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redes sociales
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Por qué la mayoría de “influencers de información” son hombres y conservadores

Un informe de Pew Research revela las características principales del nuevo grupo de grandes informadores de las redes

Influencers de información
Captura de la entrevista a Donald Trump en el podcast en Youtube 'Impaulsive' del influencer Logan Paul.
Jordi Pérez Colomé

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La empresa de sondeos Pew Research acaba de publicar el mayor informe de “influencers de información”. Analiza 500 en EE UU y su impacto es notable, sobre todo en menores de 30 años. El informe sigue obviamente sin responder a la gran pregunta de cómo se moldea la opinión pública, pero da pistas sobre algunos cambios.

La definición que usa Pew para estos influencers es amplia: “Individuos que publican mensajes sobre actualidad y temas públicos en redes, que tienen más de 100.000 seguidores al menos en una plataforma y pueden ser periodistas de un medio, pero nunca son una organización”. De ese grupo la característica principal es que dos de cada tres son hombres, sobre todo en X y YouTube. También son ligeramente más conservadores, pero la mayoría no se define. X es claramente la principal red para estas figuras y un tercio tiene un podcast. En TikTok en cambio, el perfil de los influencers de información es en cambio más femenino y progresista en valores.

Ninguno de estos datos es sorprendente para quien siga información en redes en España. Cuando elXokas dice en un vídeo que tal académico opina algo interesante (que el Gobierno gestiona mal el dinero público porque no es suyo), lo que hace es repetir una acusación gastadísima (aunque con montones de ejemplos reales que la sustentan). Lo que no dice es que le gusta tanto porque desde hace poco es un señor rico más con un gran altavoz. Ese vídeo por supuesto se hace viral porque un “influencer de información” aprovecha el clip y lo viraliza.

Cuando el mecánico de Aranjuez e influencer Ángel Gaitán dice, ahora que se ha hecho más famoso con la dana, que los políticos le llaman porque le temen, lo que en realidad logra es que más gente le mire más y le citemos aquí. De ahí ser político en realidad hay un gran paso.

Uno de cada cinco estadounidenses dice que regularmente se entera de las noticias por influencers. Pero en los menores de 30 años esa cifra sube al 37%, más de uno de cada tres. Es más interesante el motivo que dan sus seguidores para prestar atención a estas figuras: les ayudan a entender mejor la actualidad y hacen algo distinto. Esto tiene un mensaje claro para los periodistas tradicionales: somos más difíciles de entender y somos más aburridos. Nada que no supiéramos., pero tampoco es tan sencillo.

Tampoco hay que engañarse con estos influencers: la mayoría (más de un 60%) hace esto por dinero. Es un trabajo. Y para poder trabajar “informando” necesitan un espacio que los medios tradicionales no ocupen: lo de explicarlo mejor y ser más entretenidos tiene una pequeña trampa.

La variedad de estos influencers es enorme y es difícil generalizar, pero suelen recurrir a presas fáciles: antes cuentan el último asesinato, conspiración o escándalo que aclaran cómo funciona la política fiscal o el futuro de los coches eléctricos. Es decir, los medios deben ofrecer un menú amplio, los influencers pueden escoger comentar los temas más interesantes o, como se dice hoy, virales.

La histórica prensa amarilla es una buena manera de entender el trabajo de estos influencers: sus temas centrales son crimen, escándalo, cotilleos, sexo, catástrofes y deportes. Los medios no son por supuesto perfectos ni puros, pero cuando alguno se equivoca o tergiversa se lleva su ración de choteo público.

Los influencers tienen más margen decir lo que quieran: pueden seleccionar los vídeos que les apetezcan (y los más escandalosos funcionan mejor), pueden comentar solo las noticias que vayan a caer bien a sus seguidores y les resulta fácil encontrar motivaciones ocultas en cualquier gran decisión. Las conspiraciones solo son obvias cuando van en contra: las elecciones están amañadas solo si las pierden, los políticos son lascivos solo si son del partido que nos cae mal y siempre hay un experto para sustentar cualquier opinión.

Su rol ha sido ir en contra del poder establecido porque es más fácil. Siempre hay gente enfadada y que sospecha de las autoridades. Ya la había en el siglo XX y antes también. A veces es saludable que haya gente así para plantear dudas en una sociedad. Esa audiencia veía a los medios tradicionales como un mal menor, como un eslabón del sistema. Ahora con todo este ejército de influencers han encontrado sus “medios” y en parte son también el sistema. Las teorías cucu (locas) tienen mucho recorrido porque antes eran más difíciles de encontrar. Ahora forman parte del mainstream. Diría que eso tiene un recorrido finito.

El experimento en EE UU será interesante: ahora los influencers ya tienen su Gobierno y seguir siendo solo la oposición será difícil. Aunque siempre encontrarán el modo de decir, cuando se equivoque, que Trump está influido por burócratas o que cualquier lobby le somete. Será por encontrar conspiraciones.

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Sobre la firma

Jordi Pérez Colomé
Es reportero de Tecnología, preocupado por las consecuencias sociales que provoca internet. Escribe cada semana una newsletter sobre los jaleos que provocan estos cambios. Fue premio José Manuel Porquet 2012 e iRedes Letras Enredadas 2014. Ha dado y da clases en cinco universidades españolas. Entre otros estudios, es filólogo italiano.
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