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López-Dóriga anuncia que abandona el noticiero estrella de Televisa

La periodista Denise Maerker figura como posible sustituta. El cambio se efectuará en agosto. "Termino un ciclo y empiezo otro", afima el principal comunicador mexicano

Joaquín López-Dóriga se va. El tercer viernes de agosto aparecerá por última vez en pantalla como presentador del informativo estrella de la televisión mexicana. Su salida de un puesto que en México carece de rival, marca el fin de la época de los grandes saurios mediáticos, de los que López-Dóriga era uno de los últimos símbolos en Latinoamérica, y el inicio de un nuevo y desconocido ciclo televisivo. "La verdad, ha sido un viaje maravilloso desde aquel inicio de milenio, en abril de 2000", dijo anoche el periodista de Televisa.

Desde el noticiero nocturno, López-Dóriga, de 69 años, ha sido la cabeza visible de una televisión con un fuerte anclaje oficial, pero también un comunicador telúrico, un monstruo catódico al que se consideraba ungido por la luz institucional: desde la caída de un narcotraficante hasta una crisis de Gobierno se tornaban ciertos cuando se hacían públicos en su programa. Esta íntima conexión con las fuentes oficiales y la propia cartografía de Televisa, el gigante televisivo que domina el universo mexicano (40% de audiencia, 70% de publicidad), le otorgaron, pese a las críticas, una enorme prevalencia mediática, al estilo de su maestro Jacobo Zabludovsky (1928-2015). Un peso y una influencia, con brillos de antaño, que difícilmente se volverán a repetir.

Su salida era un secreto a voces desde hacía meses. Nunca confirmado, en todos los mentideros se daba por hecho su relevo, pero como tantas cosas en los palacios del poder mexicano, su recambio ha requerido de una fatigosa digestión que culminó anoche cuando el propio López-Dóriga se despidió de su audiencia. Fue a las 22.30, nada más iniciar el informativo. Traje azul, corbata naranja. Mirando a la cámara, sin rodeos ni almíbares, anunció su marcha de El Noticiero: "Muchas gracias a usted que está ahí y ha estado por tantos años. El viernes 19 de agosto será la última noche que después de 16 años conduzca y dirija este noticiero. Esta decisión la he conversado con mi familia, que es mi fundamento, y con Emlio Azcárraga y Bernardo Gómez, artífices originales de este proyecto. En agosto terminaré un ciclo y empezaré otro que ya he iniciado. Muchas gracias".

Las voces más autorizadas apuntan como sustituta a Denise Maerker (Ciudad de México, 1965), una respetada periodista que dirige en la misma cadena el programa de investigación y reportajes Punto de partida. Se trataría de un intento de encontrar un revulsivo, femenino y sin desgaste, en una época de agotamiento de fórmulas y donde el tablero televisivo, tras la reforma de las telecomunicaciones, va a verse alterado con la aparición de una nueva competidor, Cadena Tres. Un incipiente proyecto, en manos del millonario Olegario Vázquez Raña, dueño del diario Excelsior, que ya ha fichado a otro peso pesado, Ciro Gómez-Leyva (Ciudad de México, 1957), conductor del noticiero matutino de Radio Fórmula, para que dispute el trono nocturno. 

Sobre el futuro de López-Dóriga aún todo es muy especulativo. Pero difícilmente desaparecerá del mapa quien durante décadas ha marcado caminos. En la trayectoria del comunicador, para bien y para mal, se concentra el poso de una época. Iniciado en 1968 en El Heraldo de México, en los años setenta ocupó el cargo de jefe de información del mítico noticiero 24 horas de Zabludovsky. Como periodista ha relatado los grandes acontecimientos de las últimas décadas. Fue corresponsal en Vietnam, cubrió al golpe de Estado contra Salvador Allende, narró el terremoto de 1985 que devastó la Ciudad de México, entrevistó a Fidel Castro, Ronald Reagan, Pablo Neruda y a todos los presidentes mexicanos desde Luis Echeverría.

Con un toque dandy y dotado de un estilo tranquilo, este mexicano nacido en la muy madrileña Cuesta de Santo Domingo y sobrino de un sacerdote republicano siempre ha mostrado un buen instinto para las noticias y una pasmosa facilidad para narrarlas en vivo. Pocas veces le han traicionado los nervios o se le ha quebrado la sonrisa. Y cuando ha ocurrido, a nadie se le ha pasado por alto. Fue objeto de enconadas burlas, por ejemplo, cuando le falló el traductor en una entrevista con el actor Anthony Hopkins por su película The rite (El rito) y él mismo tuvo que enunciar las preguntas en inglés. Su “juay de rito” (algo así como ¿why The rite?) hizo furor en las redes. Fue en 2011. Ahora, un lustro después, se ha tomado venganza. Tiene 6,4 millones de seguidores en Twitter, por encima del mismo presidente de México, y todo el país sabe que un tuit suyo pesa más que muchos titulares de grandes cabeceras.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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