El largo camino hacia el estreno de ‘Patria’

La mujer del puente, la que llora desconsoladamente bajo un aguacero mientras sujeta el cuerpo sin vida de su marido, se moverá hoy, por fin, más de un año después de que se la viera por primera vez en un clip de 20 segundos en el Festival de San Sebastián de 2019 y, luego, en todos los formatos imaginables en los que se ha podido promocionar la serie a la que pertenece, Patria, siempre congelada en el mismo momento, siempre inmóvil, anunciando un hito televisivo inminente pero que en el fondo ha llegado ya hace meses. Patria, es la serie española de la que más se ha hablado antes de su estreno. En parte por las expectativas que suscita, en parte por las polémicas que ha levantado. Nadie preveía que su producción tuviese tanto efecto, retraso tras retraso. Este domingo, con el primer capítulo disponible en HBO España (el martes se emite en Telecinco), empiezan las ocho semanas de emisión de la serie. La mujer del puente cobrará nombre —Bittori—, papel fundamental en la historia y razón de ser. Y terminará otra gran historia: el largo viaje a la televisión de la serie más esperada.

Las palabras Patria, y serie empezaron a sonar juntas en enero de 2017. Trump aún no había asumido la presidencia de Estados Unidos, y a Pedro Sánchez pocos lo imaginaban siquiera recuperando la secretaría general del PSOE. EL PAÍS anunció que Aitor Gabilondo, guionista y productor de El príncipe, Allí abajo o Vivir sin permiso, había adquirido los derechos de la nueva novela de Fernando Aramburu sobre las muchas huellas del terrorismo en el País Vasco. Más que un libro, Patria era un huracán: llevaba cuatro meses a la venta y ya había pasado por nueve ediciones y 100.000 ejemplares vendidos. La idea de verlo convertido no en película, sino en serie cargó al proyecto con el sambenito de producción “esperada”, la vaca sagrada de la televisión española.

Ese halo se reforzó todavía más en septiembre de aquel año. HBO, que había aterrizado en España hacía unos meses, anunció que no solo emitiría Patria, sino que contribuiría a la producción: sería el primer gran proyecto de la casa en nuestro país; cargaría con el prestigio de esta nueva filial española y demostraría a todo el mundo que HBO Europa, y más concretamente España, el país de La casa de papel, podía llevar a Estados Unidos algo digno de la casa de Los Soprano y A dos metros bajo tierra. A la vaca sagrada le acababan de poner unas riendas.

La producción no fue un camino llano. Para dirigir los guiones que él mismo estaba escribiendo, Gabilondo intentó cerrar un trato con Alejandro Amenábar y Mateo Gil, pero el primero tiene exclusividad con Movistar +. Sonó entonces el nombre de Fernando González Molina, director de Palmeras en la nieve. Igualmente, nada. En octubre de 2018, se anunció el tándem final: el argentino Pablo Trapero (director de la aplaudida El clan) y Félix Viscarret (Bajo las estrellas) dirigirían cada uno cuatro capítulos. En febrero de 2019, Gabilondo despidió a Trapero. Según contaron fuentes de la producción a Gregorio Belinchón, de EL PAÍS, el argentino había entrado al proyecto reescribiendo guiones y cambiando actores. Gabilondo lo cambió por Óscar Pedraza, compañero de Vivir sin permiso.

Retraso

De Patria fue noticia el inicio del rodaje, la visita de la prensa y el final del rodaje. También cuando hubo fecha de estreno: el 17 de mayo de 2020. Patria era el título más repetido en boca de quienes se dedican a hacer pronósticos en la industria audiovisual española. Con la idea de dotar de prestigio a las imágenes que iban sacando del rodaje, HBO España preparó un clip de 20 segundos para el Festival de San Sebastián en 2019: Bittori empapada, bajo la lluvia, con al cadáver de su marido. La mujer del puente. El nuevo símbolo de la serie.

Lo fue en marzo, por ejemplo, cuando se organizó en Madrid una proyección en cine de los primeros capítulos para la prensa, los únicos terminados entonces. Con ese acontecimiento, se iniciaba la traca final de la promoción, la más intensa, hasta mayo. Cada semana de los meses siguientes estaba pautada. A la proyección acudieron políticos y veteranos cronistas del terrorismo vasco. Pero también —y esto era raro entonces— algunas personas con mascarilla quirúrgica. Era 10 de marzo, días antes de que se decretase el estado de alarma por el coronavirus. El mundo estaba entrando en una realidad paralela, que ahora es la nuestra, y Patria con él. HBO España canceló a los diez días el estreno. Era imposible completar la sonorización y montaje de la serie bajo las medidas de lo que ahora llamamos fase 0. La vaca sagrada se había topado con un infalible agente desestabilizador.

Corte a varios meses después. Volvía a ser septiembre. Patria volvía a anunciar una fecha de estreno (hoy), una presentación en San Sebastián (esta vez la serie entera) y nueva versión de Bittori en el puente. Ahora, para unas lonas de esas que cubren edificios. Estaba a punto de cumplirse un año de su presentación en público, como icono de la serie que vendrá, tarde pero vendrá, y en esta ocasión Bittori está acompañada. A su lado, en otra imagen de tamaño y composición idénticas, se veía a un preso desnudo y claramente torturado ante la mirada condescendiente de varios policías. El invento llegó a las redes sociales a la velocidad del rayo: el cartel, decían, está comparando ambas versiones de sufrimiento y pidiendo una visión equidistante del conflicto vasco. El propio Aramburu, que hasta entonces solo había dicho cosas positivas de la serie, escribió en su blog que le parecía “un despropósito”. La serie, de hecho, no pretende ser equidistante, pero lo importante es que, de nuevo, Patria había acabado en boca de todos durante días, aunque nadie hubiera visto un solo capítulo.

San Sebastián ha pasado. Las varias reseñas publicadas en este diario son positivas (incluso la de Carlos Boyero). El proyecto imposible no se hunde por su propio peso. Ahora, es hora de que Bittori salga del puente.