Michel Tournier: "Los mitos están muy vivos, sobre todo en la publicidad"
El escritor reconoce la influencia que Bachelard ha ejercido en él
Michel Tournier. Hablar con el autor de Viernes o los limbos del Pacífico, El rey de los alisos y Los meteoros (Alfaguara), es adentrarse en un firmamento de palabras y mitos. Como leerlo. Tournier (París, 1924) es capaz de pasar de la dicotomía ducha / baño (la ducha relacionada con el bautismo de Cristo, el baño con el vientre materno) a los usos sexuales en las Trobiand o a la simbología compuesta del volcán (tierra-fuego). Para Tournier, que visita Barcelona, el mito está muy vivo en el mundo actual. "Estamos totalmente prisioneros de la mitología", dijo a este diario; "el cine, pero sobre todo la publicidad, utilizan el gran mito".
"Mire los anuncios de agua mineral: basados en la mitología. ( la publicidad de los detergentes: la obsesión por la blancura. ¿Por qué lo más blanco es lo más limpio?". Tournier también señala la utilización del niño, el inocente, en la publicidad.La inocencia y la pureza son, precisamente, dos motivos constantes en su narrativa: "Ah, pero no hay que confundir la una con la otra", advierte. "La pureza es diabólica, su esencia es destruir lo impuro; es necesario destruir para ser puro, ahí está ese movimiento tan destructivo que es el puritanismo. La inocencia es lo contrario. La pureza es la inversión maligna de la inocencia. El niño, el animal, el débil mental, son inocentes. ¿Puede el hombre ser inocente? Dostoievski aborda ese problema en El idiota; Mischkin representa esa aspiración".
La obra de Tournier se caracteriza por su poderosa y pertinente alusión simbólica: Robinson hundido en la ciénaga de sus pecados o refugiado en la profundidad uterina de las grutas de Speranza (Viernes); las palomas ("palpitantes portadoras de signos") y el hiperbóreo alce de Abel Tiffauges (El rey de los alisos); el hecho gemelar de los hermanos Surin (Los meteoros)... Todo ello sugiere el concepto de "imaginación material" que acuñó Gaston Bachelard, al que, por cierto, Tournier ha dedicado un libro, Le miroir des idées.
"Bachelard ha sido mi maestro. Yo fui alumno de Bachelard, le conocí bien. Ha contado mucho para mí. Su teoría de los cuatro elementos primordiales [agua, tierra, fuego, aire] reemplaza el psicoanálisis en mis libros. Yo he hablado, he escrito de un hombre de agua, de un hombre de fuego... En Viernes, Robinson -un mito muy actual- llega a la isla y es un hombre de tierra, un cultivador, un administrador, un ser telúrico; Viernes, cuando arriba, es al contrario un hombre de aire: se interesa por las cosas aéreas, por las flechas, por el arpa eólica... Viernes arranca a Robinson de su agujero y lo lleva hacia su mundo, pero Robinson es demasiado denso, está demasiado sometido a la tierra y deviene un hombre de fuego, un adorador del sol. Tierra más aire igual a fuego". Tournier destaca que Bachelard "estaba más próximo a la literatura que a la filosofía, era un intérprete de poetas", y sigue con otra ensoñación matérica: En El rey de los alisos, el aliso -aulne- es un árbol negro y maléfico de las aguas muertas, contrapuesto al sauce, árbol verde y benéfico de las aguas vivas.
Uno de los aspectos más conmovedores de El rey de los alisos es el afán de cargar niños de su protagonista. "La foria [del griego 'llevar'] es el verdadero sujeto de esa novela, que está basada en la nostalgia maternal del hombre", dice Tournier.
Jünger y los uniformes
Considerado el escritor francés más cercano a la literatura alemana, Tournier no tiene, sin embargo gran cariño por Ernst Jünger: "Es un escritor con uniforme, y yo nunca he llevado uniforme, no me atraen", señala. "'Pero le reconozco el coraje de, cuando todo le empujaba a ello, no haber sido nazi. Tuvo la virtud de decir no".
Tournier dio una charla el jueves en el Instituto Francés junto a Dominique Fernandez. Los dos autores franceses hablaron sobre la profesión de escritor. Tournier abrió el fuego con un pequeño cuento: un espejo está colocado frente a otro. Se miran largamente. Al final, uno dice: "La verdad, no se qué encuentran las mujeres tan interesante en nosotros". Tournier contrapuso a los escritores que hacen literatura a partir de su vida y sus experiencias con los que, como él -dijo-, novelan historias que no han vivido. Añadió que no puede hacer una novela "sin tener un gran problema general".
Babelia
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