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El triunfo de la animación que recauda más con menos

Películas como 'Gru 3' o 'Capitán Calzoncillos' se crean con la mitad de presupuesto que los filmes de Pixar y Disney y logran buenas taquillas

Fotograma de 'Gru 3. Mi villano favorito'.
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Además de ser el “villano favorito” del cine, de Gru 3 se espera la gloria. La tercera entrega de esta saga animada (la cuarta si se cuenta Los minions) ha logrado en los cines estadounidenses unos 70 millones de euros durante su primer fin de semana (en España ha recaudado 4,6 millones de euros). Una cifra que apoya su estreno en 4.529 pantallas, el mayor debut en EE UU desde la llegada a los cines de Crepúsculo: Eclipse en plena fiebre de vampiros efebos. Pero más allá de su exitosa recaudación, de la invasión de juguetes o de la epidemia de buenas críticas que rodea a este fenómeno amarillo, el éxito de Gru 3 será la confirmación del último modelo económico en el campo de la animación: el cómo hacer más con menos y tener éxito.

La última producción de los estudios Illumination es fiel a los principios que su fundador, Chris Meledandri, describió en entrevista con El País: “Crear una compañía más eficiente y ligera que el resto de la industria, un modelo económico que pueda asegurar el éxito incluso si tratamos temas fuera de lo común”. Illumination invirtió 60,5 millones de euros en el primer Gru. Mi villano favorito y 66,7 millones de euros en el segundo. Y la saga lleva recaudados internacionalmente 2.370 millones de euros. Cifras de taquilla equiparables a los éxitos de Disney o Pixar, aun cuando los presupuestos de estos grandes de la animación son también grandes. Por ejemplo, Cars 3 lleva recaudados cerca de 93 millones de euros en sus dos primeras semanas de estreno en EEUU, pero su presupuesto supera los 150 millones de euros.

“Creamos un modelo económico que pueda asegurar el éxito incluso si tratamos temas fuera de lo común”

El modelo del que habla Meledandri y que lleva defendiendo desde su llegada al mundo de la animación, primero en Blue Sky, los creadores de La edad de hielo (Ice Age), y desde 2007 al frente de Illumination, está extendiéndose. Capitán calzoncillos: su primer peliculón se ha regido por el mismo patrón: más (cerca de 60 millones de euros en la taquilla estadounidense y tres millones en España en apenas un mes) con menos (un presupuesto de 33,3 millones de euros). La adaptación de la saga infantil de Dav Pilkey es el intento de DreamWorks de seguir siendo viable. El estudio que desde su construcción ofreció almuerzos gratis en un ambiente laboral más parecido al de un campus universitario pasa un momento de transición absorbido por los estudios Universal tras varios desencantos en la taquilla que han llevado a olas de despidos masivos. Capitán Calzoncillos se aleja en costos de los 127 millones de dólares de presupuesto de un Cómo entrenar a su dragón 2. También se aleja en estilo, abaratando costos con lo que definen como “un estilo relativamente simple, sin efectos especiales espectaculares” pero que funciona en un filme orientado a niños y preadolescentes. Y sobre todo se aleja en ubicación. Capitán Calzoncillos se rodó en dos años, tiempo récord en el campo de la animación donde el proceso normal se puede extender unos cuatro años de concepto a estreno, en los estudios Mikros Animation en Montreal (Canadá). En los estudios DreamWorks no hubo más que un pequeño equipo que se encargó del concepto artístico, los layouts de las secuencias y las correcciones y montaje final. El resto, la gran totalidad de la producción animada, se hizo en Canadá con un coste muy inferior. Lo mismo ocurre con Illumination cuyas oficinas en Santa Mónica, California, están lejos del estudio de animación desde el que operan en París tras su unión con Mac Guff.

Meledandri describe este funcionamiento entre dos continentes en términos artísticos, hablando de la cantidad de talento y la diferente visión que imbuyen en el proyecto los animadores europeos allí aglutinados. Pero tampoco esconde los intereses económicos de este outsourcing artístico. “Glen Keane me dijo que el talento francés era descomunal”, rememora Meledandri citando a uno de los maestros de la segunda edad de oro de los estudios Disney. “Pero también tenemos claro que no incluimos a gente que se salga del presupuesto no importa el talento que tengan”, añadió. Aunque la semilla de Gru la puso un español, Sergio Pablos, España no fue el país escogido por Illumination cuando buscaba animación de calidad a precios más asequibles. Según Meledandri, SPA la empresa de Pablos- no tenía entonces la capacidad que buscaba. En la actualidad, España es una parada obligada para los estudios que buscan ser parte de este nuevo modelo económico aplicado a la animación. Paramount está realizando su primera incursión en el campo animado en los estudios Ilion, en Madrid, que ultima en la actualidad Amusement Park, su gran estreno en animación 3D para el 2018. “Lo cierto es que los filmes que hacemos son caros y para seguir haciéndolos necesitamos que la gente los vea”, insistió Meledandri. De eso no debería preocuparse. De las 50 películas más taquilleras de los últimos 15 años, 12 han sido animadas.

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