Premios Emmy 2025: ‘The Pitt’, ‘Adolescencia’ y ‘The Studio’ triunfan en una gala sosa y con Bardem como casi único toque político
La ficción médica se impone a ‘Separación’ como mejor drama, mientras que la producción sobre adolescentes británicos logra seis galardones de siete


“Televisión. El medio más poderoso jamás creado, visto por miles de millones de personas en el mundo”. Con ese cartel, para dar paso a un sketch de humor, arrancaban los premios Emmy, que honran lo mejor de la televisión estadounidense. Quizá hoy esa máxima sea discutible, con la llegada de internet, pero esta noche de domingo, en Estados Unidos, volvió a tener razón y relevancia.
La noche, con una gala anodina y escasamente política, con permiso del pañuelo palestino de Javier Bardem, dejó tres claros ganadores. Adolescencia (Netflix) se convirtió en un éxito como miniserie, con seis premios de siete, dejando claro que esta ya no es en absoluto una categoría menor. The Pitt (HBO Max) se adelantó como mejor drama a Separación (Apple TV+), su competidora, gracias a tres premios, frente a dos del drama laboral creado por Ben Stiller. “A nuestro equipo, actores, a Noah Wyle, a nuestros amigos, familia... A todos los trabajadores de la salud y servicios de emergencia: respetadlos, protegedlos, confiad en ellos”, clamaban sus responsables sobre el escenario. The Studio (Apple TV+) triunfó con cuatro premios, entre ellos el de la mejor serie en categoría de comedia. “Estoy avergonzado de lo feliz que me hace esto”, afirmó Seth Rogen al recoger el premio. Se lo dedicó a decenas de personas, entre ellas Tim Cook, consejero delegado de Apple, entre el público. Pero, para decepción de los más cafeteros, no a Sal Saperstein.
En la gala, el primero en aparecer en el escenario fue el aplaudidísimo Stephen Colbert. Con su show cancelado de cara a la próxima primavera y con su nombre en el centro de la conversación mediática, el presentador se arrancó con un “¿alguno estáis contratando?“, y pasó a enseñar su curriculum, con una foto tan viejecita que estaba en blanco y negro. ”Harrison Ford, ¿te importa dárselo a Spielberg?“, le pidió al actor, que se llevó el curriculum. No había tanto de lo que quejarse: luego ganaría.

Colbert le dio el primer premio de la noche, el de mejor actor protagonista de comedia, a Seth Rogen, por The Studio. El siguiente, mejor actriz de comedia, lo entregó otra estrella de la misma, Jennifer Coolidge. “Entre nosotros, esperaba estar nominada por The Pitt”, bromeaba. Se lo llevó, de nuevo, Jean Smart, por Hacks, que lo recibió mientras estaba entre bambalinas. A sus 74 años y con un problema en la rodilla, aseguró que una de las mejores cosas de recibir el galardón, el séptimo de su carrera y el cuarto por el mismo personaje, era poder agradecerlo a toda la gente estupenda que trabaja con ella. “Seamos buenos los unos con los otros”, dijo tibiamente. Su compañera Hannah Einbinder, en cambio, debutó como ganadora, pese a estar nominada año tras año. Y se lo dedicó a su compañera Smart. En una gala escasa en proclamas políticas, fue la única que dijo sobre el escenario: “Free Palestine”, “Palestina libre”.
En comedia, la sorpresa llegó con el mejor actor de reparto. Se lo llevó Jeff Hiller por Somebody Somewhere, de manera inesperada. “Gracias a HBO por ponernos en la misma plataforma que los adolescentes sexis de Euphoria”, afirmaba emocionado. “Gracias a mis amigos y mi marido por no reírse nunca de mí”.

En cuanto a drama, un Noah Wyle emocionado se lo llevó por The Pitt, frente a una dura competencia. Se lo dedicó a todo el equipo de la serie, a sus hijos, sus padres, sus padrastros, su esposa. “Y a todos los que están de turno esta noche, que salen o que van a entrar, que están ahí para todos por todos los demás”, afirmó en referencia a todos los trabajadores hospitalarios. Como actriz de reparto se lo llevó Katherine LaNasa por su humano papel de una enfermera de urgencias en The Pitt. Se lo dedicó a toda la familia de la serie y a su compañero Wyle, emocionado hasta las lágrimas. La que peor acabó fue The White Lotus, que tenía a cuatro nominadas entre las seis actrices de reparto y tres en actor de reparto, pero finalmente se fue de vacío.
Separación también se llevó a dos para sus actores. La hasta ahora casi desconocida Britt Lower, que interpreta a la compleja Helly R. en la ficción de Apple TV+, ganó el de mejor actriz principal y se lo dedicó a los suyos y al equipo: “Gracias por Helly R., gracias por escogerme”, decía, sin terminar de creérselo, y con un guiño a su papel: en la nota donde tenía escrito su discurso, se leía “Let me out”, “Sácame de aquí”. Actor de reparto fue para su compañero Tramell Tillman. “Mamá, estuviste ahí cuando nadie más estuvo. Tu amor y cariño están conmigo”, le dedicó a su madre, su primera coach de actuación, en el público. Era el primer hombre negro en ganar en su categoría.

