El falso mito del concursante profesional
Rostros habituales de los programas de preguntas y respuestas cuentan cómo se preparan y si es posible vivir de los concursos
Que el brillo de lo que es excepción no lleve a engaño: los concursos de la televisión no dan para ganarse la vida. El concursante profesional no existe. Algunos de los grandes nombres de los programas de preguntas y respuestas lo tienen claro. Aunque el bote que ganó Pablo Díaz el 1 de julio en Pasapalabra, 1.828.000 euros, puede deslumbrar a futuros aspirantes, la realidad es que los ganadores son casos aislados en los que deben unirse muchos factores para conseguirlo.
Óscar Díaz, que lleva 20 años participando en concursos de la televisión por afición, asegura: “El otro día unos chicos de 15 años me pidieron consejos para prepararse porque quieren ir a ¡Boom! cuando tengan 18 años y querían saber cómo repartirse los temas, cómo estudiar… Supongo que ha sido a raíz de Pablo, porque reluce mucho cuando sale un caso así, pero no sé si se han planteado que casos como estos hay uno cada dos años y que hay cosas más provechosas y más probables cuando te pones a estudiar”. Díaz fue parte de Los Dispersos, equipo que durante 324 programas intentó llevarse el premio de ¡Boom! hasta que cayeron eliminados el pasado 14 de abril. Del formato de Antena 3 salieron con 1.546.400 euros acumulados, a repartir entre Manolo Romero, Victoria Folgueira, Miguel Ángel Gómez y el propio Óscar, además de Hacienda. “Sumando todo el dinero que he ganado en estos años, y me ha ido de maravilla, en bruto serían como 800.000 euros, que está fenomenal. Pero si lo dividimos entre 20 años y lo repartimos con Hacienda, nos da unos 20.000 euros al año. Que es maravilloso y me da tranquilidad, pero llevo desde los 19 años de alquiler en Madrid, y así sigo. Creo que el asunto del concursante profesional se ha magnificado un poco. Si te pones a mirar, la gente rica de verdad no va a concursos de la tele, sino que le entra el dinero en otros volúmenes”, añade.
Óscar y su compañero de equipo Manolo son dos de los cuatro únicos concursantes bicentenarios del veterano programa de La 2 Saber y ganar. A ellos se suma Víctor Castro y, desde este viernes, David Díaz, que se ha incorporado al selecto grupo que ha alcanzado las 200 entregas, con premio récord para el espacio de TVE. El técnico de Hacienda echa cuentas cuando se le pregunta si alguien puede ganarse la vida como concursante: “Es imposible. Imagina que te llevas dos millones de euros, que te van a quedar limpios 1.100.000 en el mejor de los casos. Con eso tienes que tener en cuenta la inflación: no es lo mismo cobrarlos ahora que en 15 años, que vale menos. Los concursantes suelen tener entre 20 y 40 años, te queda un millón para los próximos 40 o 50 años de vida. No estás cotizando y no vas a cobrar pensión. Así que es imposible. Esto es un extra. Y eso en Pasapalabra, en Saber y ganar yo tengo el récord y es sobre 180.000 euros brutos. Tengo 37 años, si me dedicara a esto solo tendría para vivir unos años. Si eres bueno estudiando, sácate unas oposiciones y luego, en tus ratos libres, ve a la tele”.
La gente rica de verdad no va a concursos de la teleÓscar Díaz
David Díaz ha participado en unos 10 concursos desde los 18 años y ha acumulado unos 240.000 euros en ganancias. “Sería como 20.000 euros al año de extra, pero eso es porque se me ha dado muy bien Saber y ganar, hay gente que ha ido a muchos concursos y se ha llevado 15.000 euros. Hay un componente de azar importante. En Pasapalabra, Pablo se lo ha llevado porque cambió de Telecinco a Antena 3, si no, no se sabe cuándo podría haber ido él. Hay gente que lleva años estudiando y no han tenido suerte. Digamos que solo se convoca una plaza de vez en cuando”.
