Inteligencia artificial sostenible y transparente: una oportunidad para Europa
El éxito de la experiencia de DeepSeek pone de manifiesto que existen otros caminos distintos al habitual en los gigantes tecnológicos de EE UU
La aparición de DeepSeek-V3, el nuevo gran modelo de lenguaje desarrollado en China, que compite con ventaja con el ya popular ChatGTP, ha sido un suceso inesperado y esperanzador. DeepSeek ha demostrado que es posible desarrollar sistemas de Inteligencia artificial (IA) generativa muy eficientes, consiguiendo una drástica reducción en el coste económico y en el consumo de energía, tanto durante el entrenamiento como en el uso posterior. Este nuevo sistema es un claro ejemplo de que queda mucho margen de mejora en la IA, no solo en la generativa, como los modelos de lenguaje, sino también en muchos otros campos de aplicación.
DeepSeek, que ya va por su tercera versión, no es el resultado de una idea feliz ni de la utilización de inversiones multimillonarias en horas de supercomputador. Es el resultado de una prolongada labor de investigación, que ha generado múltiples técnicas novedosas para reducir la cantidad de cálculos a realizar y la memoria requerida, combinado con un diseño conjunto de algoritmos, entornos de IA y hardware, que aprovecha al máximo la capacidad de cómputo de los dispositivos actuales y solapa computación y comunicaciones para evitar tiempos muertos. Es un claro indicador que apunta hacia la necesidad de realizar más investigación avanzada para descubrir nuevos métodos más eficaces, sostenibles y transparentes. Estos nuevos métodos deben combinar modelos matemáticos/estadísticos más elaborados para el tratamiento de los datos con implementaciones muy optimizadas que exploten al máximo el potencial del hardware disponible en la actualidad. Es decir, métodos que sean capaces de mantener o mejorar la precisión, pero reduciendo las necesidades de cómputo y, con ello, el consumo energético asociado. Cabe añadir que los desafíos sociopolíticos que enfrenta DeepSeek no se replicarían en un sistema equivalente dentro de la UE, gracias a un marco regulatorio más sólido y alineado con los valores europeos de transparencia y gobernanza ética.
El éxito de la experiencia de DeepSeek pone de manifiesto que existen otros caminos distintos al habitual en los gigantes tecnológicos de EE UU. Europa debería explorar de forma prioritaria estos caminos alternativos. Una alternativa prometedora consiste en impulsar una IA basada en métodos sostenibles, con consumo de energía moderado, y que produzca resultados interpretables.
A pesar de la enorme popularidad de los grandes modelos de lenguaje y de la IA generativa, la gran oportunidad para Europa está en concentrar los esfuerzos de investigación y desarrollo en las numerosas aplicaciones de la IA con alto beneficio social y que pueden basarse en sistemas más compactos y con requisitos de cálculo moderados. Este es el caso de numerosas aplicaciones industriales en el marco denominado Industria 4.0, que mediante redes de sensores recogen datos para optimizar la producción y realizar mantenimiento predictivo; de aplicaciones de logística, optimizando las rutas de distribución; de los vehículos conectados, haciendo vehículos más seguros, autónomos y sostenibles; de aplicaciones en el campo de la salud, con atención más personalizada y basada en datos para la prevención del deterioro físico originado por la edad y los malos hábitos; de las ciudades inteligentes, con sistemas para favorecer la movilidad y gestionar mejor los desperdicios y el medio ambiente; de la agricultura, con control de las condiciones del suelo mediante drones, robots agrícolas y control de pestes; de la Administración pública, para mejorar la planificación y previsión de las demandas sociales; de la enseñanza asistida y muchas otras más.
Una ventaja de este enfoque descentralizado frente a las gigantescas estructuras programadas por la administración de Trump con OpenAI, como Stargate, basada en enormes inversiones y centros de computación que consumirán como nuevas ciudades, es que muchas de las aplicaciones pueden desarrollarse de forma descentralizada, especializando a distintos centros en diferentes tareas. Esto puede convertir la situación de Europa, que carece de gigantes tecnológicos, en una virtud, si es capaz de aprovechar los excelentes centros de conocimiento creados alrededor de las mejores universidades europeas para desarrollar una tecnología descentralizada y no monopolista. En este sentido, DeepSeek también nos muestra un posible camino a seguir, habiendo desarrollado un sistema abierto al que cualquiera puede aportar mejoras.
En particular, este nuevo enfoque de la IA es también una oportunidad para España, que dispone de personal altamente cualificado en inteligencia artificial, métodos estadísticos y matemáticos y computación, así como de grupos de investigación pioneros en el desarrollo de métodos de IA sostenibles y transparentes y de empresas de base tecnológica capaces de asumir algunos de estos retos.
Amparo Alonso, José Duato y Daniel Peña son académicos de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de España.
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