En cuanto a miniserie, como era de esperar, arrasó el drama de Netflix Adolescencia. “Esta fue una gran colaboración, de una hermosa familia”, aseguró Stephen Graham, su creador, guionista y protagonista, destacando cómo en la producción se había tratado a todo el mundo por igual. “Si eres el tipo que limpia los baños o prepara los bagels, todos somos iguales”.
Fue su segunda vez en el escenario, porque también recogió el de mejor actor protagonista. El fino y durísimo trabajo de Graham como Eddie Miller, el padre que lleva el peso del primer y último capítulo de la serie, fue reconocido. “Hay mucha gente a la que agradecérselo”, aseguraba, citando a sus compañeros, sus amigos, su familia y su esposa, que lloraba en el patio de butacas: “Eres mi roca, eres mi alma gemela, sin ti estaría muerto”.
“Hace tres años, yo no era nadie”, afirmaba Owen Cooper, de apenas 15 años, el ganador a mejor actor de reparto más joven de la historia de los Emmy, de hecho, el hombre de menos edad en ganar de los premios. “Nada es imposible”. Además, también Erin Doherty, la psicóloga del tercer capítulo, ganó a mejor actriz de reparto.

Solo se escapó del arrollador carril de los premios de Adolescencia una emocionada Cristin Milioti por El pingüino, y se lo dedicó a su familia, amigos, HBO, agentes, compañeros... “¡Os amo, amo actuar, aaaahhhhhhhhhh!“, gritó sobre el escenario, arrugando el papel donde llevaba su discurso.
Los premios a mejor dirección y guion estuvieron más repartidos. En dirección de comedia, volvió a subir al escenario Seth Rogen por The Studio. En mejor dirección de una serie limitada, había seis candidatos, cinco mujeres y un hombre... que se lo llevó. Fue para Philip Barantini por Adolescencia. La sorpresa la dio, en drama, Adam Randall, por la cuarta temporada de Slow Horses. El propio Gary Oldman, protagonista de la serie de espías, aplaudía despacio, desencajado de sorpresa.
Los premios a mejor guion también fueron variados. El de mejor guion de drama se lo llevó Dan Gilroy por Andor; el de comedia, de nuevo, para The Studio, y el de serie limitada, Adolescencia. En total, contando con los Emmy técnicos entregados hace una semana, The Studio se alzó con 13 estatuillas, El pingüino con nueve, Adolescencia y Separación con ocho y The Pitt y Andor con cinco.

Tras años detrás de él, por fin Stephen Colbert se llevó el Emmy a mejor talk series, subiendo al escenario a decenas de sus colaboradores y bajo la ovación de todos los presentes. “A veces solo sabes cuánto amas algo cuando estás a punto de perderlo”, dijo sobre su programa. “Amo a mi país”, aseguró. “Si el ascensor te quiere mandar para abajo, aprieta el botón del piso de arriba”.
El especial por el 50º aniversario de Saturday Night Live ganó el Emmy a mejor programa de variedades; The Traitors, el de mejor reality show de competición. El premio de honor Bob Hope fue a parar a Ted Danson y Mary Steenburgen, actores y matrimonio desde hace 30 años, por su contribución a la protección de diversas causas, como los niños y los océanos. “Mi padre era arqueólogo y siempre me dijo que esta vida no va solo sobre nosotros mismos”, afirmó Danson. “Sed útiles ayudando con organizaciones”, pidió Steenburgen.
Además de con el in memoriam, donde se recordó a Julian McMahon, Maggie Smith, Ozzy Osbourne, David Lynch o Michelle Trachtenberg, los otros tres mejores momentos fueron gracias a la nostalgia. El primero, por Las chicas de oro, con varias cantantes estadounidenses entonando el tema principal, Thank You for Being a Friend en la clásica cocina de la serie, que cumple cuatro décadas. El segundo, el que se hizo a Las chicas Gilmore, con sus protagonistas, Lauren Graham y Alexis Bledel, juntas sobre el escenario y sobre el porche de su célebre casa en la serie para presentar un premio. Más adelante, ya al final de la gala, vendría el homenaje a Ley y Orden.

Cris Abrego, el presidente de la Academia de la Televisión, abogó por la televisión pública, explicando que muchas pequeñas cadenas locales se han perdido por falta de la financiación del Congreso, con abucheos al mismo por parte del público. “La televisión y sus artistas dan forma a nuestra cultura”, afirmó el primer latino en presidir la Academia. “En momentos como estos, la neutralidad no es suficiente. Debemos tener empatía. Porque sabemos que la cultura no va de arriba abajo, sino de abajo hacia arriba”, ha asegurado. “Con la diversidad llega la fuerza y la imaginación para seguir adelante. Sigamos creando historia. Asegurémonos de que la cultura no es una plataforma para los privilegiados”. Fue de los pocos discursos políticos de la noche.
La gala como tal estuvo desprovista de sorpresas y de momentos brillantes. Lo que más destacó del espectáculo presentado por Nate Bargatze fue un contador para evitar que los ganadores hablaran más de 45 segundos: de entrada, tenía 100.000 dólares que se destinarían a una asociación infantil. Pero si sobre el escenario alguien se pasaba con el tiempo, el dinero se descontaba: mil dólares menos por segundo. Pese a las aportaciones en directo, acabó cayendo hasta los 60.000 dólares negativos. Al final, remontó a los 350.000, con donaciones del presentador y la cadena CBS. Porque, al final, lo que cuenta es el espectáculo.
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