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Pérez-Reverte descubre Sevilla argumentos para seguir viviendo

El autor recorre los mismos itinerarios de 'La piel del tambor', su última novela

Rocío García

A los últimos héroes posibles de este final de siglo, desaparecidas ya las grandes causas y principios, los ha encontrado Arturó Pérez-Reverte en Sevilla, concretamente en su último libro La piel del tambor. Bajo la sombra de esos héroes, el autor recorrió ayer el barrio de Santa Cruz, escenario de la obra, en la que ha trabajado los dos últimos años.

"En Sevilla uno encuentra argumentos para seguir viviendo", confesó el autor de La piel del tambor, su obra más larga,(600 páginas), devastadora y divertida, editada por Alfaguara con una tirada inicial de 150.000 ejemplares."Me interesa la gente que todavía busca trincheras para defender lo que les queda, los naúfragos que se agarran al amor, al sexo...". Bajo esta premisa Arturo Pérez-Reverte ha escrito su última obra, para la que ha elegido Sevilla. como escenario. "Sevilla es una ciudad donde el pasado explica el presente. Es una ciudad femenina, como Lisboa o Roma, al contrario que Londres o Belín, que son masculinas. Yo he vivido un intenso idilio con esta ciudad en los últimos dos años. Sé cómo ríe, cómo llora o cómo se despierta. En Sevilla uno encuentra argumento! para seguir viviendo, desde las iglesias barrocas hasta las tascas atestadas de gente" decía un entusiasmado Pérez-Reverte en el Patio de Banderas.

La piel del tambor, una historia de especulación, y corrupción, se inicia cuando un pirata informático se introduce en la red vaticana y en el ordenador personal del Papa con un mensaje misterioso: una iglesia sevillana mata para defenderse. El Vaticano decide enviar a Sevilla a un cura experto en asuntos sucios para que averigüe que está pasando.

Humor agridulce

El autor reconoce que La piel del tambor es su novela más dura devastadora, en la que ha introducido, mayores dosis de humor agridulce, "sin el que hubiera sido, demasiado desoladora ¿Y, por qué no la Iglesia?",, respondió Pérez-Reverte cuando, se le preguntó el porqué de haber hecho de la institución eclesiástica el meollo de su obra. "Podía haber sido lo mismo una empresa como la Rank Xerox, la Cocacola o un gran medio de comunicación", añadió; "en la Iglesia también hay miles de pequeños peones que sin fanfarrias hacen su trabajo divinamente y justifican su vida".A sus 44 años, el exitazo de sus obras -ha vendido dos millones de ejemplares de sus libros en los últimos cuatro años- no le produce ninguna angustia. La única angustia que tengo es la de Hacienda. No siento ningún complejo por vender muchos libros. Es muy bueno porque me da libertad, sin la cual hoy no hubiera visto editado este tocho"', dijo señalando La piel del tambor. "No voy a pedir perdón por el éxito ni renegar de él, que bien asimilado- es absolutamente positivo", añadió el autor de El maestro de esgrima o La tabla de Flandes. Ex periodista, Pérez-Reverte jamás llegó a pensar en vivir de la literatura, aunque ya no se siente un inocente. "Tengo la suerte in mensa de que yo escribía así de antes. No. he ido a buscar una manera de escribir que funcionara en el mercado, aunque si hubiera tenido que hacer concesiones las habría hecho", dijo Pérez-Reverte, quien abusa de la humildad a la hora de enfrentarse al trabajo de una nueva novela.

Con La piel del tambor, el escritor reconoció que . iba en busca de las nostalgias y. ausencias que arrastra de niño. "No soy idealista, sólo me quedan las nostalgias y esas nostalgias de un mundo de honor y dignidad están ahí".

Antes de su publicación, la novela, que será presentada hoy en Sevilla por el escritor y profesor sevillano Juan Eslava y por- el periodistá lñaki Gabilondo, ya tenía dos -productores de cine interesados en comprar los derechos. "Les he dicho a los dos que se lean antes el Iibro", dijo el autor, quién ha visto cómo sus anteriores obras han sido llevadas también con éxito al cine.

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