Lydia Bosch vuelve a la pequeña pantalla en una telenovela diaria: “No tiene nada que envidiar a las series del ‘prime time”

Dos semanas antes de que Sálvame diga su adiós definitivo en Telecinco el 23 de este mes, la serie diaria Mía es la venganza ha debutado en antena este lunes 12 de junio. Será el semblante de Lydia Bosch (Médico de familia, Motivos personales) el que aparecerá en la pequeña pantalla para reemplazar al de Jorge Javier Vázquez o Belén Esteban a partir de las 15.45 de la tarde. De esta forma, Mediaset ha recortado ya la duración de Sálvame eliminando su primera franja y retrasando su comienzo hasta las 16.45. En la serie, Bosch interpreta a Sonia Hidalgo, la protagonista de este culebrón producido por Mediaset España en colaboración con Alea Media, que pretende elevar el estatus de las series diarias, “muchas veces injustamente consideradas las hermanas pequeñas de las de prime time”, según adelantó Bosch en la presentación de la teleserie el pasado miércoles 7 de junio.

La trama gira en torno a una venganza desencadenada por un accidente ocurrido hace 20 años que cambió la vida de Sonia (Lydia Bosch) y de Mario (interpretado por José Sospedra). Ella es la poderosa propietaria del exclusivo club deportivo Los Olivos, pero vive presa del remordimiento, mientras que Mario está lleno de odio y quiere que Sonia pague por lo sucedido. Amalia Martínez, directiva de la productora de la serie, expuso que Mía es la venganza recoge elementos de la telenovela clásica, pero innova en ciertos aspectos: “Hay melodrama, están las pasiones y odios que suele haber en el género, pero también hay elementos modernos. En los personajes y sus tramas se representan varias nacionalidades y orientaciones sexuales y también se tratan ideas contemporáneas como el empoderamiento de la mujer”.

Sin embargo, la verdadera innovación de esta serie diaria son los recursos técnicos y materiales de los que dispone. Los más de 90 capítulos de 45 minutos de duración que llevan grabados se han rodado en unos decorados de más de 8.000 metros cuadrados, de los cuales 3.000 son platós cubiertos y 5.000 de exteriores que albergan piscina, pista de pádel, cuadra y bungalós. Bosch hizo un tour por todo el recinto entusiasmada, instando a que los periodistas se maravillasen con la calidad de las instalaciones. “¡Mirad, es que son muebles buenísimos, superreales! ¿A que es increíble? Bienvenidos a mi casa”, dijo entrando en el salón de la vivienda de su personaje.

El productor ejecutivo, Jesús Font, que la acompañaba, apuntó que estos decorados tan amplios les permitían hacer planos sin cortar que habían sido impensables hasta ahora en series diarias: “Nuestro récord es un plano estable de dos minutos y medio, en el que los personajes van de un punto del decorado a otro”. “Es una serie muy cuidada, preciosa a nivel estético. Estoy segura de que va a cambiar la percepción de las series diarias”, añadió Bosch.

La intérprete de Médico de familia admitió que en el pasado ella también tuvo esos prejuicios hacia las telenovelas diarias: “Siempre ha habido una distinción entre actor de cine y de televisión. Los de televisión estábamos más menospreciados, pero eso está cambiando. Creo que con las series diarias pasará igual. Yo misma me he dado cuenta de que es un trabajo durísimo: es lo más difícil que he hecho en mis casi 40 años de carrera”. La actriz recordó que este formato es el que más audiencia tiene, ya que las series en prime time se emiten muy tarde, y destacó la importancia de acompañar a personas en sus casas diariamente, y hacerles sentir que no están solas.

Sin vida social

En el argumento conviven personajes del mundo elitista de un centro deportivo, llevado con mano de hierro por Sonia, y empleados del club, de una clase social menos pudiente. Natalia Rodríguez, que encarna a la hija de Sonia en la serie, explicó que su personaje ejerce de nexo entre esos dos mundos, ya que es la gestora del club deportivo de su madre. “Intenta demostrarle a Sonia que es capaz de dirigir la empresa y hacerlo bien, de estar a la altura. Me parece que la serie plasma una relación madre-hija muy realista”, relataba Rodríguez, que junto con su compañero José Sospedra solo tuvo tres días para prepararse su papel, ya que ellos no estaban en el elenco original.

El trío protagonista coincide en que participar en una serie diaria no les permite tener una vida social fuera del proyecto. “¿Vida? ¿Qué vida?”, bromeaba Rodríguez. “Me han salido un montón de canas”, comentó Sospedra. “Vives por y para la serie”, remató Bosch, que habló de que llegó a sentir taquicardias y tics nerviosos al encarnar a Sonia, un personaje cuyas emociones suelen estar al límite. “Creo que mi personaje se ha reído una vez en todo lo que llevamos rodando”, contaba. Sin embargo, todos subrayaron lo agradecidos que estaban de tener trabajo. “Te da tranquilidad tener una cierta estabilidad, dentro de lo inestable que es nuestra profesión”, argumentó Sospedra.

Mía es la venganza es una serie coral, en la que se mezclan varios géneros: el elemento central de la venganza y el misterio que la rodea se une con las subtramas más ligeras de los empleados del club Los Olivos. Elena Furiase es Lucía en la ficción, una fisioterapeuta ciega y homosexual que trabaja en la sala de masajes. La actriz quiso reivindicar la normalización de estas cuestiones en las series actuales: “Las personas LGTBI son normales y corrientes. Habrá quien no lo quiera ver, pero no es una cosa que se haya inventado ahora en el siglo XXI. Lo que pasa es que llevamos toda la vida tapándolo”.

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