“Nunca olvidaré la palabra ‘ungular”

Cántabra de pro, arquitecto en paro y, desde hace poco, millonaria por obra y arte del bote de Pasapalabra. A sus 55 años, y tras haber batido el récord de permanencia en el programa de Telecinco (con dos tandas de 54 y 87 programas), Paz Herrera consiguió completar el rosco en un programa que se emitió el martes. Abrumada por las felicitaciones de los miles de fans que se ha granjeado, confiesa que todavía no se ha dado ningún capricho con los 1.310.000 euros que ha ganado. El trato si conseguía el bote era raparse el pelo, por lo que ha tenido que llevar peluca durante las últimas semanas para no desvelar el secreto. Después de horas atendiendo a los medios, responde a nuestras preguntas con una sonrisa permanente en la boca.

Pregunta. ¿Por qué Pasapalabra?

Respuesta. Era el concurso que estaba ahí, que daba un premio alto y que yo veía asequible. Igual no para el bote, pero sí para estar unos días y, como cada día dan 1.200 euros... Pero ni en mis mejores sueños imaginaba esto.

P. ¿Qué fue lo primero que pensó cuando Christian Gálvez gritó “correcto”?

R. Pensé, “¡por fin!” Creía que solo lo había pensado, pero cuando vi la emisión me di cuenta de que, además, lo dije. Se me ha hecho muy largo, estaba cansada. El ritmo de grabaciones es fuerte, y eso repercute físicamente. Pero cada día que me cansaba mucho pensaba: “más se cansa un trabajador y no gana 3.600 euros en una tarde”.

P. ¿Llegó a pensar que no iba a llevarse el bote?

R. Tenía clarísimo que no me lo iba a llevar. Cuando me quedaba a una palabra del bote y era por palabras que no sabía, no me importaba, porque nadie puede saberlo todo. Pero dos veces casi seguidas me quedé a una palabra de la que sí sabía la respuesta, pero no se me ocurrió. No se me olvidan: ungular, “perteneciente o relativo a la uña”. Otro día no me acordé del nombre de la presidenta de Irlanda, Mary Robinson, y eso que tenía su imagen en la cabeza. Entonces decidí no agobiarme y solo disfrutar. Creo que justo esa relajación me dio más tranquilidad para el bote.

P. ¿Cuál es el secreto para mantener la calma siempre?

R. No sé, yo soy así, tengo esa suerte. Y que ya soy mayor, cuando era más joven era más nerviosa. Relativizas todo más. Y también depende del carácter de cada uno.

P. ¿Se preparó de alguna forma especial para el programa?

R. En el casting ya nos advirtieron que siempre caen capitales. Eso sí que me lo preparé, porque las tenía muy olvidadas y la geografía ha cambiado mucho desde que yo la estudié. Y que algunas palabras raras se suelen repetir y tomaba nota de ellas cuando las escuchaba en el programa. Eso creo que es un premio a la fidelidad.

P. ¿Cuánto tiempo ha tenido que estar ocultando el secreto de que había ganado?

R. Hace casi mes y medio que se grabó el programa. Como me raparon el pelo, no ha sido fácil ocultarlo. Pero he podido disimularlo este tiempo gracias a una peluca que me prestó la mujer de Felisuco [Félix Álvarez], Ana, que tiene una peluquería en Santander. Al principio Christian Gálvez decía que me parecía a Bon Jovi con ese pelo. Luego me peinaron más parecido a como lo llevaba antes.

P. ¿Cómo lleva la fama?

R. Bien, porque la gente me felicita y está muy contenta por mí. Eso sí, a veces me agobio un poco. Cuando veo a cinco señoras mayores juntas, nublo. Porque son osadas como ellas solas, te abrazan, te achuchan, se meten en la conversación...

P. ¿Cómo se ve la vida con 1.310.000 euros más?

R. Con mucha tranquilidad. Estos últimos años lo veía muy negro. En la parcela en la que yo trabajaba, en obra nueva y cálculo de estructuras para obras nuevas, no hay nada ni va a haber en los próximos diez años que son los que me quedan de vida laboral. He sido profesora de dibujo en institutos y había pensado presentarme otra vez a oposiciones. Solo la primera vez que hice oposiciones aprobé y estuve en la lista de interinos y haciendo sustituciones mucho tiempo. Incluso me presenté a profesora de francés. Esa era la salida que tenía, también porque siempre me ha gustado mucho enseñar.