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Blasco Ibáñez fue un burgués radical y un republicano romántico

Análisis de la postura política del escritor en el simposio internacional sobre su obra

El escritor y el político son las dos facetas abordadas a lo largo de las primeras sesiones del simposio internacional organizado en Valencia para revisar la polémica figura del escritor valenciano Vicente Blasco Ibáñez. Los debates han sido promovidos por la Asociación Nostra Valencia. Su iniciativa ha encontrado un amplio eco internacional. Blasco es objeto estos días de estudio por conocidos, hispanistas, que están poniendo al día el legado cultural y político de uno de los valencianos más universales de los últimos tiempos.«Nunca fue marxista ni lo quiso ser, pero llegó al máximo del radicalismo revolucionario en el marco republicano, y esto es suficiente». Esta afirmación, ofrecida a la polémica por el escritor Pedro J. de la Peña, quien disertó sobre Política y actualidad, fue enmarcada en una serie de denuncias a la manipulación que la figura de Blasco Ibáñez, ha encontrado en algunos de sus investigadores, desde posiciones políticas partidarias.

En su intervención resaltó la reversión que había experimentado el político Blasco, quien desde su militancia republicana y laica, de 1896 a 1906, frente a una derecha conservadora y clerical, ha pasado ahora a ser valor ideológico de este último sector social, mientras la izquierda actual lo menosprecia por su populismo y falta de identificación con el nacionalismo valencianista.

Otra aportación polémica partió del investigador inglés Peter Vikers, que estableció una afinidad entre Blasco Ibáñez y el joven Mussolini, por la retórica demagógica y teatral utilizada con los sectores de la pequeña burguesía y por determinadas posiciones ideológicas.

La aportación británica fue completada por el catedrático de Lengua Richard Cardwell, con un trabajo sobre el sustrato ideológico reaccionario de las novelas blasquistas de corte social.

Las intervenciones sobre la faceta política contaron con los resultados de una seria investigación electoral, presentados por el profesor de Derecho político Luis Aguilo. Expuso el carácter testimonial del movimiento político blasquista en las décadas siguientes a su salida de la vida pública para dedicarse en exclusiva a la literatura y periodismo. «Precisamente en los años siguientes a su renuncia», afirmó, «el blasquismo jugó un papel clave tras los acontecimientos de la semana trágica de Barcelona de 1909 y la huelga general de 1917».

Mussolini y Blasco

Las alusiones a las reticencias actuales de los partidos de izquierda y nacionalistas con la obra de Blasco Ibáñez, así como su afinidad con el joven Mussolini, fueron debatidas en un coloquio. El senador socialista Alfons Cucó, que matizó su presencia no como dirigente de izquierdas, sino como historiador que ha publicado sendos ensayos sobre el blasquismo, dijo que estaba de acuerdo con las tesis de Vikers, porque incluso en estudios históricos realizados en la Universidad de Valencia se habían apuntado afinidades entre la ideología anarquista y la jonsista.Definió más adelante a Blasco como filofrancés y político radical, con una posición colonialista desatada, expresada en sus artículos en torno a la guerra de Cuba y países de América Latina, y señaló, asimismo, la dificultad para abordar todas las cuestiones planteadas a lo largo de la sesión por falta de metodología. A este respecto, estimó que convenía diferenciar entre las aportaciones de los blasquianos, investigadores de la obra de Blasco, y los blasquistas, que analizan el movimiento político y social del blasquismo, en el que «Blasco no es todo, sino una parte ». Reiteró, por otra parte, la importancia de estudiar seriamente este movimiento que encierra medio siglo de vida política.

La faceta literaria ha sido tratada por el catedrático francés Jean Vaissiere, de la Universidad de Dijon, quien destacó las influencias de Víctor Hugo y Balzac en la narrativa del escritor valenciano, quien fue claramente aliadófilo en la primera guerra mundial, corresponsal de guerra en el país vecino, y amante de la cultura gala. El inglés Leo Hickey analizó la obra Cañas y barro, y el catedrático de la Universidad de Madrid Francisco Yndurain hizo una comparación de Blasco con Pío Baroja, profundizando en su actividad literaria.

El perfil de narrador con eco internacional concluyó con las aportaciones del investigador alemán Hugo Creff, el escritor José Luis Castillo Puche y el catedrático de la Universidad de Navarra Raimundo Fernández.

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