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La pintura rupestre levantina fue realizada con plumas de ave, según dos expertos

Los estudiosos denuncian la alarmante degradación del patrimonio de arte prehistórico

Jacinto Antón

El arte rupestre levantino, una manifestación pictórica extraordinaria que no se encuentra en ningún otro lugar de Europa excepto en España, en las sierras prelitorales mediterráneas, fue realizado mediante plumas de ave empleadas como pinceles. Ésta es la tesis de los estudiosos catalanes Anna Alonso Tejada y Alexandre Grimal, que la semana próxima presentarán en el Museo Arqueológico de Barcelona un libro sobre el yacimiento de Cueva de la Vieja, en Alpera (Albacete). Tejada y Grimal, que han documentado numerosos yacimientos de arte levantino, aparte de descubrir varios abrigos nuevos, consideran que los inicios de este estilo -cuya cronología es muy polémica- deben remontarse hasta el año 6000 antes de Cristo.

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Arqueros, cabras, ciervos

Los expertos advierten que el arte rupestre levantino "es un patrimonio muy frágil" y denunclan el estado de abandono en que se encuentra la mayor parte de los yacimientos. Los primeros descubrimientos del arte rupestre levantino, un verdadero estilo idéntico desde Murcia a Cataluña, caracterizado por su estilización, tuvieron lugar hace poco más de 80 años. Desde entonces han sido localizados centenares de abrigos en las comunidades de Aragón, Valencia, Castilla-La Mancha, Murcia y Cataluña, con un total de millares de pinturas desde figuras aisladas hasta escenas de gran complejidad, en las que el hombre, a diferencla del arte parletal paleolítico -como el de Altamira-, es rriotívo central.Este valiosísimo patrimonio prehistórico se encuentra hoy seriamente amenazado en opinión de los expertos. "Hay una enorme desinformación pública que se traduce en una terrible falta de respeto por las pinturas", dice Alonso; "es corriente que se las frote con paños, escobas o musgo o se las lave con agua e incluso aceite y colonia para hacerlas más visibles, lo que acarrea un deterioro irreversible". También sucede a menudo que las pinturas, ubicadas en lugares remotos que hacen muy difícil su protección, son arrancadas por aficionados o coleccionistas, cubiertas con grafitos o simplemente destruidas por pura ignorancia. Es el caso de las maravillosas pinturas descubiertas en Lorca en mayo pasado y que ya no existen.Informar

"Hay una gran responsabilidad de la Administración en este asunto", señala Alonso, que recuerda que todo el arte rupestre es, por la Ley 16 / 8 5 del Patrimonio, bien de interés cultural (BIC) desde el momento mismo en que se descubre, "lo que no se refleja con medidas reales de protección". "La gente desconoce el valor de este patrimonio de 8.000 años de antigüedad", continúa. "Es necesario informar, y nos encontramos con que hasta el momento sólo se han realizado, mayoritariamente, publicaciones para especialistas. Es preciso divulgar para proteger". Según los expertos, actualmente no se conserva más que un 10% del arte pictórico levantino y la pérdida se va acrecentando constantemente. "No hay conjurao que no haya sufrido de una manera u otra", indica Alonso.

"Uno de los problemas académicos más importantes del arte rupestre levantino es su datación", explica Anna Alonso; "al encontrarse ubicado en abrigos rocosos, sin estratigrafía clara posible, las fechas que se le han otorgado varían en rniles de años". De ahí la importancia del descubrimiento de pinturas en la cueva de la Cocina (Valencia) el pasado septiembre, en un estrato de terreno datable, circunstancia excepcional que, según Alonso, "permite asegurar que no pudieron ser realizadas en el neolítico, y sí en el epipaleolítico, hasta 6.000 años antes de Cristo".

Alonso y Grimal componen un equipo insólito: ella es arqueóloga y él pintor. Esta última circunstancia ha propiciado un análisis profesional prácticamente inédito de la técnica pictórica empleada por los artistas prehistóricos. Tras múltiples investigaciones y pruebas, Grimal ha llegado al convencimiento de que el arte levantino fue realizado con plumas de ave a modo de pinceles. "Al estudiar la técnica llama sorprendentemente la atención la precisión y calidad excepcional del trazo", explica.Calidad de dibujo

"Hay una gradación inexplicable sin el uso de un instrumento similar al mejor pincel moderno. Ahora bien, ¿cómo pudieron disponer de algo así y cómo se explica que en todo el área pintaran con un trazo tan parecido? Un pincel es muy difícil de fabricar; sin embargo, los hombres de entonces tenían a su disposición plumas de aves, que, lo he comprobado, dan una calidad de dibujo espléndida".

Las plumas, según Grimal, serían de algún tipo de gallinácea o de paloma, quizá también de ave de presa. En todo caso, indica el estudioso, las mejores para pintar, y las que dejan un trazo más parecido al del arte levantino, son las del ala, acabadas en punta. "Evidencia arqueológica de esta técnica de la pluma no la hay, por supuesto", dice Grímal; "pero encontramos plumas representadas por todas partes en la pintura rupestre. Hay arqueros que lucen una o más, y tenemos también a esos personajes que ostentan lo que parece un gran tocado, similar al de los pieles rojas. Por otro lado, las aves debían refugiarse en los abrigos y la pluma era indiscutiblemente un elemento cotidiano".

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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