_
_
_
_

ChatGPT, Llama, Bard o Bing: quién es quién en la carrera de los ‘chatbots’ conversacionales

Meta acaba de lanzar un nuevo modelo para programadores, frente a las versiones de pago que ofrecen OpenAI o Microsoft

A person uses Microsoft Bing Chat on a tablet
Una persona usa Microsoft Bing Chat en una tableta.NurPhoto (NurPhoto via Getty Images)
Emanoelle Santos

Es una carrera comercial entre las principales compañías tecnológicas del planeta. La llegada de ChatGPT, desarrollada por OpenAI, ha cambiado la interacción humana con la inteligencia artificial (IA), desencadenando una revolución sin precedentes en todo el mundo. Su debut a finales de 2022 y su innegable éxito desde entonces ha forzado a los gigantes tecnológicos a competir por ofrecer las soluciones más avanzadas o versátiles. Meta tiene su chat, Llama 2, y acaba de presentar a Code Llama, diseñado específicamente para los programadores que escriben código y que puede captar a los clientes que utilizan los modelos de pago de Microsoft u OpenAI. Google también tiene su propio robot conversacional que habla en primera persona, se hace pasar por humano y realiza las tareas más creativas.

Aunque Apple no haya confirmado su versión, esto no significa que se haya excluido de la competición. Según Bloomberg, la empresa de Cupertino prueba la inteligencia artificial generativa internamente, lo que indica que podría tener planes para incluirla en sus productos más populares, como el iPhone o el iPad.

ChatGPT, el primero y el más potente

ChatGPT, el chatbot de IA generador de texto de OpenAI, marcó el inicio de la era de los chats conversacionales y en menos de cinco días desde su lanzamiento, ya contaba con más de un millón de usuarios. La versión GPT-3.5 es de uso gratuito y capaz de escribir ensayos, traducciones, código, poemas y más a partir de breves indicaciones de texto. También puede responder a preguntas de una manera informativa, incluso si son abiertas o peculiares. Pero reúne información hasta 2021, por lo que no es capaz de generar o valorar información de actualidad.

Los usuarios que pagan 20 dólares mensuales (unos 18 euros) tienen acceso a GPT-4, la versión más potente que se comunica de manera más natural y fluida que el modelo gratuito, y también es mejor al escribir código de programación. Entre las mejoras significativas, se conecta a internet, capta la ironía y es capaz de producir texto que es indistinguible del texto escrito por humanos. Además, los usuarios de pago tienen acceso al chatbot incluso durante los picos de uso, cuando la plataforma deja de funcionar en su versión gratuita.

Meta: Llama 2 y Code Llama

Meta, la empresa de Marck Zuckerberg, ha forjado su propio camino en la carrera de la inteligencia artificial con Llama. Inicialmente, este modelo estaba reservado para investigadores invitados, hasta que se filtró en el foro 4chan tan solo una semana después de su lanzamiento. A mediados de julio, Zuckerberg lanzó Llama 2, cuyo socio principal es Microsoft. Se trata de una versión entrenada con un 40% más de datos y que se conecta a internet.

Llama 2 ha marcado un giro en el campo de la inteligencia artificial porque, al ser una plataforma de código abierto, permite a las empresas crear sus propias aplicaciones de manera gratuita. Además, el jueves la empresa hizo público Code Llama, una opción optimizada para los programadores que promete “reducir la barrera de entrada para las personas que están aprendiendo a codificar”, según explicó la empresa. Al ser gratuita, podría tener un impacto aún mayor en la competencia al disuadir a los usuarios de optar por asistentes de pago, como GitHub Copilot de Microsoft, el cual opera con tecnología de OpenAI.

El usuario que quiera descargar ambos modelos, Llama 2 o Code Llama, puede solicitarlo en la página web, pero el acceso no es inmediato. No obstante, Llama 2 se puede probar en forma de chat en este desarrollo de Perplexity Labs. Meta afirma que el modelo está entrenado con datos en línea disponibles públicamente, pero sus resultados parecen ser inferiores a los de su competencia. Entre los errores, cambia de idioma al inglés de manera aleatoria. A pesar de críticas, la empresa confía en el enfoque colaborativo, a pesar de las preocupaciones de lo que eso puede suponer si termina en manos de malos actores.

