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Xavier Güell opina que es difícil abrirse camino en la dirección de orquesta

Tras su éxito en Kaltovice, Polonia, el pasado mes de diciembre, con la Orquesta Filarmónica de Silesia, Xavier Güell ha regresado a España con algunos contratos para ponerse al frente de orquestas europeas. Declara que es difícil abrirse camino en la dirección musical. Durante varios años, Güell estuvo realizando una importante labor como fundador y director de Solistes de Catalunya. La conocida orquesta de cámara se disolvió al serle retirada la subvención.

Nacido en Barcelona, en 1956, Xavier Güell comienza a contarse entre los jóvenes directores de orquesta españoles con proyección en tierras extranjeras. Tras su actuación en el concurso internacional de Budapest, en la primavera de 1983, ha sido invitado a dirigir este año dos de las principales orquestas de Israel, la de Haifa y la de Jerusalén."Es difícil abrirse camino aquí. Cada director se vale de su cargo para mejorar su situación en el mundo, a base de intercambios, y no se acuerdan de los nuevos directores. Las agencias de conciertos también se dedican a potenciar esos intereses particulares. Es difícil acabar con esto, como no fuera a través de una supervisión estatal en la que se obligara a dar oportunidades a los directores jóvenes, de la misma forma que debería ser obligatorio el repertorio contemporáneo de autores del país".

Cuestión de prioridades

"En Polonia, pese a las dificultades económicas y de toda índole, en una de las crisis más largas de su historia reciente, se sigue manteniendo el alto nivel musical. Es una cuestión de prioridades. Para ellos, la música está entre lo primero, y antes renuncian a muchas cosas que dejar caer las cosas musicales. Allí nos admira la educación del artista. En Polonia, después de un ensayo agotador, en donde has puesto el listón interpretativo cada vez más alto, porque ves que es posible perfeccionar aún más, el representante de la orquesta venía a tu camerino Y te daba las gracias por el esfuerzo que les habías dedicado. A ello hay que añadir el alto nivel creativo".Está claro que para Güel, "Polonia es un centro fundamental en la música contemporánea por sus compositores. Allí se está produciendo una música de gran calidad e interés, no sólo de los consagrados".

Sobre la situación de las orquestas españolas, el director opina que, "se van haciendo cosas, pero nuestro gran problema es que, en este tema no se puede improvisar, y la, única posibilidad de llegar a tener buenas orquestas está en formar músicos. Hay que crear la infraestructura que permita a los conservatorios sacar muchos y buenos músicos, y eso no se logra en tres ni en cinco años; es obra de dos generaciones. En Estados Unidos, hace 50 años, el nivel era mediocre y hay que ver ahora cómo es. A mí me parece que los centros musicales en Estados Unidos, y sobre todo en los países del Este, son modelos a seguir".

"En Katovice me llamó la atención que una ciudad de 75.000 habitantes tuviese dos orquestas. Una de ellas es la de la Radiotelevisión polaca, tan buena como la Filarmónica de Varsovia, y luego la Orquesta Filarmónica de Silesia, a la que yo dirigí un programa con Weber, Mozart y Chaikovski (la sinfonía Patética). Hay, además, un buen teatro de ópera".

Respecto a su repertorio predilecto aunque admita no creer "en la especialización", añade que, "hoy día los intérpretes abordan un repertorio excesivo. Lo correcto es lo que hace la gente como Carlos Kleiber, que, tiene 12 óperas en su repertorio y unas 40 obras sinfónicas".

"Hay que dirigir lo que uno ama, lo que se conoce mejor y se ha tenido tiempo de madurar. Cuando fui a Polonia, en él camino hacia Viena, coincidí con Teresa Berganza, mujer apasionante por su arte y por su personalidad, y comentábamos cuántos cantantes y directores se empeñan en hacer obras que no les van".

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