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La carrera contra el incierto fin de la ciudadanía por nacimiento: madres indocumentadas se apuran a sacar el pasaporte a sus hijos

El decreto firmado por Trump que acaba con el derecho a ser ciudadano por nacer en el país permanece bloqueado judicialmente. Sin embargo, las madres temen que esto pueda cambiar de un día para otro

Miami
Una madre otorga la tutela legal de sus hijos menores por miedo a ser deportada por las autoridades de inmigración, en Miami, el 19 de enero de 2025.Marta Lavandier (AP)

Carmen, una mexicana que prefiere ocultar su nombre real, tiene un hijo de nueve años que nació en Texas, poco después de que ella cruzara la frontera. El niño es ciudadano estadounidense, pero Carmen comenzó a temer que lo dejaran de reconocer como tal luego de que Donald Trump firmara una orden ejecutiva para eliminar la ciudadanía por nacimiento a los hijos de extranjeros.

El decreto, firmado el 20 de enero, día en que Trump tomó posesión, ordena que se dejen de emitir números de Seguridad Social y pasaportes a estos niños, y también a los hijos de extranjeros con visados regulares. Sin embargo, ha sido considerado inconstitucional e impugnado por fiscales en una veintena de Estados. A raíz de esas y otras demandas civiles, ha sido bloqueado temporalmente por cuatro jueces federales: en Seattle, el 23 de enero; en Maryland, el 3 de febrero; en New Hampshire, una semana más tarde; y en Boston, el 13 del mismo mes.

No obstante, antes de que comenzara febrero, Carmen ya estaba en la oficina de correos para solicitar el pasaporte de su hijo. Se lo recomendó su abogado de confianza, como una manera de probar el estatus del menor ante las autoridades. También, si la deportan, sería una garantía de que el niño pudiera viajar con ella a México y regresar legalmente. “Y porque no sabes cuándo al presidente se le pueda ocurrir otra cosa”, dice ella.

Carmen fue a la oficina de correos de Hutchins, una pequeña ciudad en Dallas donde casi la mitad de la población es hispana o latina, según datos de la Oficina del Censo. Llegó sin cita previa porque en la página web del Servicio Postal de Estados Unidos (USPS, por sus siglas en inglés), donde se programan las citas para este trámite, no había cupos disponibles. “Llegué a las nueve de la mañana. Otras madres habían llegado desde las cinco y les tocó el turno cerca de las dos de la tarde. Hubo gente que fue un día antes y no pudo hacer nada”, asegura.

“Encontré una fila de 50 personas. La mayoría eran familias hispanas con dos o más hijos, y alguno que otro gringo”, recuerda. Pensó que iba a tardar un par de horas, pero cambió de opinión al percatarse de que los presentes llevaban su propia agua, snacks y lucían preparados para pasar mucho tiempo ahí. “Nos quedamos esperando. Nos dijeron que cerraban a las tres y que si no alcanzábamos turno regresáramos al día siguiente”. Pero cerca de las dos de la tarde ella y su niño pudieron hacer el trámite.

“La primera vez que fui a hacer esto con mi otro hijo, hace ocho años, no había nadie allí”, recuerda Carmen. “El pasaporte en Estados Unidos tiene un significado. Te refuerza como ciudadano. Los niños no pueden tener licencia de conducir, así que esa es su mejor identificación para protegerse de lo que está pasando”, opina.

Delia Salvatierra, abogada especializada en derecho migratorio y de defensa penal con más de 15 años de experiencia, explica que “el presidente no puede cambiar el significado de la 14ª Enmienda mediante una orden ejecutiva”. Esta garantiza desde 1868 la ciudadanía a cualquiera que nazca en el país sin importar el estatus migratorio de sus padres. También aclara que “la jurisprudencia estadounidense establece que la ley sería prospectiva y no se aplicaría retroactivamente”. Esto significa que el decreto solo sería aplicable a las personas nacidas después de que entrara en vigor, en caso de que esto ocurriese.

De momento, el decreto no puede entrar en vigor porque existe una orden judicial nacional emitida por tribunales federales. “El presidente Trump está pidiendo a la Corte Suprema que revise este asunto de manera expedita porque es de extrema importancia. Sin embargo, si la Corte Suprema lo rechaza, los tribunales federales ordenarán informes y argumentos orales”, agrega Salvatierra.

Pero la incertidumbre no conoce de jurisprudencia, e hizo que Gabriela, otra madre indocumentada, se apurara a sacar los pasaportes de sus tres hijos, de 1, 6 y 12 años: “Lo hice para evitar problemas, o que en el futuro digan que no se puede porque el tema está en debate. Entonces fue como por prevención”.

Gabriela, quien tampoco dio su nombre verdadero, tiene 32 años y emigró a Texas con sus padres cuando tenía 11. Ella es una dreamer, es decir, beneficiaria de DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia), un programa implementado por la Administración Obama que le permite tener permiso de trabajo pero no residencia. Según cuenta, pudo agendar una cita en la página web del USPS porque se puso de suerte y dio con una que alguien había cancelado, en Ennis, una ciudad a unas 40 millas de su casa en Dallas, donde también casi la mitad de su población es hispana o latina.

“Ya había tratado antes de sacar los pasaportes, pero estaba lleno. No es como que tengan muchas citas disponibles”, dice Gabriela. “Cuando llegué estaba vacío. La poca gente que había era porque iban a mandar paquetes o cartas. Creo que tardaron 20 minutos por los tres niños, nada más”. Llegó a Ennis con la aplicación lista y las fotografías de sus tres hijos. “El costo fue de 135 dólares por cada uno. Pedí la entrega en tiempo regular, que se tarda de seis a ocho semanas. La entrega agilizada tarda cuatro semanas, pero salía como 20 dólares más caro”.

“Tener una prueba de ciudadanía estadounidense es una buena idea debido a las políticas de la nueva Administración”, señala Salvatierra. Al mismo tiempo, recomienda a los padres y madres en esta situación que “enseñen a sus hijos a amar a este país, a votar y a rechazar los Gobiernos totalitarios”. “Los padres deben enseñar a sus hijos su lugar y fecha de nacimiento en Estados Unidos. Además, deberían obtener una identificación estatal del Estado donde residen, y los niños deberían memorizar sus números de Seguro Social”, agrega.

“Un ciudadano estadounidense es ciudadano por nacimiento. Punto. El hecho de que estas cosas ocurran es un reflejo de dónde estamos como país con esta Administración”, concluye la especialista.

Sin embargo, las oficinas del USPS en Texas, al parecer, continúan prácticamente desbordadas. Actualmente, no hay fechas disponibles en Hutchins para solicitar por primera vez el pasaporte a un menor de 16 años. Al menos para las próximas cuatro semanas, que es el tiempo máximo de antelación que permite el USPS. En Dallas tampoco hay citas en Main Office, Richland, Irving ni Mesquite. Y en Little Elm solo están libres los días 20 y 21 de marzo. En Ennis solo hay citas para el próximo 24 de marzo. En Austin tampoco hay vacantes en Southeast, Northeast ni Mockingbird. En Chimney Corners, solo el 20 y el 21 de marzo.

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