Berlín recuerda a Brecht con 'La ópera de tres peniques'
Karl Maria Brandauer pone en escena la obra a los 50 años de la muerte del escritor
La ópera de tres peniques volverá a Berlín en agosto, en el cincuentenario de la muerte de Bertolt Brecht, en el recuperado Teatro Admiral, a apenas 500 metros de donde se estrenó. Dirigida por el actor austriaco Klaus Maria Brandauer, la nueva puesta en escena de la ópera compuesta por Kurt Weill contará con un intérprete de excepción: Campino, el cantante del grupo punk Die Toten Hosen, en el papel de Mackie Messer.
"He visto La ópera de tres peniques muchas, muchas veces, y siempre me ha gustado. Es tan única y de éxito tan probado que creo que ni siquiera nosotros vamos a conseguir acabar con ella", dijo irónico Brandauer, que aparece en Memorias de África, en la presentación del espectáculo.
Inspirada en la británica The Beggar's Opera (John Gay, 1728), sobre el mundo del hampa en el Londres de comienzos del siglo XVIII, La ópera de tres peniques, de Brecht y Weill, ha sido representada en Berlín en varias versiones en los últimos años. "La diferencia será que la hacemos nosotros, no habrá otra diferencia, y si la hay tendrán que descubrirla yendo a verla", dijo Brandauer. El director se mostró optimista ante un proyecto con "un fantástico texto y una música grandiosa" en un nuevo espacio.
Se trata del Admiralspalast, el palacio del almirante, un edificio construido en 1908 que en los años veinte gozó de gran concurrencia gracias no sólo al teatro que albergaba, sino a un café, una bolera, pista de patinaje sobre hielo, baño romano y hasta un burdel de lujo. Todo ello tenía cabida entre las paredes del enorme edificio situado frente a la céntrica estación berlinesa de Friedrichstrasse, una de las más céntricas de Berlín.
Adolf Hitler encontró con asiduidad acomodo en el palacio, al igual que lo hizo años más tarde la cúpula del partido socialista en tiempos de la República Democrática Alemana.
Desde 1997, cuando ya llevaba cuatro décadas llamándose Metropol Theater, el centro se hallaba cerrado y en ruinas. Ahora, una sociedad de inversores lo restaura para devolverle el brillo de antaño recuperando el café, el teatro y hasta los baños. Su estreno en agosto con un espectáculo de éxito seguro como es La ópera de tres peniques supone un gran golpe a efectos de marketing.
El Deutsche Bank, que acaba de dejar en la estacada a varios teatros del oeste de Berlín que estaban de capa caída y ahora tendrán que cerrar, hizo caso a su olfato y apostó al negocio seguro en el barrio de moda de Berlín con un montaje que tiene muchas posibilidades de convertirse en espectáculo de masas. "Nos importa la cultura", declaró el representante del banco en la presentación de la obra. "Estamos en territorio de Bertolt Brecht", señaló su productor, Lukas Leuenberger. Y es que el Admiralspalast se sitúa a apenas 500 metros del Berliner Ensemble, el teatro donde, aún bajo el nombre de Theater am Schiffbauerdamm, se estrenó La ópera de tres peniques en agosto de 1928. Es el mismo espacio escénico que después de la guerra dirigiría Brecht, mientras ocupaba con su mujer, Helene Weigel, una vivienda en la misma calle del Admiralspalast, algo más hacia el norte, que hoy es museo y restaurante.
Junto al tirón mediático que supone contar con un intérprete como Campino, conocido por su incorrección política -no hace tanto de esa canción titulada Kein alkohol ist auch keine Lösung (No beber tampoco resuelve los problemas)-, en el papel de la Señora Peachum, destaca la actriz alemana Katrin Sass, conocida en España por su papel de madre convaleciente del protagonista en Good bye Lenin. Natural de Alemania oriental, donde se hizo popular sobre las tablas, Sass argumentó que no había vuelto a trabajar en teatro desde la caída del muro por no haber encontrado un proyecto que la motivara lo suficiente.
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