"La literatura moderna sólo puede existir en libertad", declara Octavio Paz a su llegada a Madrid
Octavio Paz llegó ayer a Madrid, cansado y feliz de un nuevo viaje a España desde México. El escritor mexicano, que después de 10 años de silencio lírico anunció ayer con un poema de 23 líneas (véase El País del domingo) su vuelta a la publicación de poesía, viene a España para hablar del romanticismo y la vanguardia. "La literatura moderna sólo puede existir en la libertad" dijo el poeta en su encuentro con los periodistas, reflexionando sobre la situación actual del intelectual en el mundo.
Vestido con su chaqueta azul elegante y risueño, con su camisa de seda oscura y su breve maletín de cuero integro, el autor de Vuelta se encontró en el aeropuerto frente a un grupo de periodístas ávidos por conocer su impresión sobre la situación política de su tierra, su juicio sobre el final y el principio de las vanguardias y su definición de la democracia. Le esperaba también un grupo de amigos que iban desde el embajador de México en España, Rodolfo González Guevara, hasta su ex secretario en la revista Vuelta, el periodista español Tulio H. Demicheli.Lo que quería Octavio Paz premio Cervantes de Literatura y "una voz lúcida, conmovedora y emocionante", como dijo de él Jorge Luis Borges, era descansar, acabar el largo viaje que le traía desde México y conseguir lo que siempre persiguen los poetas: que el día dure toda la noche. Así que en seguida que aterrizó y se reunió con los periodistas en la Sala de Autogiro del aeropuerto de Barajas, el autor de Los hijos del limo, un libro en el que se adelantan algunos de sus juicios principales sobre el ocaso de las vanguardias, se fue a su hotel de siempre en Madrid con un apretado programa español por delante: en Santander, adonde viaja para participar en el curso sobre Romanticismo y modernidad de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, le espera su viejo amigo de México, Eulalio Ferrer, y una excursión cuyo proyecto tiene bien alimentado: el viaje a las Cuevas de Altamira, donde este poeta que hizo de sus trayectos por las artes y por la historia un material esencial de su escritura buscará nuevos elementos de metáfora.
Literatura y libertad
Antes de dormir, el autor de Libertad bajo palabra saltó levemente de su silla ante una pregunta que esperaba: ¿Cuál es hoy, para él, el concepto de libertad que debe primar en el intelectual latinoamericano de su condición? "La libertad es un concepto que se ha discutido desde hace tanto tiempo; mire usted, la discusión sobre la libertad es tan antigua como España y como la propia literatura. Pero, para mí, el resumen de todas las tesis es este: la literatura moderna no puede vivir sino en la libertad; con la crítica y con la libertad".Paz era ayer un intelectual optimista dispuesto a hablar de literatura y de vanguardias en la UIMP, y también un ciudadano cautelosamente feliz sobre lo que pasa en su tierra latinoamericana. "El panorama era negro y se ha aclarado. La democracia está triunfando en Iberoamérica; en sí misma, la democracia es un régimen imperfecto, pero tiene la capacidad de autocriticarse. La función del escritor en el siglo XX es la crítica y ya no habla ni desde el partido ni desde la iglesia; habla desde la conciencia".
A Paz le recordaron en Barajas el caso de los poetas a los que abandona la poesía; a él, que lleva diez años sin publicar un libro de versos y ahora anuncia uno para 1997, no le ha abandonado jamás. "Lo que ocurre", dijo ayer, "es que la presión de los tiempos ha hecho que la poesía parezca una actividad clandestina, subterránea; y no, yo no escribo un poema todos los días, como hacía Juan Ramón Jiménez pero la poesía no me abandona jamás; vivo en ella".
Octavio Paz hablará el próximo jueves en el curso sobre Romanticismo y literatura contemporánea que dirige a partir de hoy en la UIMP el profesor Francisco Rico. Su tema las Vanguardias y el romanticismo, convive con su propia historia poética.
"La literatura moderna se inicia, justamente, con el romanticismo y las distintas formas de la literatura moderna en los siglos XIX y XX son mutacilones del movimiento original roniántico". El romanticismo, dice Paz, "está detrás de todas las vanguardias". El autor de El mono gramático cree que "vivinios el ocaso de la vanguardia, el final de una época que se inicia a principios del XIX y puede decirse que la literatura moderna está recobrando la conciencia del cambio y la afirmación de la continuidad".
Babelia
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