Osvaldo Pugliese: "El tango pervive porque está en el alma del pueblo"
El compositor argentino actúa con su orquesta en Madrid
El compositor y director de orquesta Osvaldo Pugliese sigue siendo a sus 82 años uno de los tanguistas más sólidos y populares de Argentina. Él y su orquesta se presentan durante tres días en el teatro Albéniz, de Madrid, con un repertorio que incluye tangos suyos (como Recuerda o La Yumba) y de otros compositores. Pugliese piensa que el tango pervive porque todavía está en el alma de¡ pueblo.
De formación autodidacta, Pugliese comenzó a tocar tangos con amigos a los 14 años. Su padre le compró un piano y seis meses después ya se ganaba la vida como músico. Pugliese afirma que el desgarro que siempre se vierte en los tangos no es más que el que se produce en la vida y en los descalabros personales de cada uno. "Yo tengo claro que si mi señora me traiciona yo la mato", comenta riéndose Pugliese, quien en su último tango, Compañera, habla de su satisfactoria relación con Lydia Elman, con la que lleva casado 40 años. "Por mi concepción personal de la vida, yo prescindiría en los tangos del desgarro con las mujeres, el alcohol, el vicio, pero no puedo ignorar las raíces populares del tango". Tampoco ignora que desde el punto de vista formal hay una gran cantidad de músicos que, en su deseo de transformar y evolucionar el tango, le dan un carácter absolutamente técnico.Y es que para Pugliese el tango, al ser popular, carece de ideología. Él, en cambio, sí tiene claro tenerla desde hace 50 años, cuando al leer las continuas noticias sobre la guerra civil española y conocer los horrores del fascista decidió, por simpatía, convertirse en un hombre comunista de formación marxista-leninista, de lo que se siente especialmente orgulloso: "Llevo medio siglo defendiendo al Partido Comunista Argentino".
Para Pugliese la diferencia entre el tango y el bolero estribaría en el hecho de que, aunque los dos son muy sentimentales, el tango cuenta con rasgos mucho más varoniles. Él piensa que ello viene dado por el timbre del bandoneón: "Aunque sea lastimero y quejumbroso, también tiene un timbre muy varonil". Y afirma rotundamente: "Sin bandoneón no hay tango. La arrogancia que tiene el tango es con la presencia de este instrumento. Ello no quita que necesite compartir con otros instrumentos, sobre todo con la cuerda".
Él, que desde hace 70 años está tocando tangos ininterrumpidamente, piensa que ello se debe a que el tango pervive porque todavía está en el alma del pueblo: "El sentimiento del pueblo no lo cambia nadie; sólo cambian las, circunstancias políticas, sociales, económicas, ideológicas". No obstante, no ignora que ha sufrido diferentes etapas y recuerda la dura época que sufrió el tango en las décadas de los sesenta y setenta: "También influyó la persecución política de la época, y los tanguistas éramos personas muy definidas en la izquierda".
"Para viejo ya estoy yo"
Una de sus características es la de incorporar tanto en su orquesta como en su repertorio a los nuevos creadores de tangos: "Para viejo ya estoy yo, y los jóvenes siempre traen en su cabeza algo nuevo, y los viejos, aunque lo tengamos en la cabeza, muchas veces no sabemos cómo hacerlo". Pugliese considera que los tanguistas no son ni pasado ni futuro: "Llevamos un rumbo dado por los elementos estéticos que se fueron incorporando a la orquesta del tango. Es decir, nuevas ideas, nuevas inquietudes que contribuyen a procurar una mayor madurez expresiva".Su forma de tocar suena mucho a Francisco de Caro, y el propio Pugliese lo advierte: "Nuestro repertorio es consecuencia de aquella raíz inicial; él era un exquisito creador de una riqueza musical no superada".
Esta noche se espera que el cantante catalán Joan Manuel Serrat interprete un tango acompañado por Pugliese.
Babelia
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