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OpenAI, la empresa de ChatGPT, despide a Sam Altman, su jefe ejecutivo, por pérdida de confianza

El consejo acusa al directivo de no ser sincero con la empresa y nombra a Mira Murati, directora de Tecnología, como sustituta provisional

Sam Altman, ex consejero delegado de OpenAI, este jueves en San Francisco.
Sam Altman, ex consejero delegado de OpenAI, este jueves en San Francisco.CARLOS BARRIA (REUTERS)
Miguel Jiménez

El consejo de administración de OpenAI, ha anunciado este viernes por sorpresa el despido fulminante por pérdida de confianza de Sam Altman, al que acusa de no haber sido sincero con la firma. Altman, que había personificado la fiebre por la inteligencia artificial, deja de ser consejero delegado y abandona el consejo de administración. Mira Murati, directora de Tecnología, ocupará el cargo de directora general interina mientras se busca a un sustituto permanente.

“La salida del señor Altman se produce tras un proceso de revisión deliberativa por parte del consejo, que llegó a la conclusión de que no fue siempre sincero en sus comunicaciones con el consejo, obstaculizando su capacidad para ejercer sus responsabilidades. El consejo ya no confía en su capacidad para seguir dirigiendo OpenAI”, dice en un comunicado la firma creadora de ChatGPT, la herramienta que ha expuesto al mundo la capacidad de la inteligencia artificial generativa.

Poco después de publicarse el comunicado de OpenAI, Altman se ha despedido con una publicación en X (Twitter), en la que señala: “Me encantó mi tiempo en OpenAI. Fue transformador para mí personalmente, y espero que un poco para el mundo. Sobre todo me encantó trabajar con gente con tanto talento”. Sobre su futuro, añadió que tendrá más que contar más adelante. Más tarde ha dado a entender que no hablará sobre la causa de su salida. También ha dicho que con las noticias de su despido se ha sentido como leyendo su propio obituario cuando aún sigue vivo.

La empresa anunció inicialmente que Greg Brockman, que ayudó a Altman a fundar OpenAI, dejaría el cargo de presidente del consejo, pero permanecería en la empresa, reportando al primer ejecutivo. El propio Brockman, horas después, dijo que dimitía: “Basándome en las noticias de hoy, renuncio”, tuiteó. Además, Brockman ha expuesto después en X la cronología de los despidos, tras señalar: “Estamos aún tratando de descubrir exactamente lo que ha pasado”.

Según el expresidente, Altman recibió el jueves por la noche un mensaje de Ilya Sutskever, científico jefe de OpenAI, citándole para una videoconferencia a través de Google Meet a mediodía del viernes. Al conectarse, allí estaba todo el consejo, salvo el propio Brockman. En una corta reunión, le dijeron que estaba despedido y que la noticia se haría pública enseguida. A continuación, Sutskever envió un mensaje a Brockman a las 12.19, hora de San Francisco (21.19 en la España peninsular) para una llamada rápida. Le envió un enlace cuatro minutos después para la videoconferencia, donde fue destituido como presidente, pero no como empleado. La plantilla de OpenAI conoció las decisiones poco después, con la excepción de Mira Murati, que ya estaba avisada de antemano.

El éxito de ChatGPT

El arrollador éxito de ChatGPT, lanzado el 30 de noviembre de 2022, hace casi un año, ha abierto una carrera en la que todos los gigantes tecnológicos están pisando el acelerador en busca de desarrollar sus propias herramientas y aplicaciones de inteligencia artificial generativa. El carismático Altman, de 38 años, se convirtió en la tarjeta de presentación de OpenAI y ChatGPT. Era la persona que ponía rostro al auge de la inteligencia artificial. No había foro al que no fuera invitado. Visitó la Casa Blanca, compareció ante el Congreso de Estados Unidos y en sus viajes internacionales también se reunía con gobernantes y autoridades como una especie de embajador global de la nueva tecnología.

Esta misma semana Altman participó en un foro tecnológico en San Francisco con motivo de la cumbre de la APEC, a la que han asistido el presidente de China, Xi Jinping; el de México, Andrés Manuel López Obrador, y el de Estados Unidos, Joe Biden, entre otros.

En el comunicado difundido este viernes, el consejo subraya que OpenAI se estructuró deliberadamente para impulsar la misión de que la inteligencia artificial beneficie a toda la humanidad y asegura que sigue plenamente comprometido con esta misión en un mensaje algo críptico. “Agradecemos las numerosas contribuciones de Sam a la fundación y el crecimiento de OpenAI. Al mismo tiempo, creemos que es necesario un nuevo liderazgo a medida que avanzamos”, indica.

La compañía no da explicaciones de qué es lo que ha motivado la pérdida de confianza en Altman. La empresa estaba inmersa en una colocación de acciones en la que aspiraba a una valoración cercana a los 90.000 millones de dólares. Las acciones a colocar no eran de una ronda de financiación a través de una ampliación de capital, sino que procederían de las que tienen los empleados de la compañía, que lograrían con la operación enormes plusvalías. También se apuntaría unas enormes ganancias sobre el papel Microsoft, que controla un 49% del capital y que pactó una multimillonaria inversión en OpenAI en enero pasado con una valoración de referencia de cerca de 30.000 millones de dólares.

Las acciones de Microsoft han caído más de un 2% en Bolsa tras conocerse el despido de Altman. El propio consejero delegado de la compañía, Satya Nadella, ha difundido una declaración en la que señala: “Tenemos un acuerdo a largo plazo con OpenAI con pleno acceso a todo lo que necesitamos para cumplir con nuestra agenda de innovación y una emocionante hoja de ruta de productos; y seguimos comprometidos con nuestra asociación, y con Mira y el equipo. Juntos, seguiremos ofreciendo al mundo los beneficios significativos de esta tecnología”. Ha sido la apuesta por OpenAI la que ha permitido a Microsoft situarse un paso por delante de los otros gigantes tecnológicos en la nueva tecnología.

Sustituta provisional

Miembro del equipo directivo de OpenAI durante cinco años, la sustituta provisional de Altman, Mira Murati, ha desempeñado un papel fundamental en la evolución de OpenAI. “Aporta un conjunto único de habilidades, comprensión de los valores de la empresa, operaciones y negocios, y ya lidera las funciones de investigación, producto y seguridad de la empresa. Dada su larga trayectoria y su estrecha relación con todos los aspectos de la empresa, incluida su experiencia en gobernanza y política de IA, el consejo cree que está especialmente cualificada para el cargo y prevé una transición fluida mientras lleva a cabo una búsqueda formal de un consejero delegado permanente”, indica el comunicado.

Mira Murati OpenAI
Mira Murati, consejera delegada provisional de OpenAI, durante una entrevista en San Francisco (California) en abril pasado.Philip Pacheco (Bloomberg)

Tras la salida de Brockman y Altman, el consejo de OpenAI está formado por el científico jefe de OpenAI, Ilya Sutskever; y por tres consejeros independientes: Adam D’Angelo, jefe de Quora; Tasha McCauley, emprendedora tecnológica, y Helen Toner, del Georgetown Center for Security and Emerging Technology.

La firma fue fundada en 2015, originalmente solo como organización sin ánimo de lucro, con Sam Altman y Elon Musk como copresidentes. Musk, Altman, Brockman, los inversores Reid Hoffman, Jessica Livingston y Peter Thiel y las firmas Amazon Web Services (AWS), Infosys y YC Research se comprometieron a aportar 1.000 millones de dólares en donaciones. En 2018, Musk dejó la organización y Altman decidió crear la empresa OpenAI LP para poder captar con mayor facilidad recursos para sus investigaciones.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.

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