‘La torre’ una breve y estupenda serie británica

Lo primero que cabe decir, y elogiar, de La torre es que es una interesante serie británica que, además, su primera temporada (disponible en HBO Max) se narra en tres capítulos, algo absolutamente infrecuente en un territorio acostumbrado, en la mayoría de los casos, a extender una trama que pocas veces está justificada salvo por razones comerciales.

Lo segundo que destaca es la interpretación, liderada por una espléndida Gemma Whelan en el papel de la sargento Sarah Collins, encargada de desentrañar el extraño caso de la Torre Portland, en Londres, desde cuya elevada azotea han caído un veterano policía y una adolescente, un caso enrarecido porque en la mencionada terraza se encuentra un niño de cinco años y una policía novata, testigo esencial de los hechos que, sin embargo, desaparecerá sin dar explicación alguna. Tiempo después, sabremos las causas de la extraña actitud.

En tercer lugar, cabe señalar la inteligente capacidad crítica de una trama, con guion de Patrick Harbison a partir de Post Mortem, la primera de las novelas de la trilogía La torre, de Kate London. En ella no se rehúyen lacras seculares como el racismo o el acoso sexual por parte de algunos hipotéticamente intachables miembros de la policía que comparten su quehacer con compañeros honestos. Países presuntamente civilizados, con democracias asentadas, en los que perviven comportamientos subdesarrollados. Añádanle a todo ello una sencilla y funcional realización de Jim Loach, el mayor de los cinco hijos de Ken Loach y del que, suponemos, heredó un sentido de la narración cinematográfica alejado de los alardes visuales innecesarios. Un realizador que tiene en su haber varios largometrajes y otra serie, Life of Crime, también policíaca, y el resultado final es que La torre es una buena serie.

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