Ricardo Bofill construirá el Centro de Congresos de San Petersburgo
Ricardo Bofill (Barcelona, 1939) era el ídolo de los arquitectos rusos en los años ochenta, pero ha tenido que acabar el siglo XX para que pudiera comenzar a construir en este país, donde es tan admirado. Tiene proyectos en marcha en Moscú y San Petersburgo; el más novedoso, el Centro de Congresos Constantino, junto a la residencia que el presidente ruso, Vladímir Putin, posee en los alrededores de la antigua capital imperial. El arquitecto español acaba de ganar en un concurso en el que han participado famosos artistas -el francés Jean Nouvel, el austriaco Wolf Prix y el holandés Erick van Egeraat, entre otros- el derecho a construir esta ambiciosa obra de 350 millones de euros.
El Centro, de 100.000 metros cuadrados, será el segundo proyecto de Bofill en San Petersburgo, ciudad donde ya se está construyendo un complejo multifuncional de "estilo estaliniano". El arquitecto catalán, al que se califica de posmodernista clasicista, ha diseñado para el nuevo proyecto una gigantesca construcción de cristal que gracias a su pórtico y columnas recuerda un templo de la antigüedad. En el interior, habrá una gran sala de conciertos redonda.
En la financiación del centro -cuya construcción deberá comenzar el año próximo para ser inaugurado en 2011- participan grandes empresas rusas, como la petrolera Lukoil, el Combinado Metalúrgico de Novolípetks, Gazprombank, el Banco Rossía y el de Comercio Exterior.
Bofill tenía ya más que garantizada su presencia en el país desde el año pasado, cuando firmó en Moscú un protocolo para diseñar un complejo de torres que se construirá en una urbanización ubicada en el noroeste de la capital. El proyecto está evaluado en unos 140 millones de euros y una torre de Bofill de unos 40 pisos será el elemento arquitectónico principal de la zona peatonal en la nueva urbanización Wellton Park, que está desarrollando la inmobiliaria Krost. Además, está en negociaciones para construir un gigantesco recinto ferial que impulsa Gaz-prom, el monopolio del gas.
Pero Rusia no es el único espacio pos-soviético donde Bofill dejará su impronta. En Astaná, capital de Kazajistán, presentó este verano un proyecto de 350.000 metros cuadrados en el que destaca el Palacio de Artes y Arquitectura.
Babelia
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