Los cuadros desaparecidos del Museo del Prado son cerca de 350
Alrededor de 350 lienzos adscritos a los depósitos del Museo del Prado se pueden dar definitivamente por perdidos, dijo a Efe el subdirector del Museo del Prado, Alfonso Pérez Sánchez, al término de una conferencia pronunciada en el Casón del Buen Retiro.En esta conferencia, el señor Pérez Sánchez hizo público un detallado informe de la situación en que actualmente se encuentran los cuadros depositados en la pinacoteca, y explicó los primeros resultados de la «rigurosa investigación» promovida por el fiscal del Reino, tras las informaciones aparecidas en diarios madrileños sobre la desaparición de algunos lienzos adscritos a los depósitos del Prado.
Estas noticias -algunos diarios citaron la pérdida de 7.000 cuadros, cuando los fondos totales del museo no alcanzan esa cifra- fueron calificadas por el señor Pérez Sánchez de sensacionalistas y en gran parte falsas, pero útiles, ya que fueron el punto de partida de la investigación actualmente en curso, y uno de cuyos primeros y más interesantes resultados ha sido el poder disponer de fotografías de todos estos cuadros. «De lo que se trata ahora», explicó a Efe, «es de saber exactamente qué hay y dónde está, para, posteriormente, poder planificar.»
La investigación cifra en alrededor de quinientas las obras perdidas, pero, según el señor Pérez Sánchez, todavía se pueden recuperar una gran parte, y son únicamente algo más de trescientos cuadros los desaparecidos irremisiblemente. Esta última cifra de lienzos desaparecidos, por otra parte, era ya conocida por los responsables de la dirección del Prado.
Para explicar estas pérdidas, el conferenciante se remontó a la fundación del Museo del Prado por Fernando VII, y relató los avatares que hubieron de sufrir las obras en consonancia con cada momento histórico. «La fusión del Museo del Prado con el Museo Nacional de la Trinidad», dijo, «se realizó en 1872, y ello dio origen al amontonamiento de 5.000 cuadros, sin ningún criterio, y forzó el comienzo de los depósitos.»
Las instituciones de carácter público, religioso y privado fueron las principales beneficiadas de la dispersión, «aunque también», matizó el señor Pérez Sánchez, «hubo a veces una política de reserva y de no ceder ante las presiones, y en los años posteriores a la guerra civil se cerraban incluso disimuladamente algunos almacenes ante la anunciada visita de algunas autoridades».
«Siempre se sabía el lugar a donde iban las piezas», agregó, «pero las dificultades estaban en comprobar luego si continuaban allí, e incluso hubo algunos casos en que se hicieron cambalaches de cuadros en embajadas sin comunicación oficial al Museo del Prado. Estas permutas, si bien se hacían dentro de su marco administrativo, han hecho incontrolable el estado de numerosos cuadros. »
Al término de su exposición, el señor Pérez Sánchez proyectó unas filminas ilustrativas del estado de algunos cuadros, actualmente en depósito, que se ha conseguido recuperar, y posteriormente, de otras obras, que tendrían entidad suficiente para ser colgadas en el Museo y se encuentran en lugares de difícil acceso para el público.
Entre otras obras destacadas, el señor Pérez Sánchez mencionó un óleo de Zurbarán, firmado en 1880, pieza significativa de los últimos años del pintor, cuya autenticidad fue descubierta hace poco, y que se encuentra en los pasillos de San Francisco el Grande; una Anunciación, de Pantoja de la Cruz, que estuvo inicialmente depositada en el Consejo de Estado; un san Lorenzo, de Luis Fernández, obra maestra del siglo XVII, actualmente en el Consejo de Estado; un san Antonio, de Alonso Cano, en San Francisco el Grande; un Lucas Jordán, en la Academia de Jurisprudencia, etcétera.
Babelia
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