Detenido por hablar español: el sesgo racista de las primeras redadas de Trump
Numerosos ciudadanos estadounidenses han sido detenidos en los primeros días de la operación para arrestar y deportar migrantes indocumentados
Fueron detenidas por hablar español. Hace unos días, en un gran almacén de Milwaukee se produjo una redada sorpresa del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés). Estaban en busca de migrantes indocumentados y al escuchar a dos mujeres, abuela y madre, con un niño menor de tres años, los detuvieron a los tres, los montaron en un bus junto con otras personas y los llevaron al centro de detención. Solo entonces se les permitió dirigirse a los agentes, en inglés, para decir que son de Puerto Rico, y por lo tanto, ciudadanas estadounidenses. Un “lo sentimos” después, fueron soltadas y, niño en brazos, debieron volver en taxi a la tienda para recuperar su auto y poder regresar a casa con una incómoda agitación todavía en el cuerpo.
Este testimonio anónimo relatado en la cadena Telemundo es uno de numerosos que han emergido en los medios y en redes sociales a lo largo de la semana en todo el país. Otro hombre de ascendencia colombiana, pero nacido en Estados Unidos y veterano de los Marines, le contó a CBS News que ha sido detenido sin más razón que su apariencia en dos redadas diferentes en apenas unos días, una vez en Georgia y la otra en Florida. Lo llegaron a esposar como si fuera un delincuente y lo sentaron en la acera afuera de una tienda hasta que lo dejaron ir. En el suroeste, varios grupos nativo-americanos han denunciado que miembros de sus tribus también han sido detenidos y han recibido malos tratos solo por sus rasgos físicos.
Son las promesas cumplidas de Donald Trump. Pero con ellas, en los primeros días de su segunda presidencia, también se ha cumplido uno de los mayores temores de muchas personas: que la operación para llevar a cabo una deportación masiva se hiciera con un sesgo racista y que ciudadanos estadounidenses de diferentes minorías terminaran en las redes de los agentes de inmigración.
Uno de los primeros en denunciar esta situación fue Ras Baraka, el alcalde de Newark, la principal ciudad del Estado de Nueva Jersey, con una población de 300.000 casi 50% latina y parte del área metropolitana de Nueva York. El regidor describió una redada en una pescadería local en la que una decena de agentes de ICE entraron de forma amenazante y sin orden judicial y bloquearon todas las salidas. Buscaron en los baños si había gente escondiéndose y comenzaron a interrogar a los trabajadores y al dueño, Luis Janota. En la radio, Janota contó que le pareció “que estaban específicamente en busca de ciertos tipos de persona, no todos”. “No me pidieron documentación para mis trabajadores americanos, portugueses o blancos”, agregó.
En la operación hubo tres detenidos. Dos personas indocumentadas y un hombre puertorriqueño, veterano de las fuerzas armadas. Era el gerente de la tienda. Su identificación militar no fue considerada válida. “Les pregunté [a los agentes] qué documentación estaban buscando y me dijeron que una licencia o un pasaporte. Pensé: ¿quién camina por ahí con un pasaporte?“.
En respuesta a todo el episodio, ICE solo ha emitido un comunicado para zanjar el asunto. “El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos puede encontrarse con ciudadanos estadounidenses mientras realiza trabajo de campo y puede solicitar identificación para establecer la identidad de un individuo, como fue el caso durante una operación de aplicación selectiva en un lugar de trabajo el 23 de enero en Newark, Nueva Jersey. Se trata de una investigación activa y, por política del ICE, no podemos hablar de investigaciones en curso”.
Pero la situación no solo ha afectado a latinos en el país. El presidente de la Nación Navajo, Buu Nygren, ha denunciado que miembros de su comunidad han tenido “encuentros negativos y a veces traumatizantes” con agentes federales en busca de indocumentados en el suroeste. En la misma línea, la Oficina de Registro Civil de la Nación Navajo se ha visto inundada de llamadas de miembros de la tribu que residen fuera de la reserva, muchos de los cuales denuncian haber sido interrogados por agentes del ICE sobre su identidad. No está claro cuántas personas nativo-americanas han sido detenidas en las operaciones migratorias, aunque la Nación Navajo ha comunicado que han sido por lo menos 15.
La senadora estatal de Arizona Theresa Hatathlie, que es diné (la palabra nativa para designar a una persona navajo), corroboró al menos uno de ellos. En la CNN contó el caso de una mujer que se había puesto en contacto con su oficina para informar de que había sido interrogada por funcionarios federales y se le había pedido que mostrara pruebas de su identidad nativa tras una redada en su trabajo en Scottsdale, Arizona. La mujer agregó que además fue retenida durante más de dos horas sin acceso a su teléfono para obtener la verificación de su ciudadanía tribal.
Ante estos casos, Nygren pidió a los ciudadanos navajos que estén preparados. “Aconsejamos a los ciudadanos navajos que lleven consigo un documento de identidad expedido por el Estado, como el carné de conducir u otro documento de identidad con fotografía. Tener su identificación estatal es crucial, y si posee un CIB (Certificado de Sangre Indígena), puede proporcionar una capa adicional de tranquilidad”, dijo. Mientras que Hatahlie subrayó que muchos miembros de tribus tienen problemas con la documentación y que, a pesar de tenerlos, varias personas han sido detenidas o interrogadas por agentes del ICE que no reconocen estos documentos como prueba válida de ciudadanía.
En la misma semana en que el Gobierno anunció que se usaría la cárcel de Guantanamo, en Cuba, para retener personas en proceso de deportación, los operativos para su detención han sido todavía más polémicos. Las redadas migratorias prometidas por la administración entrante no se han hecho esperar y ya están sucediendo de manera diaria en el país entero. Desde que empezaron unos días después de la toma de posesión de Trump, han ido aumentando cada día por orden expresa del presidente, que no estaba satisfecho con los primeros resultados. A partir de entonces, ICE, apoyado de otras agencias federales y en algunos casos estatales o locales, ha detenido alrededor de mil personas cada día en operativos en todo el territorio.
En teoría, solamente están deteniendo para deportar a “criminales violentos”, pero el zar de la frontera, Tom Homan, ha admitido que el arresto de migrantes indocumentados sin antecedentes penales también va a ocurrir. De hecho, algunos días la mitad de los detenidos no habían cometido ningún delito.
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