaba meterse en las inversiones que requiere llegar al gran público. "Yo les grabo los primeros discos, cuando estar en el estudio supone alegría y creatividad", decía. No era rencoroso: recuperó a artistas que volvieron rebotados.
No cabe decir, como en el lamento de Blade Runner, que "todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia". Las grabaciones propias todavía disponibles pasan a la distribuidora Karonte: se trata de un stock de unas 50.000 unidades. Vampi Soul rescatará títulos en vinilo: Vainica Doble, Pata Negra y el inédito recopilatorio La Habana era una fiesta, sobre la presencia caribeña de la copla española. Pero es cierto que el flamenco, el jazz autóctono y el pop adulto se quedan más huérfanos.
María Pacheco, hija del fundador, no quiere hablar de cierre: "Es la reestructuración que Mario no pudo hacer por su enfermedad. La plantilla no se podía mantener con la caída de ventas. La desaparición de mi padre supone el fin de la producción propia: él nunca planteó otra posibilidad".
Nuevos Medios era también el canal por el que llegaban a España sellos prestigiosos como City Slang, World Circuit o el emporio Cooperative. En los últimos meses había contraído deudas con esos proveedores, que ahora buscan renegociar esas cantidades y traspasar sus lanzamientos a otras distribuidoras.
CATALIZADORES DE SUEÑOS, EN PALABRAS DE SU PROMOTOR
Golpes bajos
- Mario Pacheco recordaba que el grupo gallego le llegó a través de un concurso de maquetas: "Era una propuesta extraordinariamente seria, en lo musical y lo literario, la edad adulta de la movida. En los noventa, nos implicamos en su reaparición y fue un desastre: casi nos arruinamos".
Pata negra
- "Fue nuestra desdicha grabar Blues de la frontera, considerado como el mejor disco español de los ochenta, y ver romperse al grupo, victima de la incompatibilidad de Raimundo y Rafael. Más adelante, trabajamos con el genio musical de esa familia: Diego Amador."
Ketama
- "Con ellos, pensé que podíamos duplicar la fórmula de la Motown, que contaba con un equipo rítmico fijo y luego llamaban a jazzmen o miembros de la Sinfónica de Detroit. Los Carmona grababan con Aurora, Enrique Morente o incluso con Toumani Diabaté y los músicos de Mali".
Martirio
- "Al público español no le gustan los cambios de identidad, las metamorfosis. Con nosotros, Sisa se transformó en Ricardo Solfa. Kiko Veneno y la ex cantante de Jarcha crearon una maruja peleona. Y fue una delicia volver a trabajar con Martirio, ya convertida en toda una estilista".
Rey Heredia
- "Era el más viajado de los jóvenes flamencos, alguien con un potencial universal. Por eso le hicimos una producción pop, con Teo Cardalda, que venía de Golpes Bajos. Murió estúpidamente unos días después de sacar su único disco. Una tragedia: estaba solo cuando sufrió una sobredosis."
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