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Elon Musk baraja cobrar una “pequeña mensualidad” a todos los usuarios de X

El empresario argumenta en una charla con Benjamin Netanyahu que el pago servirá para combatir el ejército de bots que hay en la red social, antes conocida como Twitter

Luis Pablo Beauregard
Elon Musk, a las afueras del Capitolio de EE UU, el pasado 6 de septiembre.
Elon Musk, a las afueras del Capitolio de EE UU, el pasado 6 de septiembre.SHAWN THEW (EFE)

Elon Musk, dueño de la red social X, antes Twitter, se plantea cobrar una “pequeña mensualidad” a todos los usuarios de la plataforma. Esa opción se encuentra entre los posibles los planes del empresario, quien se hizo con la tecnológica en octubre de 2022. Desde entonces, el magnate ha recurrido a varias estrategias para hacer rentable el servicio, entre ellas una suscripción de ocho dólares mensuales por acceso premium. Musk ha argumentado que su decisión pretende combatir un “vasto ejército de bots”. Esto sucedió el lunes durante una conversación a distancia que llevó con Benjamin Netanyahu, el primer ministro de Israel, quien se encuentra de viaje de trabajo por California. Este le ha reclamado que frene la proliferación del antisemitismo en la plataforma, que ha crecido desde que Musk está al timón de la compañía.

De acuerdo con Musk, en la plataforma se publican cada día entre 100 y 200 millones de mensajes. “Algunos de esos serán malos”, dijo el empresario, quien aseguró en la charla con Netanyahu que la política de X es no promover ni amplificar el discurso de odio. Durante la charla, retransmitida por streaming, Musk aseguró que X tiene ahora unos 550 millones de “usuarios mensuales”. No explicó cuantos de estos son auténticos o son bots. En mayo de 2022, Twitter aseguró que tenía unas 229 millones de cuentas activas diarias.

La llegada de Musk a la red social ha significado también el regreso de muchos usuarios suspendidos y comentarios que habían sido prohibidos. Algunos de ellos, además, han apostado por una suscripción mensual para recibir más atención incluso. De acuerdo con Mashable, la red social tenía unos 650.000 usuarios inscritos en este servicio hasta abril. El dueño de Tesla y Space X dijo el otoño pasado que su objetivo era cuidar la plaza pública que representaba Twitter y velar por la libertad de expresión.

Netanyahu, quien es en sí mismo un símbolo para la derecha estadounidense, ha invitado a Musk a encontrar un equilibro entre permitir la libertad de expresión sin que esto lleve a un aumento de mensajes antisemitas en X. “Es urgente que encuentres un equilibrio, aunque es difícil”, comentó el primer ministro, quien está haciendo una gira de trabajo enfocada en la Bahía de San Francisco, la cuna de muchas tecnológicas y negocios enfocados en la inteligencia artificial.

Megáfono supremacista

La Liga Anti Difamación, una organización judía en favor de las libertades civiles, ha acusado a Musk de dar un megáfono a miembros de los movimientos neonazi y supremacistas blancos. El director del grupo, Jonathan Greenblatt asegura que el millonario ha amplificado mensajes de esta ideología al interactuar con algunos usuarios en su cuenta, seguida por 157 millones de personas. Musk, en cambio, culpó a la Liga de la caída publicitaria en la red social y de querer “matar su plataforma”. La empresa tiene un 60% menos de anunciantes desde que compró la compañía.

En la charla, Netanyahu advirtió sobre la necesidad de guiar a la inteligencia artificial para que adopte un código de ética o conducta que pueda frenar el avance del discurso de odio. En su opinión, será necesario que haya elementos de vigilancia que denuncien el uso de estas expresiones por personas o Estados.

Tanto Musk, como Linda Yaccarino, la consejera delegada de X, han emprendido una campaña en la que pretenden sacudirse la etiqueta de antisemitas y la conversación con Netanyahu puede enmarcarse dentro de estos esfuerzos.

Este domingo, sin embargo, Musk provocó otra controversia al afirmar en la red que la organización del filántropo húngaro-estadounidense George Soros “parece no querer otra cosa más que destruir la civilización occidental”. Musk criticaba en su mensaje a una organización filantrópica que ha donado miles de millones de dólares, y que es objetivo de los sectores de la derecha internacional. Muchos de estos ataques son antisemitas, pues Soros, de 93 años, es judío.

La presencia de Netanyahu en California provocó manifestaciones en la fábrica de Tesla en Fremont. Decenas de personas acudieron a protestar en contra de la reforma que el Gobierno ultraconservador pretende llevar a cabo para debilitar al Tribunal Supremo. Del Oeste, el premier viajará a Nueva York, donde este miércoles participará en la Asamblea anual de la Organización de Naciones Unidas. Se prevé que también que se entreviste brevemente con el presidente Joe Biden.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.

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