Si eres bueno estudiando, sácate unas oposiciones y luego, en tus ratos libres, ve a la teleDavid Díaz
Sí se podría considerar concursantes profesionales, en estos momentos, a los cinco rostros fijos que se van relevando en El cazador, concurso de las tardes de La 1. Ruth de Andrés, Paz Herrera, Lilit Manukyan, Erundino Alonso y David Leo, grandes ganadores de formatos como Pasapalabra, ¡Boom! y Saber y ganar, tienen como función intentar acertar más preguntas que los aspirantes de cada entrega. David Leo asegura que ahora mismo sí que vive con lo que le paga el programa, que renueva a sus concursantes por temporadas de dos meses, al mismo ritmo que el propio espacio renueva su contrato con TVE. “El de los concursos es un mundo bastante volátil y no te aseguran nada. Pero como mis perspectivas laborales estaban bastante mermadas, compensaba intentarlo”, explica el poeta malagueño, que ya ha pasado por casi una decena de concursos. “Pero me llevé dinero por primera vez a la cuarta. También compensa ser insistente”. En su caso, en 2016 logró un bote de Pasapalabra de 1.866.000 euros.
Hay que estudiar tanto que el 99,99% de las cosas no las preguntan. Tengo listas y listas de palabras que se quedan ahí. Conocimiento para Trivial, supongo”Pablo Díaz
Él fue quien pasó su sistema de estudio para Pasapalabra al violinista Pablo Díaz. Cuando David Leo se presentó al concurso, estudiaba de forma más rudimentaria, “con tablas de Excel y documentos”, hasta que un contrincante le habló de Anki, una aplicación para optimizar el estudio, con tarjetas con un anverso y un reverso en las que puedes apuntar preguntas y respuestas. “Te pregunta con más frecuencia lo que menos te sabes y viceversa”, explica Pablo Díaz sobre el sistema con el que ha ganado el último bote de Pasapalabra. “Lo añadía en el ordenador y lo sincronizaba con el móvil, asípodía estudiar en cualquier sitio”. En cuanto al contenido, Pablo explica tres áreas básicas: todas las preguntas que no conocía que han aparecido en otros roscos, palabras del diccionario que desconocía y pensaba que podían preguntar, “y luego la parte más difícil, apuntar listas de palabras de campos diversísimos con la esperanza de que, de casualidad, alguna vez lo pregunten. Hay que estudiar tanto que el 99,99% de las cosas no las preguntan. Aquí [señala a su móvil] tengo listas y listas de miles y miles de palabras que se quedan ahí. Eso ya no sirve para nada, pero mira, conocimiento para Trivial, supongo”.
El Trivial es precisamente una de las pocas formas de entrenarse ahora de David Leo para El cazador. “Juego todos los días y leo la Wikipedia”. Óscar Díaz señala una diferencia fundamental entre los concursos de carácter más enciclopédico y Pasapalabra, más acotado. “En ¡Boom! o Saber y ganar te pueden preguntar por un libro de Philip Roth y a continuación por la delantera del Barça. Lo más práctico es leer prensa y estar atento al día a día. También leer, leer en general. Revistas, ensayos…”, cuenta Óscar. “Pasapalabra, sobre todo en estos últimos cinco o seis años, favorece el perfil del concursante opositor. Me parece un esfuerzo desagradecido por un lado pero, por otro, ves los casos de éxito y se te abren los ojos. Pero hay que evitar ese deslumbramiento porque casos de éxito hay uno cada dos años”, continúa. También reconoce que presentarse ahora a Pasapalabra sin estudiar es poco menos que absurdo. “Hay un número muy alto de concursantes que lleva mucho tiempo preparándose y a las pruebas nos remitimos”.
Una posición muy parecida es la que sostiene David Díaz: “Para Saber y ganar no hay forma de prepararse porque te preguntan de todo. Yo lo único que hice es estar atento al programa antes de ir, mirar las dinámicas y las estrategias y las palabras del Reto, la prueba eliminatoria. Pero más allá, es haber leído, haber viajado, ir a exposiciones… Y mientras era concursante, al leer periódicos, si veía datos curiosos lo tenía en cuenta”.
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