El último regreso a ‘Cinema Paradiso’: la película de Giuseppe Tornatore se convertirá en una serie

Se dice que el cine es arte, imagen, visión de un autor. Pero, a veces, también cuentan detalles más terrenales. Por ejemplo, la duración. En 1988, Giuseppe Tornatore estrenó una película de casi tres horas que ofrecía una declaración de amor al séptimo arte contando la magia y el cierre de una vieja sala en un pueblo siciliano. El hechizo, sin embargo, no funcionó: su eterno metraje recibió críticas frías y la espalda del público, tanto que desapareció rápidamente de la cartelera. Aun así, un distribuidor le dijo al cineasta: “Si durara dos horas, ingresaría millones”, como recordaba el diario La Repubblica. El director se picó. Pero recortó y regresó: “Bueno, ganad millones”. Hoy, Cinema Paradiso es mucho más: un filme de culto. Tanto que ahora Tornatore puede permitirse el lujo de alargarlo incluso más de lo que imaginó al principio: la película se convertirá en una serie de seis episodios, escrita y dirigida por él mismo, cuyo lanzamiento está previsto para 2023.

“Será la misma historia del filme, pero en una versión expandida con varias líneas narrativas distintas”, aseguró el productor Marco Belardi a la revista Variety, que adelantó la noticia. Tornatore regresa así a la fábula del pequeño Totò, que se enamora del cine a partir de su amistad con el proyeccionista Alfredo y, ya de mayor, se convierte en director. “La fuerza de una madre, la solidaridad de un amigo, el sexo como un tabú, las recolocaciones forzadas, las fugas y las marcadas diferencias sociales” serán algunos de los temas que la serie profundizará, según Belardi, que también estuvo detrás del taquillazo Perfectos desconocidos, entre otros proyectos. Productor y cineasta se encuentran actualmente en EE UU, negociando con una plataforma de streaming. Y Tornatore, que se inspiró para el filme en una vivencia personal, ya está escribiendo el tratamiento de guion y el episodio piloto, según Variety.

De vuelta, pues, al pueblo ficticio de Giancaldo. Aunque, en realidad, muchos espectadores nunca se marcharon. La proyección directamente en una fachada de la plaza, la espera de Totò bajo la lluvia, los recortes del cura a todos los besos en la pantalla, el consejo de Alfredo a su joven amigo en el momento de la despedida (“hagas lo que hagas, ámalo como amabas la cabina del Paradiso cuando eras pequeño”), la banda sonora de Ennio Morricone o la secuencia final pertenecen para siempre a la memoria de quien haya visto y adorado el filme.

Tanto que los aficionados aún visitan Palazzo Adriano, la localidad real donde se rodó buena parte del largo, y a cualquier sala que sobreviva a base de cariño y celuloide frente a los avances de tecnología digital y centros comerciales se le bautiza Cinema Paradiso. Cuando al fin se pudo volver a las butacas, tras el cierre por el confinamiento, muchos cines españoles tuvieron clara la mejor manera de reencontrarse con su público: rescataron el filme de Tornatore. Su palmarés también da fe de su importancia: ganó el Premio Especial del Jurado en el festival de Cannes de 1989 y el Oscar al mejor largo de habla no inglesa al año siguiente.

Hubo, a la vez, un frente que se mantuvo crítico, durara lo que durara el filme: en su opinión, incluso en dos horas seguía siendo una película tramposa, lacrimógena, a la caza de la emoción facilona. Hoy, los escépticos se hallarán incrédulos: no solo vuelve Cinema Paradiso y en seis episodios, sino que Belardi se plantea también producir un documental sobre el origen y el proceso creativo del filme original, para reforzar su vigencia y contribuir a la promoción de la serie. Las dudas, más en general, tienen que ver con el regreso cada vez más habitual en el sector audiovisual a lo que tuvo éxito en el pasado, para recuperar su arte, por supuesto, pero también su fórmula ganadora. El propio Alfredo, justo antes de susurrarle a Totò la frase que todos recuerdan, le daba otra recomendación: “No vuelvas nunca. […] No mires atrás. […] No te dejes joder por la nostalgia”.

Lo cierto es que han pasado más de 30 años y mucho ha cambiado. A falta de más detalles, el propio proyecto es buena muestra de ello: una de las más famosas odas a la sala de cine se transforma en 2022 en una serie, destinada a verse presumiblemente en la pantalla de casa. Y distribuida por una plataforma de streaming, es decir, justo el modelo de negocio acusado por algunos de torpedear el futuro de esos establecimientos.

El paso del tiempo también se ha llevado a dos protagonistas de la película: Philippe Noiret, que interpretaba a Alfredo, falleció en 2006 y Jacques Perrin, que encarnaba a Totò de adulto, murió hace apenas unos meses. Y Salvatore Totò Cascio, que a sus ocho años se convirtió en el niño más famoso del cine mundial, descubrió pronto que su vida poco tenía que ver con el cuento de hadas que había protagonizado: en lugar de una carrera prometedora, le esperaba una enfermedad temprana que le ha acabado condenando a una ceguera casi total. Él mismo prefirió esconderse de los focos durante décadas, hasta que hace poco se sintió preparado para relatar a Il Corriere della Sera su drama y su camino de superación.

El propio Tornatore nunca ha podido regresar a la cumbre de Cinema Paradiso. Volvió a tener éxito y premios, al menos en su país, con La desconocida o La leyenda del pianista en el océano. Logró nuevos aplausos internacionales con La mejor oferta, o su reciente documental sobre Ennio Morricone, su amigo y compositor de la banda sonora de casi todos sus largos. También tuvo que encajar los resultados decepcionantes de Pura formalidad o Malena. “He rodado cada filme creyendo que iba a ser el decisivo de mi vida”, aseguraba el cineasta a EL PAÍS en 2013. Sin embargo, su nombre está asociado para siempre a su obra más famosa.

Retomarla supone una oportunidad. Aunque Tornatore también será consciente de los riesgos. Al fin y al cabo, él mismo escribió el guion original: suyas son las advertencias de Alfredo. Pero también la decisión de Totò: volver, cómo no, al lugar que le hizo feliz.

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