El líder de los Dexys Midnight Runners no quiere ser un profeta
Dexys Midnight Runners (Corredores de Medianoche en Dexedrina), grupo que actuó el pasado domingo en Madrid para El Gran Musical de la cadena SER, nunca fue un ente habitual dentro de los esquemas del pop. Cuando nacieron, en 1978, la escena inglesa estaba dominada por el reverdecer del ska y los últimos coletazos del primer punk. Pero esta gente, con Kevin Rowland a la cabeza, dirigió sus miradas hacia el soul. El propio Rowland afirma que no trata de ser un profeta.
Con todo, aquella arriesgada elección se vió recompensada y tanto su sencillo Geno como su primer album Searching For The Young Soul Rebels (1980) lograron una aceptación explosiva e inmediata. A partir de ese momento las actividades de los Dexys se complican. Renuncian a conceder entrevistas y se dedican a comprar espacios publicitarios en las revistas musicales desde las cuales denuncian a todos los críticos y a las mismas revistas por "deshonestas y hippys". Luego se disolvieron, cambiaron su aspecto de cargadores de muelles por colas de caballo, chandals y botas de boxeo. A continuación volvieron a disolverse y solo este año vuelven a aparecer ante el gran público con nueva formación (violines y vientos), nuevo disco y nuevo atuendo (harapos) en una época donde la dominancia pertenece a la música sintetizada y la moda chic. Un nuevo éxito. La aventura continúa y Kevin Rowland, con su barba de tres días nos explica algo de ella."El plan original del grupo se dividía en tres años. En el primero haríamos un disco que se vendería muchísimo y nos haría famosos. El segundo rodaríamos una película en la cual nosotros mismos seríamos actores. El tercero entraríamos en política."
¿Que tipo de política? "En principio debo decir que respondía más a razones estéticas que puramente políticas. Teníamos pensado formar nuestro propio partido y volar las casas del parlamento. Evidentemente nos detendrían y nos caerían diez años o cosa así. Pero no había nada de visceral en todo ello sino pura frialdad y calculo. Era realmente lo que deseaba hacer. Hoy este plan se encuentra en conserva".
Sentimientos
Cualquiera puede pensar que este hombre está de la mente y su concierto, que parecia una reunión de clochards musicales, no hizo sino aumentar esta primera impresión. Sus movimientos en escena son airados, jamás sonríe y puede arrojar el micro lejos de sí mientras sigue cantando con esa voz intensa y desgarrada que refleja sinceridad. De hecho llega a parecer una especie nueva de profeta."Estoy en total desacuerdo. Yo no tengo nada que ver con un profeta. Tanto el primero como el segundo elepé tratan de sentimientos. Por ejemplo, casi todas mis letras hablan de mí mismo en relación con alguien. Un hippy tal vez podía escribir desde el punto de vista de una mujer o desde otro psicológico y justificar con ello lo mal que escribía. En mi caso se trata de sentimientos que se expresan sin ninguna premeditación. El trabajo consiste simplemente en lograr una forma lo más pura posible".
Lo cierto es que al tener tanto éxito y llegar a tantas personas puede darse la situación de que esos sentimientos y su intención sean malinterpretados.
"Hace ya bastante que aceptamos ser malinterpretados. Por ejemplo en el atuendo. Nosotros no vivimos en el campo sino en una ciudad superindustrial, en Birmingham. Y allí llamas mucho más la atención con estas ropas, que yo considero bonitas, que llevando el pelo pintado de verde. Esta me parece una manera correcta de vestir en 1982. Estoy harto de que la gente piense en Inglaterra como un lugar donde la moda cambia muy rápidamente. Eso es falso. La realidad es que todo es muy lento y que grupos como ABC me parecen pasados de moda y ridículos. No uso guitarras eléctricas más que de vez en cuando porque me parece un instrumento aburrido y del que el pop ha estado tirando desde hace treinta años. O fichar por una gran compañía en vez de hacerlo por una presunta independiente cuya única diferencia con la otra es que llega a menos gente. El problema aquí no reside en la industria, que es honesta y reconoce que lo suyo es ganar dinero. El problema está en los mismos grupos que dicen que van a hacer esto y aquello y lo único que pretenden es llegar a ser estrellas. Mira, la gente quiere que las cosas sean negras o blancas, pero la realidad no es así y nosotros nos movemos en ella, en el terreno de los grises. Yo me siento arder por dentro y trato de expresar una confusión".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.