Google: Bard y Worskpace

Bard, de Google, es gratuito. Para usarlo, solo hay que tener una cuenta de la compañía, la misma que se usa en Gmail o Drive. Al igual que ChatGPT, proporciona múltiples respuestas para una sola pregunta, pero tiene mayor versatilidad: más allá de redactar textos, puede leer en voz alta, de manera similar a la función que ya existe en el popular traductor de Google. Y las respuestas generadas pueden remitirse a Gmail o Docs, o compartirse a través de un enlace público.

Una gran diferencia frente a GPT-3.5 es su acceso a información actualizada. Mientras la versión gratuita de OpenAI reúne información hasta 2021, Bard se nutre de la frescura de la web. Además, rastrea la fuente de sus respuestas y el usuario puede acceder a ella directamente desde un enlace en el chat.

El chat conversacional no es la única apuesta de Google. La compañía ha revelado nuevas actualizaciones en Workspace, su herramienta para empresas. Los nuevos recursos permitirán, por ejemplo, resumir y responder a largos hilos de correos electrónicos, convertir esas conversaciones en informes e, incluso, esos informes en diapositivas. Según la empresa, también dará posibilidad de personalizar docenas de mensajes en una hoja de cálculo. Hasta la fecha, tan solo algunas empresas han podido probar las nuevas funcionalidades.

Microsoft: Bing y Copilot

Microsoft está involucrada en casi todos los frentes. Tiene una alianza con Meta para Llama 2 y es la gran inversora de OpenAI (con 10.000 millones de dólares). Pero también tiene su propio modelo de chat conversacional: Bing, la versión renovada de su motor de búsqueda, incluye información de internet, presenta las fuentes de sus respuestas, y es posible exportarlas en formato Word, PDF o texto. La gran esperanza de la compañía es arrebatarle porciones de mercado a Google, a pesar de que tiene algunas limitaciones. Por ejemplo, responde solo hasta cinco preguntas en un mismo hilo de conversación. Cuando llega a este límite, hay que empezar un nuevo chat.

Por otro lado, entre las ventajas frente a Bard, la apuesta de Microsoft destaca por su habilidad para llevar a cabo búsquedas más sofisticadas en algunas ocasiones. Por ejemplo, al pedirle la recomendación de un restaurante disponible en una fecha específica, Bing no solo presenta los nombres pertinentes, sino también sus respectivos sitios web para hacer una reserva; mientras que Bard se limita únicamente a ofrecer los nombres.

Para el mundo corporativo, la empresa ha presentado Microsoft 365 Copilot, una solución análoga al Worskpace de Google, pero dentro del paquete Office, que engloba a herramientas populares como Word, Excel o Powerpoint. Por el momento, para acceder al recurso hay que ser parte de Insider de Windows 11, un programa exclusivo para clientes comerciales invitados. Aún no se sabe cuando estará disponible para el público general.

La incógnita de Apple

Apple parece seguir una estrategia más cautelosa. El pasado junio anunció su empleo de inteligencia artificial para mejorar la autocorrección y el dictado en iOS 17, marcando un enfoque más modesto en comparación con sus competidores. La empresa incluso evita mencionar términos como GPT, IA o modelos de lenguaje avanzados en sus presentaciones. No obstante, según ha reportado Bloomberg, la compañía de la manzana está utilizando una herramienta internamente similar a ChatGPT para ayudar a sus empleados en sus labores. Mientras tanto, sopesa implementar dicha tecnología en sus productos, que podría llevar el nombre de Apple GPT, según los rumores. Con esta innovación, los usuarios de Apple podrían emplear las capacidades conversacionales directamente en iOS, iPadOS, macOS y watchOS, accesibles con su ID de Apple, sin descargar aplicaciones de terceros.

Puedes seguir a EL PAÍS Tecnología en Facebook y Twitter o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Emanoelle Santos
Redactora de la sección de Tecnología. Escribe sobre inclusión digital, inteligencia artificial e investigaciones científicas. Antes de incorporarse a EL PAÍS, trabajó para startups del sector financiero y comercio electrónico en Brasil. MBA por la Universidad de São Paulo y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_