_
_
_
_
columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

María Teresa Campos y María Jiménez: la muerte no iguala a todos

Dos siglos XX murieron esta semana. Dos siglos XX populares, individualistas y con carisma

Maria Teresa Campos
Maria Teresa Campos, periodista y presentadora de televisión.Claudio Alvarez
Sergio del Molino

Una broma recurrente de Nacho Vigalondo cada vez que muere un famoso es apostillar: con él desaparece el siglo XX. La necrológica es uno de los géneros más ingratos y fatigados por los tópicos que existen. Cuando no son textos autocomplacientes en los que el protagonista parece el autor del obituario en lugar del muerto, se presentan como un recuento inane de elogios genéricos que podrían caberle bien a cualquiera. Si han vivido con largura e intensidad y les ha dado tiempo a pasarse de moda, se puede decir, con Vigalondo, que con ellos muere una época. El siglo XX, por ejemplo.

También dice otro tópico que la muerte iguala a todos, aunque esto no es cierto para la televisión. Se murió María Teresa Campos, una figura fundacional y fundamental del medio, una presentadora que inventó una forma de ser y de estar. Entre sus muchos méritos, vistió a la tele de diario, incluso de andar por casa. Hasta que llegó ella, los programas iban endomingados y engoladísimos. Vino la Campos y se soltaron los corsés.

Justo era que un medio que tanto le debía le concediese toda su atención y sus mejores recursos, pero murió casi a la vez María Jiménez, y su entierro en coche de caballos por Triana apartó el recuerdo de la presentadora malagueña. La propia Campos habría entendido que había que interrumpir su emisión para conectar con Sevilla. Carroza y flamenco ganan a cualquier cosa, incluso a la figura que hizo normal en la televisión lo que era normal en la calle. Dos siglos XX murieron esta semana. Dos siglos XX populares, individualistas y con un carisma que en el siglo XX muchos habrían calificado de racial (en el XXI ya no decimos esas cosas). Pero dos siglos XX muy desiguales: traicionando a su propia historia, la tele ha sido fiel a sí misma.

Puedes seguir EL PAÍS TELEVISIÓN en Twitter o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Sergio del Molino
Es autor de los ensayos La España vacía y Contra la España vacía. Ha ganado los premios Ojo Crítico y Tigre Juan por La hora violeta (2013) y el Espasa por Lugares fuera de sitio (2018). Entre sus novelas destacan Un tal González (2022), La piel (2020) o Lo que a nadie le importa (2014). Su último libro es Los alemanes (Premio Alfaguara 2024).

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_